Colo Colo pagó caro su apuesta en Copa Chile. Los albos enfrentaron a Ñublense en un momento complejo del año. En la ida lo hicieron con un equipo juvenil, debido a que los titulares apenas volvían de vacaciones. Mientras que en la vuelta, Héctor Tapia alineó a los estelares, quienes el día anterior habían salido de una exigente intertemporada en Brasil.

Ayer, en el Monumental, la falta de sintonía futbolística se notó, producto de la intensidad del trabajo físico, necesaria para nivelar a un plantel absolutamente descompensado. "No era un partido tranquilo, creo que Ñublense hizo un partido correcto. Nos faltó tener esa cuota de precisión en el último toque. Además, cuando el equipo sale de la pretemporada no está afinado cien por ciento. Pero no hay excusas", explicó Tapia.

Pero más allá de lo futbolístico, el Cacique mostró la misma carencia de ideas que padeció en los últimos partidos del Torneo Nacional y que en la ida. Esto se tradujo en un equipo muy predecible, con poca sorpresa por las bandas y con una elaboración excesivamente lenta para un equipo que pretende pelear en todos los frentes.

Para colmo, los albos no cuentan con variantes que permitan desequilibrar partidos como el de ayer. Esto, además, hace urgente que Colo Colo sume refuerzos, para suplir esa escasez de alternativas. Y si bien Tapia afirma que no hay apuro, lo cierto es que ante los chillanejos sumó su primer fracaso, sin contar que en el Torneo Nacional marcha a 10 puntos del líder y que cualquier nuevo traspié puede tensionar su futuro en el club.