Esteban Paredes (42) no logra definir con certeza si cuesta organizar más un matrimonio que una despedida del fútbol. Sus últimos días limitan con la locura. Con La Tercera, dialoga en medio de intensas jornadas que consideran presentaciones de El Elegido, uno de los libros que se han escrito respecto de su carrera, y hasta reuniones con los funcionarios de uno de sus auspiciadores. Cada uno se lleva los recuerdos y una sonrisa del ídolo. “Yo pensaba que era más light, pero no. Un matrimonio tiene muchas cosas de por medio, pero una despedida muchas más. He estado con mucho estrés. Llego a mi casa muerto de tanto pensar en que todo salga bien”, grafica.
Sufrió incluso por el aforo, que estuvo complicado por los incidentes en el Superclásico.
Estaba preocupado. Queríamos un Monumental repleto y cuatro días antes nos dan la buena noticia de que nos aprobaron 20 mil personas más. Ahí tomé aire. Si no me aceptaban las otras 20 mil personas, no hacía la fiesta.
¿Cómo vivió los entrenamientos con Colo Colo, incluida la antesala del Superclásico?
Lo he disfrutado harto. Les doy las gracias a Colo Colo, al profe Gustavo (Quinteros), por permitirme entrenar, a los futbolistas, a mis excompañeros. Volví un poquito a ser futbolista. Lo he pasado bien. He tratado de darles consejos a los más chicos, como a Damián (Pizarro), a Jordhy (Thompson), que son muchachos que tienen mucho futuro. Me pone feliz cuando a ellos les va bien.
¿Le tiró las orejas a Thompson?
Es complicado hablar de esto, pero esas cosas no son aceptables en nuestra sociedad. Hablé antes con él, de que cuidara esto, de que el fútbol pasa muy rápido y no te das cuenta cuando ya te estás retirando, de que tiene todas las condiciones para triunfar. Son consejos como de padre a hijo. A Damián lo felicité por su gol. Le dije que siga perseverando, le doy algunos tips como delantero. Más que tirarle las orejas a Jordhy es aconsejarle, hablarle. Me pone contento que Colo Colo tome acciones y pueda contar con un especialista. Lo necesitan hace mucho tiempo. Hay muchos jugadores que han pasado por Colo Colo, buenísimos y sin el apoyo de un profesional, es muy difícil que salgan adelante. Antiguamente se miraba como algo raro, pero los tiempos han cambiado.
El complejo momento albo y Zaldivia
¿Le preocupa el momento futbolístico de Colo Colo?
Nos preocupa a todos. Creo que todavía el profe no ha encontrado la fórmula o el equipo que lo haga sentir que pueda competir a nivel nacional e internacional. Se fueron muchos jugadores claves, cuatro o cinco titulares, que ya se conocían, jugaban de memoria. Es complicado armar un funcionamiento como el que había el año pasado. Espero que este partido y el que queda con Huachipato sirvan para la Copa, que va a ser dura.
Estando dentro, ¿se palpa ese nerviosismo?
Sí. Se siente. Está la preocupación en los jugadores, en el cuerpo técnico, como en todos lados, más en un equipo grande. En nueve fechas está octavo, con 11 puntos, Huachipato tiene dos partidos pendientes. Tengo fe en que Colo Colo va a remontar. Tiene muy buenos jugadores para hacerlo. Solo falta que se conozcan un poco más, que alcancen mayor estatura futbolística.
¿Para qué le alcanza a Colo Colo a nivel internacional, considerando que se ve más débil?
Sí, se ve más débil, pero están los jugadores como para que pueda tener el mismo funcionamiento que el año pasado. El primer partido va a ser clave para saber para que está. Si estamos para avanzar a octavos o para quedarnos en el camino. Esa va a ser la vara para Colo Colo.
¿Tiene que volver a jugar Falcón?
Para mí, sí. Es una pieza clave, fundamental. Si bien por ahí de repente hace cosas que no son, en el último tiempo ha aprendido a manejar sus emociones. Para mí, tiene que jugar siempre.
¿Es válido que en el tirón de orejas que intenta Quinteros termine sacando una pieza fundamental del equipo?
Ahí hay cosas internas que no las sé. No tendría por qué meterme tampoco, no podría opinar. Esa una cosa que el profe ve necesario o busca otra alternativa, pero creo que el Peluca tiene que jugar.
¿Cómo tomó la salida de Zaldivia y su posterior llegada a la U?
Me sorprendió, por todo lo que hizo. La gente piensa un poco parecido. Por todas las cosas que hizo en Colo Colo, por los cantos, por las imágenes que todos vimos. Después, es válido. Es persona, ser humano. Se equivocó al decir que Colo Colo es el más grande, que lo es, pero después se va al archirrival. Es profesional. En su etapa, cuando queda libre, no me hubiese ido a la U ni a Católica. Estuvo seis, siete años. Ganó cosas importantes, generó cosas importantes al colocolino y, como te digo, la canción fue el grave error que cometió.
¿Queda preso el futbolista de esas palabras que, de repente, son para la galería?
Ahí ves que no era tanto el sentimiento por Colo Colo como él decía. Se ve reflejado en que se va al rival, a los máximos rivales. En eso se equivocó.
Zaldivia fue referente, parte del grupo más influyente. Usted fue su amigo. ¿Habló con él?
No. No sé si tan amigo. Era rara la vez que nos juntábamos después a almorzar o algo, pero no, nunca más hablé con él. Cuando iba al estadio lo saludaba, pero ahora que se fue a la U, nada.
¿Queda una conversación pendiente?
No. Cada uno define dónde ir a jugar, cuáles son sus necesidades. La carrera del futbolista es súper corta. No sé si lo entiendo, pero lo comprendo. Él tiene familia. Hay varias cosas que hay que pensar antes de decirlas.
Usted ha declarado que a la U no habría ido nunca, pero antes dijo que a la Católica, sí.
Declaré que a la Católica sí, porque quería ser campeón. Católica me andaba buscando. Me preguntaron si me gustaría ir a la Católica y dije que sí, porque me gustaría ser campeón en el fútbol chileno, que no lo había sido nunca. Es diferente. Hoy no iría, tampoco. Estuve tres años en Colo Colo y cuando estaba en México me hablaron de la U, cuando estaba Sampaoli. Y les dije que no. Desde mi niñez, siempre he sido colocolino. Al cumplir tres años en el club, me sentía parte de la historia. Habría sentido como que le estaba dando la espalda al club y a su historia.
El lugar en la historia alba
A propósito, ¿En qué lugar se pone en la historia de Colo Colo?
Siempre he dicho que hay muchos ídolos en la historia de Colo Colo y que ponerme en un estatus no va conmigo. No sabría donde ponerme. Lo que sí tengo claro es que soy un ídolo más, que la gente me quiere mucho, que hice muchas cosas por Colo Colo. Eso podría decir.
Hay estatuas de Chamaco y de Caszely, ¿falta la suya?
Me lo han preguntado mucho. A mí no me mata, no es un requisito. Hay muchos jugadores que a lo mejor, también la merecen. Eso uno se lo deja a Colo Colo. Yo no voy a andar por la vida pidiendo una estatua. Si la ponen, bien, agradecido. Y si no, no me mata.
¿Le dolió la forma en que salió de Colo Colo, que lo notificaran por teléfono?
Uhhh, mucho. Estuve muy dolido. Creo que no fue la forma. Todos cumplimos etapas en el trabajo, en el fútbol. La forma no fue la correcta.
¿Cómo debió ser?
Así, como estamos conversando ahora, sentados en una oficina. ‘Esteban, el directorio no te va a renovar, cumpliste una etapa’. Me hubiese gustado que hubiese sido así.
¿Eso no le cierra la opción a trabajar en Colo Colo?
Me encantaría trabajar en Colo Colo. Terminé hace poquito un curso de dirección deportiva, que me gustó mucho. También estoy estudiando para técnico, pero me voy más por la parte administrativa, a tener un proyecto para el fútbol joven, que lo estoy armando.
¿Qué haría distinto como director deportivo de Colo Colo?
Hay muchas cosas que hay que hacer, pero hay que trabajar. Aprender de los errores que se han cometido. Ir innovando en otras áreas, tener más apoyo, más visualización. Abajo, tener un formato, que se trabaje bajo ese formato. Ver el tema de los nutricionistas, los sicólogos. Hay cosas que hacer en lo futbolístico y en lo personal.
¿Se puede pensar en un proyecto de largo plazo en un club que cada dos años tiene elecciones y cambia todo?
Ahí está el error, Nadie ha presentado algo que los pueda unir, que los haga ir hacia el mismo lugar. Y al no proponer algo que sea claro, ordenado, que haga estar metido todos los días para que las cosas funcionen, pasa eso.
¿Falta trabajo en Colo Colo?
Yo creo que sí.
Aníbal Mosa anunció que quiere volver a la presidencia. ¿Si lo llama, acepta?
Hay que ver. Y si me ofrecen del bloque de Vial, también trabajaría. Yo voy a trabajar para Colo Colo, independientemente de que haya dos bloques más el club social. Todos los que están involucrados en Colo Colo tienen que trabajar para Colo Colo.
O sea, ¿no es correcto que ninguno de los bloques se apodere de la imagen de Paredes, más allá de la cercanía que tuvo con Mosa?
Obvio. No tiene que ser así. Tendríamos que usar la imagen mía para poder potenciar las áreas que están más débiles.
¿Con qué hitos se queda en su carrera y en Colo Colo?
Primero, con haber llegado. Mi abuelo y mi tío estaban vivos y cuando llego para ellos fue una emoción enorme, porque eran fanáticos. Gozaron y verles la cara fue algo muy lindo. Haber sido campeón en los primeros seis meses. La 30, que la prometí. Ser seis veces goleador del fútbol chileno. Ser el goleador chileno en la Copa Libertadores, el gol 216 o ser el goleador histórico del Superclásico, con Carlos Campos.
¿Cuánto marca el último registro la relación con los hinchas de Colo Colo?
Mucho. Hasta hoy, la gente me saluda y me dice ‘capitán’. Algo bueno hice. Hablan bien de mí y me emociona. Siempre he sido igual, humilde. Trato de ayudar. La gente se queda más con la persona que con el jugador que fui.
Bielsa, Sampaoli y el paso por la Roja
¿Qué le quedó pendiente?
Me hubiese gustado jugar en Argentina, en Boca Juniors. Hubo una posibilidad de ir a Banfield, en 2010, que ese año fue campeón. Me hubiese gustado jugar con mis hijos.
¿Y en la Selección, no haber coincidido con el mejor Chupete Suazo?
Esa Selección tenía delanteros que era imposible sacarlos. Chupete era extraordinario. Había otros más. No tuve la posibilidad de demostrar que pude ser una buena alternativa.
¿Le faltó explotar antes?
No exploté tan tarde. Santiago Morning me tenía un poco amarrado, los Nasur no me dejaban salir. A lo mejor, si me dejaban, hubiese explotado antes.
De su paso por la Selección, que incluye goles emblemáticos, ¿cuál fue el técnico que más le dejó?
Marcelo, el profe Bielsa. Que el que está mejor, juega, que no tiene favoritos. Dejaba a Valdivia afuera, imagínate. Y después, en lo personal, te explicaba, te ponía videos tuyos y eso también habla bien de él. Me explicaba los movimientos. Me decía las cosas que hacía bien, pero que en vez de hacerlas tres veces tenía que hacerlas diez. Eso, a la larga, con el tiempo, me sirvió para hacer tantos goles.
O sea, Bielsa lo hizo millonario.
(Ríe) No sé si millonario, pero, sí, hice muchos goles.
A Sampaoli no lo nombra con el mismo cariño.
No. Es que la verdad es que para mí fue algo de paso. No sé por qué no tenía la misma confianza conmigo que con otros jugadores, si era la Selección, no un club. Hacía los mismos trabajos que el profe Marcelo. Era todo parecido.
Cuando estuvo urgido, antes del partido ante Uruguay, tomó el teléfono y lo llamó.
No fue él quien me llamó, pero sí alguien de su cuerpo técnico.
Usted contaba que esa convocatoria lo sorprendió en un yate.
Era fecha FIFA. Estaba en México. Entrenamos temprano, por el calor que hacía en Cancún. Como a las dos y media suena el teléfono y me dicen que tengo que ir a la Selección. Tuve que irme, el domingo llegué a Pinto Durán, entrené el lunes y jugué el martes.
¿Qué le hubiese gustado lograr en la Roja?
Lamentablemente, para la Copa América de 2015, que me iban a llamar, estaba desgarrado. Pero lo disfruté igual.
¿Cómo resumiría su carrera?
Fue de menos a más. Cada año que pasaba, en vez de ir bajando la cuota de goles, iba avanzando. Después de la pandemia, terminé con lesiones en la costilla, en un dedo. No me arrepiento de nada. Acerté cuando me vine de México. Fue una carrera linda. Disfruté mucho haber estado 10 años en Colo Colo. Haberle dado alegría a tanta gente. Eso me deja contento.
Y acertó, también, con no ser oficial de la PDI.
Ahí sí que le acerté. Era mucho más complicado.