Como hace muchos años no sucedía, Colo Colo debió armarse prácticamente de nuevo para afrontar la temporada. Nueve jugadores llegaron a la tienda alba para reemplazar a los que se fueron. Algunos, de manera sorpresiva. Sin embargo, de ellos, solo Ramiro González, Carlos Palacios y en menor medida Leandro Benegas se convirtieron en titulares en el equipo de esta temporada. El resto, mayoritariamente ha pasado más con el cuerpo médico que entrenando. Para el duelo de este viernes frente a Unión La Calera, nuevamente Gustavo Quinteros sufrirá estas ausencias.
“No tengo decidido el equipo que va a iniciar. Hemos entrenado con alternativas, porque hay jugadores que todavía se tienen que recuperar físicamente o tienen alguna molestia. Venimos jugando partidos durísimos cada cuatro días. Tenemos cinco o seis jugadores que no podemos utilizar porque están lesionados. Están repitiendo mucho los mismos y algunos están un poco cansados, cargados y demás”, reconoció el entrenador en la víspera del duelo ante los cementeros, quien admitió que tanto González como Maximiliano Falcón están algo “tocados”, pero que llegarían al encuentro.
Y es que hay casos llamativos, como el de Matías de los Santos. El charrúa llegó para reemplazar al gravemente lesionado Emiliano Amor. Este último, incluso, podría no ser inscrito tampoco para el segundo semestre. En tanto, el defensor arribó con molestias físicas y una vez consolidado como titular volvió a lesionarse, por lo que terminó siendo intervenido de la rodilla. Por otro lado, el colombiano Fabián Castillo también será baja por varias semanas, debido a un desgarro de tendón distal del biceps femoral izquierdo.
Quizás lo más llamativo es el presente de Darío Lezcano. El delantero paraguayo llegó para ser la gran carta en ataque tras la salida de Juan Martín Lucero. No obstante y pese a que venía con ritmo de competencia, se apagó rápidamente hasta el punto de no ser citado por Gustavo Quinteros, debido a varias razones. El guaraní ha vivido semanas difíciles desde lo personal y también fue perdiendo peligrosamente su forma física.
En tanto, Erick Wiemberg fue fichado como el reemplazante de Gabriel Suazo. El lateral izquierdo arrastraba un historial de lesiones importante, que le quitó bastante regularidad la temporada pasada en La Calera. Nuevamente estas molestias aparecieron y también será baja ante su exclub. De hecho, la última vez que el valdiviano tuvo minutos fue el 25 de marzo en el amistoso ante Colón.
“Son jugadores que vienen arrastrando molestias o lesiones que les llevó un tiempo estar fuera, de no tener continuidad, de no tener esos 90 minutos cada cuatro días que te da tu mejor nivel futbolístico y físico. Ellos dos están entrenando casi normal, están fortaleciendo las zonas donde tuvieron problemas. Esperamos tenerlos a ellos y a los que están fuera al cien por cien. El partido anterior jugamos con seis jugadores menores de 20 años. Están trabajando y esperamos tenerlos para la semana que viene, ojalá a alguno de ellos podamos utilizarlo en Copa Libertadores”, explicó el técnico sobre la situación de estos dos refuerzos.
Finalmente, está el caso de Matías Moya, quien no ha podido demostrar lo que hizo en Ñublense el año pasado, donde fue uno de los puntales del subcampeonato de los chillanejos. El argentino-chileno no ha podido con las lesiones musculares y apenas suma 110 minutos, repartidos en cuatro encuentros.
La esperanza del DT
La explicación a varios de estos problemas de los refuerzos está en la intensidad que pregona Quinteros en los entrenamientos. De hecho, puso como ejemplo a Carlos Palacios, quien aún no está en óptimas condiciones, pese a ser titular. “Colo Colo exige que todos los jugadores estén al cien por cien todos los días, estar siempre dispuesto al trabajo. Por eso hay muchos chicos a los que les cuesta, evitando cometer errores dentro y fuera de la cancha. Los que llegan y juegan todos los partidos tienen que ser valorados, son profesionales. Carlos Palacios está cada vez mejor, es un jugador que tiene gol, asume la responsabilidad, un chico joven que no ha tenido continuidad en los últimos años y eso le ha ido pasando factura. Tiene que mejorar en la parte física, ponerse más ágil. Cuando lo consiga, será mucho mejor de lo que es ahora”, destacó.
A pesar de todos estos contratiempos, Quinteros ha logrado hacer competitivo al equipo y se ilusiona. “Ya estamos en un momento donde el equipo debería jugar a su mejor nivel; tenemos el atenuante de no contar hace mucho tiempo con varios de los refuerzos que llegaron, que le podrían dar mucho más al equipo, pero yo creo que a nivel funcionamiento, a nivel rendimiento, tendríamos que estar cerca de lo mejor de cada uno de los jugadores en lo individual”, expresó.
La violencia
Gustavo Quinteros también se refirió a la violencia constante que está aquejando al fútbol y en especial afectando a su equipo. Así, entregó su receta para solucionar el problema: “Hay que sacarlos del fútbol para que la hinchada verdadera de Colo Colo disfrute del equipo. Estamos haciendo algo mal, tenemos que identificarlos, meterlos presos y que estén con la policía cuando el equipo juegue. Me sorprende que en Chile no se haga eso. Es fácil. Lo complicado es que perjudica a las familias que quieren venir a alentarnos. Sería todo más fácil si la justicia actuara de otra manera. No es justo que, por 15 o 20 tipos, paguen 35.000 o 40.000 personas”.
“Si ven al tipo de la bengala, hay que llevárselo y sacarlo del fútbol, para que no vuelva. Fácil, como se hace en otros países, se soluciona de esa manera. Yo soy hincha de Colo Colo ahora, desde el día que pisé acá hago todo lo posible para que el equipo gane. Todo. Nunca voy a tratar de perjudicar a la institución, a mi equipo, pero la gente que viene y perjudica no es hincha del club, entonces hay que eliminarlos del fútbol”, profundizó.