Ricardo Gareca ya tiene tres partidos dirigidos con el buzo de la selección chilena, con un saldo de dos victorias (3-0 a Albania y 3-0 sobre Paraguay) y una derrota (3-2 con Francia, en Marsella). Independiente a lo meramente estadístico, que también es importante, la Roja ha evidenciado en sus recientes presentaciones un mejor aspecto, que invita al optimismo de cara al futuro. Luego de épocas con más dudas que certezas y con un notorio cortocircuito entre la Selección y los hinchas, ahora el panorama inspira otra sensación. Luego de los ensayos, vienen los partidos por los puntos.
Este viernes, el Equipo de Todos debutará en la Copa América 2024 ante Perú, en el AT&T Stadium de Arlington, que significará el primer partido oficial del Tigre al mando del combinado nacional. Es de Perogrullo mencionar el tinte especial que tendrá el duelo para el entrenador argentino, por su extenso y exitoso pasado en el país incaico.
Si hay una competencia que le cae como anillo al dedo a Gareca es la Copa América, por los positivos rendimientos que tuvo con la Bicolor. Más allá de la coyuntura previa al certamen, siempre se las ingenió para ser animador. El dato duro indica que en tres de sus cuatro participaciones, no bajó del cuarto lugar.
El Tigre asumió en marzo de 2015 la banca de la selección peruana y su primer desafío oficial fue la Copa que se disputó en Chile. Comenzó a cimentar una base de futbolistas que lo acompañó durante toda su etapa en la Blanquirroja. Fue una de las pocas instancias en las que contó con los denominados “4 fantásticos”: Claudio Pizarro, Paolo Guerrero, Jefferson Farfán y Juan Manuel Vargas. Perú clasificó al salir segundo en su grupo y enfrentó a Bolivia en cuartos de final. Ganó 3-1 en Temuco y se encontraría con la Roja en semifinales. Cayó y debió conformarse con jugar por el bronce. Derrotó 2-0 a Paraguay, en Concepción, y se quedó con el tercer puesto, repitiendo lo realizado en Argentina 2011.
Al año siguiente, en la Copa América Centenario de Estados Unidos, la faena tuvo de dulce y de agraz. Ganó el grupo B con siete puntos, dándose el lujo de eliminar a Brasil. Le ganó por 1-0, con un gol con la mano de Raúl Ruidíaz. En cuartos, cayó por penales ante Colombia. Si clasificaba, hubiese jugado ante Chile, reeditando lo acontecido en 2015.
La mejor campaña de Perú en una Copa América luego de 44 años sucedió en Brasil 2019: un subcampeonato. Y superó la fase grupal como uno de los mejores terceros. En cuartos de final, eliminó por penales a Uruguay. Luego, en semis, la Bicolor arrolló a la Roja de Reinaldo Rueda con un lapidario 3-0. Llegó a la final en el Maracaná y perdió 3-1 con el Scratch. En aquella ocasión, Gareca ya contaba con una base estable en su equipo: Gallese; Advíncula, Zambrano, Abram, Trauco; Tapia, Yotún; Carrillo, Cueva, Flores; y Guerrero. De los mencionados “4 fantásticos”, el único que acompañó toda la era del Tigre fue el Depredador, goleador histórico de la selección.
Dos años más tarde, en la Copa de la pandemia, Perú salió segundo del grupo B (detrás de Brasil) y en cuartos se cruzó con Paraguay, superando esa valla en tanda de penales. En semis, cayó por la cuenta mínima ante el local. Luego, quedó cuarto al caer contra Colombia.
Como jugador
La historia de Gareca en la competición no solo se remite a ser entrenador. También estuvo como futbolista. Fue en la edición de 1983, que se jugaba con otro formato y no tenía una sede fija como en los tiempos actuales. Argentina, con Carlos Salvador Bilardo de entrenador, quedó en el camino en la fase grupal, quedando detrás de Brasil. El Tigre, quien militaba en Boca Juniors, jugó cuatro partidos.
Si bien el objetivo central es la clasificación a la Copa del Mundo (en septiembre se reanudan las Eliminatorias), la Copa América es clave en esta nueva etapa, para seguir amalgamando la estructura. “Tengo muchas expectativas para todo lo que tiene que ver con el inicio. Es un grupo difícil, complicado, pero ilusionado en hacer una buena Copa”, declaró el seleccionador nacional en la rueda de prensa oficial, previa al debut.