Basta que comience septiembre para que en Chile se empiece a vivir ambiente de fiesta. Aparecen las banderas, se escucha música tradicional y, sobre todo, se encienden hornos y parrillas. Este jueves, se inauguraron oficialmente las fondas y ramadas, aunque lo cierto es que el ambiente festivo empezó a vivirse varios días antes. Incluso los niños, en sus respectivos actos escolares, han sido protagonistas de una jornada que suele destacarse en los calendarios como un hito que marca el inicio de la recta final del año.
En el fútbol, ese espíritu se alterna con la preocupación. La amplia oferta gastronómica de la época se transforma en una tentación prácticamente ineludible para cualquier persona y en el caso de los deportistas de elite, en un factor que puede incidir directamente en su rendimiento. Del consumo de alcohol, ni hablar. En ambos casos, los clubes procuran rayar la cancha con anticipación, para evitar contratiempos. Este fin de semana, por cierto, no hay partidos programados.
Entre 500 gramos y un kilo
La generalidad es que los cuerpos técnicos, por encargo de las respectivas dirigencias, les entreguen indicaciones expresas a los futbolistas en materia de nutrición a comienzos de cada temporada. Todas las partes asumen que una condición inherente a la obligación profesional es mantener una condición física adecuada. Lo mismo corre en el caso de la ingesta de bebidas alcohólicas. Sin embargo, siempre hay un margen que corresponde a la privacidad del deportista, que cuesta mucho más regular.
En los planteles del fútbol profesional chileno, el pesaje suele ser diario. Ese índice permite detectar con facilidad si se produjeron desajustes. Y con mayor razón en el caso de festividades prolongadas. A eso se agregan otras mediciones, como las antropométricas. Es decir, al menos desde el punto de vista científico, detectar excesos es una tarea absolutamente abordable. Igualmente, se recalca la responsabilidad de evitar cambios bruscos de peso. “En general, se da el margen de un kilo, si se trata de varios días. Y la obligación, obviamente, es ‘pagarlo’ en el primer entrenamiento siguiente”, explica un integrante de un cuerpo técnico de Primera División, con experiencia anterior como futbolista.
Hay quienes, sin embargo, le restan importancia a ese valor, que también considera la musculatura, y se concentran en el porcentaje de grasa. La última es la verdadera preocupación. Si la balanza no miente, el caliper, el instrumento con el que los preparadores físicos miden los pliegues cutáneos, tampoco.
El menú azul
En la U, por ejemplo, las condiciones están establecidas con claridad. Las recomendaciones apuntan a evitar el consumo de alcohol y a mantener una alimentación equilibrada. “Si vamos a comer una empanada o un choripán al almuerzo, quizás en la noche comer un plato de verduras con alguna proteína”, explicó Isidora Selman, nutricionista del club, al sitio Soy Azul. “Lo más importante en estos días es la hidratación. Si van a tomar una copa de vino o algo así, es vital mantenerse hidratados. Para el equilibrio con el consumo de azúcar es mucho mejor que puedan comer un mote con huesillo, que es más natural, a comer ‘chilenitos’. Hay que evitar el exceso de carnes rojas, comer más carnes blancas. Las carnes rojas producen inflamación. Entonces, es clave encontrar el equilibrio y la disciplina”, sostiene. “Se puede lograr”, enfatiza.
Los azules no descansarán en Fiestas Patrias. Como una forma de mantener el sentido de la fecha, el club ofrecerá un menú de alimentación que guarda relación con la fecha, pero que respeta los parámetros nutricionales propios de los deportistas. “Vamos a tener la semana chilena en los almuerzos, comiendo un día por ejemplo pollo al coñac, al día siguiente pastel de choclo, y así sucesivamente”, explica Selman.
Las multas
En el resto de los clubes, las precauciones son similares. “Hacemos pesaje diario y cada 20 días se realizan mediciones antropométricas y se elaboran planes de trabajo para cada jugador, dependiendo de las necesidades. Los que están pasados en el peso tienen un trabajo físico especial y los que le falta musculatura, también”, explica Fernando Díaz, técnico de Coquimbo Unido.
En el equipo nortino, las condiciones están claras: los jugadores recibieron una pauta para los días 17 y 18 de septiembre, aunque el control será relativamente fácil, pues solo tendrán libre el segundo día. “No los vamos a soltar. Se comerán su empanada, como toda la gente. Y entrenamos al otro día. Nos paramos”, explica el estratega. El consumo de alcohol es una materia que no solo se trata en estas circunstancias. “Hay recomendaciones, pero es algo de lo que se habla todos los días. La clave es que se puede hacer de todo, pero con calidad. Lo justo y necesario”, sostiene. El concepto es idéntico al que utiliza Manuel Pellegrini, de quien Díaz fue ayudante en los inicios de su carrera como técnico.
El autocuidado toma un carácter vital. El otro factor relevante es el contexto. “En una fiesta como esa ningún jugador termian mal. Van a comer lo normal, con la familia. No es que se vayan a desbandar”, sostiene Díaz.
Igualmente, como pasa en todos los planteles, hay sanciones internas. Vale decir las que establecen los propios jugadores. “Se establecen sanciones, que se aplican de acuerdo a los resultados de la antropometría. Se les da un peso ideal y esperable, con variaciones. Si se pasan, entran a categoría roja”, explica el entrenador. Naturalmente, las compensaciones no pueden pagarse en comida. “Ahí entran las multas, en plata, que se destinan al fondo de los jugadores”, concluye.