Las claves sicológicas de la histórica medalla de oro de Francisca Crovetto

Crovetto, con la presea que la distingue como campeona olímpica
Crovetto, con la presea que la distingue como campeona olímpica (Foto: Reuters)

La tiradora chilena toca el cielo en París. La medalla que obtuvo en la capital francesa no es solo el premio a una actuación notable. Detrás de ella hay años de trabajo y fortalecimiento mental para llegar a una instancia en que ni el pulso ni la mirada pueden fallar.



Francisca Crovetto derriba el sexagésimo primer plato de la serie de desempate ante la británica Amber Jo Rutter. El polvillo anaranjado no solo sirve para dar cuenta del decisivo acierto. También es la señal de su ingreso a la historia del deporte chileno y mundial. La santiaguina le acaba de dar a Chile su tercera presea dorada en un recorrido olímpico de contadas satisfacciones. Las anteriores provenían del tenis: la que consiguieron Nicolás Massú y Fernando González en el dobles en Atenas 2004 y la que logró el viñamarino en la competencia individual. En el caso del actual capitán del equipo de Copa Davis, una hazaña que para muchos constituye el aval suficiente para la categoría de mejor deportista chileno de la historia. Para Crovetto, la principal inspiración para alcanzar la estatura que logró en París. En la antesala de su participación, de hecho, posó con el Vampiro. En sus redes sociales acompañó la imagen con una frase, a modo de ‘decreto’: “Nada es imposible, ni una w3á (sic)”.

En su caso, el camino ha sido largo. La francesa es, de hecho, su cuarta participación olímpica. Había asistido a Londres 2012 (8º puesto), Río 2016 (19º) e, íntimamente quería vengar la discreta participación en Tokio 2020, en el que no pudo clasificar a la final: terminó 20º. En una carrera plagada de medallas, podios y satisfacciones, como el reciente oro en los Panamericanos de Santiago, en 2023, guardaba también, alguna cuentas pendientes: los segundos puestos en los Juegos Sudamericanos que se realizaron en Chile en 2014 y en los Panamericanos de Lima, en 2019. Como si se tratara de los implementos que debe pulverizar en cada intento con el proyectil que despide su escopeta, nunca lo perdió de vista.

Decreto y determinación

Alexi Ponce conoce la evolución de Crovetto a la perfección. Como sicólogo del CAR, le correspondió acompañar su evolución. Hoy, con el histórico logro colgado en el cuello de su pupila, reconoce los pasos que dio para conseguirlo. Supo de sus ansiedades, temores y nerviosismo, como el que le producía competir en público. “La escucho y me parece que hay muchos conceptos que trabajamos juntos. Eso de ir plato a plato, por ejemplo, o de que no la sorprenda el deporte, que entienda que puede fallar. Es un deporte al aire libre. Hay viento, lluvia, sol, sombra, factores que debe superar. Lo de las ansiedades, los temores es normal. Le pasa a cualquier deportista. Estar diferente no es sinónimo de estar mal. Un deportista de alto nivel tiene que estar ‘distinto’. Ella trabaja mucho su concentración, está muy enfocada. Ahí hay una de las claves de su éxito”, explica el profesional a El Deportivo.

La otra cualidad que resalta es la determinación, que Crovetto llamó ‘decreto’. “Siempre se lo propuso. Siempre quiso estar ahí. Son sus cuartos Juegos. En Londres rozó, reclamó un plato. Ahora le pasa a la británica. Son cosas que pasan en el deporte de ese nivel. Fran es una persona con mucha decisión y capacidad de pararse situaciones complejas. Lleva tatuado ‘Sonriente y de pie’. En el fondo, sabe que vivirá los momentos lindos que todos recuerdan, como Santiago 2023 y Lima 2019, pero tampoco olvida que en Santiago 2014 no logró ganar.

Hoy, Ponce la ve cristalizar un anhelo que le acompañó en toda su vida competitiva. “Soñó despierta. Ella soñaba de día. Entrena muy temprano. La ves desde primeras horas en el polígono. Postergó situaciones de estudio, todo, para este momento”, establece. La definición coincide con la que entregó la propia medallista tras alcanzar la gloria. “No tengo palabras. Estoy viviendo el sueño de la Francisca de niña y de todo un país que creyó en mí, del Comité Olímpico, Ministerio, Federación. Son tantas las personas que me han ayudado desde las tías del CAR que me abren la puerta a las 7:30 de la mañana con una sonrisa hasta acá los voluntarios y mi familia”, dijo, como si fuera un certificado que avalara las palabras del profesional del área mental.

Francisca Crovetto, medallista de oro en el tiro skeet de París 2024
Francisca Crovetto, medallista de oro en el tiro skeet de París 2024. (Foto: Santiago Bahamonde/COCH)

Un camino largo

La preparación para la consagración incluyó todos los aspectos. El sicológico fue clave. “Siempre recuerdo que en 2007 llega una adolescente para prepararse en la parte mental para llegar a lo olímpico. En el camino se ha encontrado con personas que le han ayudado. Siempre está llamada a ser la primera. Fue la primera mujer que clasificó en Tokio, llegó a París clasificando en cancha. La primera en el ranking mundial. Está en los libros de historia. La sigue el primer puesto”, grafica Ponce.

De sus palabras, dice, hay testimonios que se transforman en valiosas pruebas, que cobran valor con el éxito a cuestas. “Ayer (el domingo) encontré unos videos de 2009. Le hago cuatro preguntas y ella dice que debe trabajar la concentración. En hacer técnicamente lo que necesita. Los platos vuelan a una velocidad estándar, pero está el viento, puede estar lloviendo. Se trata de estar enfocado en lo que tengo que hacer. Lo que está detrás mío no depende de mí. La concentración es controlar lo que puedo controlar”, explica el sicólogo. Ese enfoque ha sido clave para que Crovetto supere su reconocida timidez.

Hay, también, otro factor crucial: la adaptación a los momentos de estrés. “Es parte de la experiencia. Tiene muchas finales. El deporte la ha ido cambiando y el propio deporte también tiene nuevas reglas. Partió disparando 75 platos y ahora dispara 125, pero finalmente lo que tiene que hacer es eso, disparar. Lo que pasa alrededor no importa”, enfatiza.

Crovetto tiene, también, algunos ritos que le sirven de apoyo antes de la competencia. “Ella tiene muchas rutinas. El agua, tirarse la chaqueta. Después, cada puesto le exige una posición, un tema técnico. Eso no es de ahora. En ese video lo plantea, detalla cómo cuenta los pasos. Sigue rutinas de foco de atención”, especifica Ponce.

El ‘personaje’ y el nuevo escenario

Su amplio conocimiento de la trayectoria de la tiradora le permite a Ponce asegurar que el logro no le resulta inesperado., “A mí no me sorprende. Siempre se lo propuso. Siempre quiso ser medallista. Se veía entrando en una final. Su motivación siempre fueron Massú y González. Está decretado y trabajado hace años. Yo puse un posteo del 1 de agosto de 2012. En la foto estaban Fernando González, que había ido como una suerte de embajador, y la Pancha. Terminó siendo una foto histórica. Ahora. de hecho, la veo con las ganas de engrandecer lo que ha hecho. Quiere seguir, porque el deporte se lo permite. El punto es que el techo ya lo tocó, ya no lo puede hacer mejor. Tiene que disfrutarlo”, sentencia.

La nueva realidad, dice, la sorprenderá bien preparada. “Uno trabaja el personaje. Se crea alguien distinto, mucho más mediático. Ella siempre ha aprendido a manejarlo. Fue abanderada. Esto suma a ese personaje. En su caso, lo más destacable es que hay mucha coherencia con la intención de demostrar que con esfuerzo podemos lograr cosas. Ser un buen ejemplo tiene un costo. Desde lo físico y de soportarse en lo mental. Cada disparo en los entrenamientos tiene, por ejemplo, un costo en el hombro. Para eso hay que prepararse físicamente y la Fran lo hace. Ella va transmitiendo que es posible, a través de su convicción, de su autodeterminación. El año pasado estuvo lesionada y compitió. Eso la transforma en un ejemplo”, establece.

La otra parte la hace su personalidad. “La acompañé por el mundo y puedo dar fe de que el circuito la quiere mucho. Es muy reconocida en el entorno. Habla bien inglés, además, y eso le ayuda a relacionarse bien con todos. Es alguien muy grata, disciplinada. En sus horarios, en todo. En sus viajes, por ejemplo, tiene asumido que debe llegar mucho antes. por la rutina que implica viajar con armas. Es alguien que cumple con todos los estándares de un deportista de alto nivel. Es muy agradable. Termina de competir, se viste de ‘civil’ y comparte con sus compañeros. Pude viajar mucho con ella y siempre fue muy grato”, detalla Ponce. La conclusión explica el éxito de Crovetto. “Respeta los espacios, pero les exige a todos. Al sicólogo, al masoterapeuta, al preparador físico y a ella misma”, sentencia.

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