El Comité Olímpico Internacional ganó algo de tiempo el domingo. Filtró a los medios que iba a dar una gran noticia y apenas informó que se daría cuatro semanas para decidir si Tokio 2020 se aplazará o no. Eso ya se sabía, pues Dick Pound, uno de los más antiguos miembros del COI, había dicho en febrero que la decisión final se tomaría a finales de mayo.

¿Cuál será esa decisión? Cada vez más el camino parece ser a un aplazamiento, pues la cancelación, algo que jamás ha ocurrido en tiempos de paz, no está en los planes del Comité. Este lunes, el Primer Ministro japonés, Shinzo Abe, calificó como “inevitable” la opción de que los Juegos se posterguen. “Celebrar unos Juegos Olímpicos en julio no es factible ni deseable”, dice Sebastian Coe, presidente de World Athletics (la Federación Internacional de Atletismo).

El problema tiene dos caras. Una es la posibilidad de juntar a miles de deportistas y espectadores y esperar un contagio masivo. Y el otro es meramente deportivo, pues muchos atletas ya anotados no han podido entrenar y mantienen una angustiosa espera por conocer el futuro de los Juegos y otros han visto cancelados sus torneos clasificatorios.

La primera opción es retrasarlos dentro de este mismo año, como ha pasado con buena parte de las competencias internacionales. La fecha prevista para los Juegos Paralímpicos, del 25 de agosto al 6 de septiembre, aparece como la primera que sale a la luz, pero podría ser demasiado cercana. Así, los meses que quedarán de 2020 aparecen como la mejor carta, pues el megaevento no se toparía con otros certámenes importantes, que se agendan para años no olímpicos. O dicho de otra manera, aquellos eventos no se verán obligados a moverse por culpa de los anillos olímpicos.

Eso sí, ya en septiembre comienza el otoño en el hemisferio norte y a fin de año, la época de lluvia, El factor climático volvería a ser un tema, pues el calor del verano nipón había complicado a la organización. Además, se espera una avalancha de eventos deportivos para el segundo semestre, y aunque buena parte no son disciplinas del programa olímpico, habrá que esperar las conversaciones con cada federación internacional para saber qué ocurrirá.

Por lo mismo es que se baraja también la idea de que los Juegos se disputen en las mismas fechas, pero en 2021. En ese caso los sistemas y plazos de clasificación para el 60 por ciento de los cupos que aún no se llenan deberían modificarse. En todo escenario, eso ya fue adelantado por el Comité del COI, que le dio hasta la primera semana de abril a las federaciones internacionales para presentar nuevas propuestas y plazos clasificatorios.

La lista de organizaciones que pidió un aplazamiento sube cada día: comités olímpicos importantes, como el de Brasil, Australia y Canadá; federaciones como las de atletismo y natación de Estados Unidos, están presionando abiertamente, en un claro gesto de que el COI no está escuchando a sus asociados. Esos dos deportes son precisamente los que tienen programados sus mundiales para 2021.

En el Comité Olímpico Australiano ya lo dan por hecho y pidieron a sus atletas que se preparen para los Juegos en el verano de 2021, según informa su web justo tras el anuncio de Thomas Bach de tomarse cuatro semanas para la decisión final. “No se trata únicamente de la salud de los atletas, sino de la salud pública”, aclara el comunicado de los norteamericanos. “Está claro que los Juegos no pueden celebrarse en julio”, admitió el vicepresidente del comité australiano, Ian Chesterman.

¿Juegos Olímpicos en 2022? La opción también ha sonado, la leyenda Carl Lewis lo dijo abiertamente. El Mundial de fútbol, el mayor evento de ese año, será en noviembre, y con los Juegos de Invierno no hay tope, de hecho Lewis propone que se hagan paralelamente. Pero sí, eso significaría pensar en mover, tal vez, París 2024, que estaría solo dos años por delante. ¿Habría cooperación para un movimiento tan grande?