"Vamos a tener uno o dos equipos que van a ser grandes y 28 que van a ser una basura". Si lo dice Michael Jordan, el mejor basquetbolista de todos los tiempos, es para preocuparse. La NBA comienza este martes y se extenderá hasta el 11 de abril del próximo año. La 72ª temporada parte marcada por los fichajes millonarios y mediáticos cambios de camiseta, pero siempre con un favorito claro para quedarse con el título: Golden State Warriors.
El rival a destronar
Se dice que los Warriors, con tres finales consecutivas y dos anillos de campeón, están consolidando una dinastía dentro de la NBA. Mantuvieron el núcleo con Stephen Curry, Kevin Durant y Klay Thompson como los líderes ofensivos y con Draymond Green y el pivote Zaza Pachulia como los estandartes defensivos. La profundidad de su banca no sólo se mantuvo, sino que se estiró con la llegada de Nick Young. El ex Lakers se suma a Iguodala, Livingston, Looney, McCaw y West, como cartas fuertes para la emergencia. Golden State, bajo la tutela de Steve Kerr, redefinieron el juego de la NBA, con una ofensiva que se basa en el exceso de velocidad y lanzamientos precisos casi sin necesidad de apuntar. "Esta temporada seremos mejores todavía", advirtió Kerr. Y tiene cómo cumplir con la amenaza.
Bien armados
De un tiempo a esta parte, se ha dado en la NBA que la Conferencia Oeste es mucho más fuerte que la del Este. Esta campaña no debería ser la excepción. Los Warriors comandan la zona, pero dos franquicias se armaron especialmente para dar el zarpazo. Se trata de Houston Rockets y Oklahoma City Thunder. Los texanos ya era competitivos con James Harden como máxima estrella. Si bien la Barba no perderá tal condición, el fichaje del base Chris Paul (desde los Clippers) extiende fuertemente los argumentos del equipo. Paul (32 años) debe adaptarse a un técnico como Mike D'Antoni, amigo de las ofensivas cortas y ataques veloces, algo muy distinto a lo que el base hacía con Doc Rivers en Los Ángeles.
La gerencia del Thunder, en tanto, le llevó compañía a Russell Westbrook, el MVP de la temporada anterior. Los All Stars Paul George (Pacers) y Carmelo Anthony (Knicks) llegan para revivir el Big 3 en Oklahoma. La gran duda es cómo hacer congeniar a Westbrook y Anthony, dos jugadores que se distinguen por ser muy individualistas. Ese asoma como el punto débil de esta escuadra, además de su juego bajo la tabla.
Hijos del Rey
En la Conferencia Este, los Cavaliers despuntan como el gran adversario de Golden State, con quienes se han enfrentado en las tres últimas finales de la NBA. Obviamente, el equipo gira en torno a LeBron James. El Rey hace y deshace. No puso problemas para la partida de Kyrie Irving y pujó por la llegada de uno de sus grandes amigos en la liga, un todo estrella también: Dwyane Wade. El tridente de lujo se completa con Isaiah Thomas (Celtics), el base más pequeño de la NBA, pero de los más talentosos. Kevin Love y Tristan Thompson aportan el juego fuerte bajo la tabla.
Buena combinación
Irving es el mejor finiquitador de la NBA. Su intercambio con Thomas, desde Cavaliers a los Celtics, fue de lo más comentado en la pretemporada. Pero el base no es la única carta de Boston, que también se hizo de los servicios de Gordon Hayward (Jazz), uno de los agentes libres más codiciados. Magia, la de Irving, disciplina y efectividad, la de Hayward. Y en la zona pintada, Al Horford y el australiano Aron Baynes amenazan con ser una dupla de temer.
El Este, con los renovados Celtics y la mejora evidente de plantilla en los Cavaliers, parece ser cosa de dos.