El 21 de abril de 2021 es una fecha que Aníbal Mosa difícilmente pueda olvidar. Ese día dejó la presidencia de Blanco y Negro, siendo reemplazado por Edmundo Valladares, timonel del Club Social y Deportivo Colo Colo, quien llegó a la testera de la concesionaria gracias al apoyo del bloque de Leonidas Vial y Gabriel Ruiz Tagle. Para el comerciante sirio fue un golpe duro, casi una traición, pues la corporación siempre había inclinado la balanza hacia su lado, algo que le permitió llegar dos veces a la cabeza de la sociedad anónima.

Durante todo este periodo, Mosa ha sido un acérrimo opositor a la gestión de Valladares, a quien le ha cuestionado muchísimas cosas. Desde la asignación de entradas de cortesía a personas vinculadas al CSyD (las que durante esta administración disminuyeron) hasta el balance de 2021. De hecho, tanto él como Eduardo Loyola, el otro integrante de su bloque, se negaron a aprobarlo, criticando muy duramente los pasivos de la institución.

Sin embargo, la señal más clara del puertomontino la dio a través de la renuncia de Paul Fontaine, su hombre de confianza tanto dentro como fuera del directorio. Este movimiento, que se produjo el 23 de marzo, obligó a llamar a una nueva Junta de Accionistas, fijada para el 25 de abril, con el objetivo de volver a elegir al directorio. De este modo, se abre una puerta para sacar a Valladares de la cabeza de la compañía.

Para que se produzca la salida del periodista de su cargo, los cuatro votos del bloque Vial-Ruiz Tagle tendrían que retirarle su apoyo. Y a eso es lo que apunta Mosa: convencer a Alfredo Stöhwing, Carlos Cortés, Ángel Maulén y Diego González de que es necesario un cambio. Para eso, ha tenido algunas conversaciones con Leonidas Vial para proponerle fórmulas para poner a un nuevo timonel. Una de las ideas que puso en la mesa fue la de un presidente de consenso y hasta la propuesta de un aumento de capital para volver a ser la cabeza de ByN. Incluso, otras fuentes del Cacique, aseguran que Mosa le ofreció al grupo de Vial la presidencia con tal de sacar a Edmundo Valladares.

Por otra parte, en el vialismo hay algunos reparos al estilo de conducción de Valladares, ya que consideran que ha invisibilizado a la concesionaria en desmedro de su función al frente del Club Social. Esa dualidad de funciones no les convence del todo, tampoco. Además, también varios miembros sienten que ha sido un gobierno más bien hermético y con poca participación del resto de los directores, quienes representan finalmente a los accionistas mayoritarios.

De todos modos, en ese sector están lejos de tener la certeza de apoyar la idea Mosa, pero tampoco está definido cien por ciento respaldar la continuidad del actual mandamás. Están en periodo de reflexión, pero conscientes de querer buscar un mayor protagonismo en la mesa para garantizar su respaldo al actual timonel, a sabiendas de que del voto de este sector depende el futuro de la actual cúpula.

Por otro lado, hay visiones que apuntan a darle un rol un poco más visible a Mosa, tomando en cuenta que individualmente es el máximo accionista y que eso podría ayudar a tranquilizar las aguas y permitir un gobierno mucho más fluido. Los días que vienen prometen ser de muchas conversaciones para buscar un acuerdo.

El adiós de Morón

Otro que no lo ha pasado bien es Daniel Morón. El campeón de América firmó como gerente deportivo cuando Mosa todavía encabezaba ByN y durante la temporada, pese a cerrar buenos nombres, enfrentó una serie de dificultades en las negociaciones, producto de su inexperiencia en el cargo, más allá de ser un hombre de fútbol, como señalan en el directorio.

En el exigente periodo de fichajes, sobre todo, en términos técnicos y administrativos, el ídolo albo necesitó de mucha ayuda para poder negociar y cerrar los diversos detalles contractuales para el club. Y en algunos casos, como el de Vicente Pizarro, el acuerdo terminó siendo muy poco conveniente para la institución.

Asimismo, el desgaste del exarquero durante todo este periodo y los constantes cuestionamientos del sector de Mosa no le han permitido trabajar con la tranquilidad que espera. El Loro, además, cobra un remuneración tres veces más baja que la de Marcelo Espina, su antecesor, y eso le produce un grado importante de incomodidad, más si se considera la magnitud del trabajo y el estrés natural que produce estar en un cargo de semejante exposición. Ya les comunicó a algunos directores su deseo de no continuar después del 30 de abril, la fecha del término de su contrato. No todos en el directorio están de acuerdo con revertir esta determinación.

Conscientes de que Morón ha tenido que ir al sacrificio en una etapa particularmente compleja para el club, hay algunos miembros de la mesa que quieren buscarle una nueva función dentro del club, por lo que significa su figura. El mendocino ya fue director de ByN y también miembro de la cúpula de la Inmobiliaria Estadio Colo Colo.

Encontrar un gerente deportivo, en caso de que se materialice la salida del actual, será tarea del nuevo directorio. Para ello, tendrán que llegar a un consenso, algo que históricamente y, a pesar de los buenos resultados del equipo, siempre ha costado conseguir.

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