Danijel Subašić entró en la historia de los mundiales. No solo por tomar la bandera de Croacia, que una vez consumado el fallo del penal de Luka Modric, a los 116 minutos, parecía hundirse en la lucha por entrar en los cuartos de final de Rusia 2018. Ayer, en Veliki Nóvgorod, el nacido en Zadar se transformó en el segundo guardameta en atajar tres penales en una tanda de desempates en Copa del Mundo, récord que ostentaba Ricardo, de Portugal, en el duelo ante Inglaterra válido por la cita de Alemania 2006.
Es que el portero del Mónaco estudió la eventual definición a penales ante los daneses. No es casualidad su notable actuación. Atrás dejó su error al minuto de juego, que ayudó a que Jorgensen pusiera en ventaja a a los daneses.
Subašić sabía que podía entrar en la historia desde los doce pasos. Comenzó firme, adivinando la intención de Christian Eriksen. El del Tottenham lo lanzó a su derecha y el portero respondió con una estirada que sacó aplausos de los fanáticos balcánicos. El segundo danés en lanzar fue Kjaer pero, esta vez, dejó sin ninguna opción al arquero. Tampoco tuvo fortuna ante Krohn-Dehli, quien lo engañó.
Sin embargo, el momento de gloria del portero croata estaba por llegar. Apenas Schöne se paró frente al balón, Subašić supo que le atajaría el disparo que fue hacia la derecha. Y a Jorgensen, minutos después, en un penal mal tirado, no tuvo problemas para sacarla con los pies y comenzar a sellar la clasificación.
Por ello, apenas Rakitic sentenció la clasificación croata a cuartos de final, todos los abrazos se fueron a Subašić. No fueron para Luka Modric, ni para el autor del último penal, quienes acostumbran a llevarse los elogios y las portadas de los diarios locales.
El primero en felicitar al guardameta fue Ivan Perisic, volante europeo. Reconoció el bajo nivel del equipo: "Definitivamente, no fue nuestro mejor juego. Tuvimos más oportunidades, pero el fútbol es un deporte extraño. Al final, de alguna manera, lo logramos. Quiero felicitar a todos en mi equipo. Subasic tuvo una velada increíble. No fuimos los mejores esta noche, pero a veces no está mal tener un mal juego", dijo en zona mixta.
Ya entre los ocho mejores, los dirigidos por Zlatko Dalić quieren igualar la gesta de Francia 1998, donde el combinado balcánico alcanzó el tercer puesto. Ahora, con más ambición, se ven capaces de meterse en la final, más aún cuando los grandes, como Alemania, España, Argentina y Portugal, ya quedaron en el camino.