Para algunos, acertó con reservar a varios titulares para evitar suspensiones. Para otros, corrió un riesgo innecesario porque sí que importaba el rival de cuartos de final, que será ahora Colombia. Pero dejando de lado el análisis de lo ocurrido ante Uruguay, que obviamente dejó muchos apuntes en la libreta que debe ser revisados con urgencia, el entrenador tendrá en estos cortos tres días que restan antes del compromiso frente a los cafeteros que dilucidar varias interrogantes que dejó la presentación de la Roja en el Maracaná. Las dudas de Rueda son varias: ¿El esquema utilizado ante los charrúas tendrá una segunda oportunidad? ¿La actuación de Paulo Díaz le abre un lugar entre los titulares para el compromiso en el Arena Corinthians? ¿Cuánto influye la situación médica de Gary Medel para armar el planteamiento?
Si algo no se le puede reprochar a Chile en el duelo ante los uruguayos es que resultó ser un equipo competitivo, pese a las variadas modificaciones que realizó Rueda. No solo guardó a cuatro titulares (Isla, Beausejour, Vidal y Fuenzalida), sino que además dispuso de un sistema táctico que apenas había utilizado en los amistosos de marzo disputados contra Estados Unidos. Pese a que muchos creyeron que había algo de improvisación, lo cierto es que el equipo se manejó casi a la perfección a la hora de cerrar espacios y en la recuperación casi siempre lejos de su propia área. La organización defensiva, que aisló durante 80 minutos a Cavani y Suárez del resto de sus compañeros, estuvo casi perfecta. Solo una desconcentración en las marcas, principalmente de Paulo Díaz, quien no fue a presionar sobre el costado a Rodríguez, y de Gonzalo Jara, que se durmió con Cavani, echó por la borda el operativo.
Viendo el resultado ante una de las potencias sudamericanas, la duda lógica que se plantea es si Rueda insistirá con este sistema, tomando en cuenta que Colombia también juega con dos delanteros bien marcados, algo que no sucedió por ejemplo con Japón y Ecuador. Roger Martínez y Duvan Zapata, los nominales titulares para Queiroz, son delanteros con menos experiencia que Cavani y Suarez, pero con una potencia física que les permitió por ejemplo imponerse a los zagueros argentinos. Si se toma en cuenta el estado de salud de Medel, no deja de ser una buena salida en caso de que el Pitbull no se recupere el mantener el sistema de cinco defensores, más allá de que los carrileros tengan características distintas. Porque no es lo mismo jugar con Isla y Beausejour que con Díaz y Opazo por los costados.
De los cuatro caras nuevas que aparecieron en el equipo titular en el Maracaná, el que sacó la mejor nota fue Paulo Díaz. Demostró que tiene nivel y personalidad para jugar en esta Selección frente a cualquier rival. Más allá de que cometió un error en la marca de la jugada del gol de Cavani, le ganó siempre el duelo a Lodeiro, al punto de que el charrúa fue reemplazado en el descanso, y en el segundo tiempo borró a De Arrascaeta, quien también fue sustituido. Aunque no tuvo la profundidad por su costado que suele darle Isla por el costado derecho, no estuvo impreciso con el balón en las pocas veces que se proyectó e incluso tuvo la ocasión más clara de Chile en el segundo tiempo, con un cabezazo que sacó Giménez desde la línea.
La presión la tiene Colombia
Pese a cargar con la mochila del bicampeonato continental, en la intimidad de la Roja entienden de que el favoritismo corre por cuenta de Colombia para el duelo del viernes en Sao Paulo. La campaña en la fase de grupos, donde ganó todos los partidos y no recibió goles en contra, hace que el combinado de Carlos Queiroz tenga las apuestas de su lado. Y al contrario de lo que muchos pueden pensar, eso cae bien en la selección chilena. El tema es que más allá del sistema que elija Rueda, los intérpretes que salgan a la cancha determinarán la forma de encarar el partido.
No es lo mismo si por el costado derecho, por ejemplo, posiciona a Isla y Fuenzalida, en caso de que decida volver al esquema de cuatro hombres en el fondo y tres delanteros, que decida ubicar a Paulo Díaz como lateral y al Huaso lo adelante a la zona de volantes en desmedro del Chapa. La situación física del jugador de la UC está siendo evaluada permanentemente por el cuerpo médico de la Selección y su inclusión está supeditada a las respuestas que tenga el miércoles y jueves. En el caso del ex defensor de Palestino y Colo Colo, lo cierto es que su rendimiento dejó más que conforme a Rueda y lo deja en primera línea para sustituir a cualquiera del fondo.
La última vez que ambas selecciones se enfrentaron por Copa América fue en 2016 en Estados Unidos, con victoria para la Roja por 2-0, que le dio el paso a la final del aquel torneo. En aquella oportunidad, Pizzi, el entonces entrenador, no pudo contar con Arturo Vidal, entre otros. Y aún así no se resintió el mediocampo. Para el partido del viernes, quedó claro después de lo visto el lunes en el Maracaná, que no hay funcionamiento que pueda disimular la ausencia del volante de Barcelona. Pablo Hernández no apareció ante los uruguayos en la dimensión que todos esperaban, y su aporte en ataque sobre todo fue intrascendente. Si el Rey no supera sus problemas físicos, seguramente el técnico colombiano debe estar evaluando otras chances en esa delicada zona de la cancha.
Se acabó la fase de grupos. Por pecados propios y méritos ajenos, Chile solo pudo quedarse con el segundo lugar. Ahora viene Colombia, para mucho la mejor selección del torneo. Rueda sabe que se acabaron los experimentos. Los días que restan serán vitales para dilucidar todas las interrogantes que asomaron tras el Maracaná. La apuesta, esta vez, será a todo o nada.