Minuto 69 y la Universidad de Chile controlaba, sin mayores dificultades, su victoria parcial sobre Unión La Calera. Los de la Quinta Región presionaban aunque sin crear peligro en la defensa azul. Necesitaban una reestructuración, una charla técnica para volver a enfocarse: la barra de la U se la dio en bandeja.

Fuegos artificiales, bengalas y bombas de ruido. Los hinchas azules reincidieron en su comportamiento mostrado en Concepción y llevaron a Eduardo Gamboa, árbitro del partido, a suspender momentáneamente el encuentro. Un par de minutos más que suficientes para que el cuadro calerano se recompusiera y se adueñara del partido. Y también, paradójicamente, para que el equipo al que supuestamente le profesan amor incondicional se desconcentrara. Seis minutos después llegó el empate.

Ya con un castigo de dos partidos de visita sin hinchada, la U se arriesga a una nueva sanción gracias a su propio público. ¿Cuál fue la razón? Durante la semana, el sector más radical de la barra azul se organizó para protestar contra Azul Azul y Carabineros. Lo único que consiguió fue impedir que el cuadro laico abrochara un triunfo urgente.

Johnny Herrera fue crítico con el comportamiento de su hinchada. El meta cree que les afectó. "Habíamos llegado en hartas ocasiones al arco rival, habíamos errado unos goles debajo del arco, prácticamente, y vino todo lo de nuestra barra. Poco entendible. No sé cuál fue el motivo. Me desconcertó. Más allá del reclamo que ellos tengan hacia no sé quién, créeme que nos desconcertamos. No entendíamos por qué, creíamos que ese tipo de problemas ya había pasado", sostuvo.

"Lo único que hace ese tipo de manifestaciones es perjudicarnos. Lo más probable es que no nos dejen jugar con público y los que perdemos somos todos", agregó el capitán universitario.

Alfredo Arias, sin embargo, evitó culpar a los incidentes por el empate que los mantiene en zona de descenso. "Sería muy fácil para mí decir que no se ganó por los fuegos artificiales. Ahora están prohibidos, pero antes nos ponían contentos. Y no porque estuviesen permitidos se ganaba o perdía. Sería muy mezquino echarles la culpa. Otra vez pasó porque el otro arquero estuvo muy bien y nosotros no pudimos definir", apuntó.