Patricio Cabrera es una cara conocida para la organización del Dakar. Pese a que con sus 31 años todavía es un joven dentro del parque cerrado del rally, las nueve veces que ha disputado la competencia le dan un plus diferente con sus pares etarios. De hecho, si participa en la edición de 2023 de la carrera, será el más joven en decir presente en diez versiones del histórico evento.
Por eso habla con seguridad y conocimiento. Algo que al charlar vía Whatsapp con El Deportivo queda en evidencia. Aborda las emociones y los hitos que han acompañado su periplo por Arabia Saudita. El supuesto ataque terrorista sufrido en Jeddah, el accidente de Ítalo Pedemonte y el día en que se perdió en medio del desierto salen a flote en la conversación.
“Mis sensaciones son muy buenas a pesar de que el primer día me costó mucho conectar con esa navegación distinta. Voy muy bien físicamente y la moto anda bien. Después de esta primera semana me siento enterito, con mucho físico y mucha energía para afrontar lo que viene”, comienza diciendo el coyhaiquino. Habla inmediatamente de los problemas que tuvo con la ruta, y es que el primer día sufrió mucho en el rally más importante del mundo.
“Nunca en mis ocho Dakar me había perdido tanto. Fui del segundo grupo que llegó al waypoint pero ya se habían ido todos los del primer grupo cuando llegué. Entonces hice de nuevo la ruta y me volví a equivocar. No sabía donde estaba el error y empecé a dar vueltas. Después seguí a un auto pensando que ellos iban a pillarlo y se perdió. Seguí a otro y también. Llegó a un punto donde todos estábamos en todos lados. Nunca me había pasado y después quise volver a la carrera pero no encontraba la ruta”, recuerda entre risas. Fueron momentos de desesperación bajo el potente sol del desierto africano.
Risas que se cortan en seco cuando sale el tema del posible ataque terrorista que afectó al Dakar. Patricio confiesa que los pilotos no se enteraron del incidente por la organización, sino que por amigos que les escribieron desde fuera del parque cerrado. Asume lo complicado de lo que pasó, pero lo borra de sus pensamientos, él vino a correr. “Acá no se habló nada de eso y nos mantenemos 100% alejados de cualquier cosa que no sea la carrera. Mientras no sepamos algo real o verídico, no se comenta en el parque cerrado”, lanza para después agregar: “Personalmente no me preocupo si van a haber más o si fue verdad que hubo ataques o no. Me concentro en lo que venimos a hacer, porque estas cosas te sacan de la carrera y creo que ahí es donde corro realmente peligro, si me meto a una etapa desconcentrado. Si no hay nada oficial, no hago caso a lo que se dice y me enfoco en correr”, añade.
Finalmente no deja pasar la oportunidad para conversar sobre Ítalo Pedemonte y su terrible accidente. “Nos golpeó porque el diagnóstico era muy fuerte, pero a medida que pasaron los días ha ido evolucionando muy bien. Eso nos tranquiliza. Ojalá lo operen pronto para que comience la reconstrucción de su rostro y podamos devolvernos todos juntos, al igual que como llegamos”, concluye.