Apenas River Plate consiguió el pase a cuartos de final de la Copa Libertadores en el Mineirao de Belo Horizonte, Marcelo Gallardo reunió a buena parte de la dirigencia que había viajado a Brasil para insistir con un tema que hasta ese momento no tenía solución. El fichaje de Paulo Díaz, por quien el cuadro millonario ya había fracasado en contratarlo en enero pasado, no podía postergarse más a jucio del técnico más importante en la historia del club. El argumento que utilizó el Muñeco en el encuentro fue claro: "Nosotros ya hicimos la tarea y le dimos a la institución más de un millón de dólares por avanzar en el torneo. Ahora, les toca a ustedes. Ya saben cuál es mi pedido y no quiero excusas. Veo que Boca gasta millones en refuerzos y a mí no me pueden conseguir al único que les solicité".

Lo cierto es que ese ultimátum de Gallardo surtió efecto porque después de varias semanas intentando llegar a una cifra que agradara a los directivos del Al-Alhi, finalmente River Plate acordó la compra del defensor chileno a cambio de US$ 4 millones por el 80% del pase. Al atardecer la noticia se conoció en los pasillos del Monumental de Núñez y también en la casa de Paulo Díaz, quien de inmediato hizo la maleta y hoy por la mañana ya aterrizaba en Buenos Aires para realizarse los chequeos médicos, paso previo a firmar su nuevo contrato.

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Pero más allá de haber hecho una buena campaña en San Lorenzo hace un tiempo, a muchos en Argentina les llamó la atención el desenfrenado interés de Gallardo por el chileno. De hecho, en todo este mercado de pases no pidió ningún otro refuerzo, ni siquiera en caso de que lo de Paulo Díaz no se hiciera finalmente ¿Por qué tanta obsesión del entrenador por el futbolista formado en Palestino?

La primera y principal razón tiene que ver con la capacidad del jugador de actuar en cualquiera de las cuatro posiciones de la defensa. Aunque el técnico tiene pensado utilizarlo como zaguero central derecho, sabe que tiene en Díaz un seguro de vida para ser lateral o marcador izquierdo. Y eso no lo encuentra en los otros tres defensores centrales como son Pinola, Rojas y Martínez Quarta. La salida de Jonathan Maidana al fútbol mexicano en diciembre pasado dejó un vacío importante en el fondo que Gallardo quiere llenar con el seleccionado chileno.

El paso por San Lorenzo, donde estuvo dos años tras salir casi en silencio de Colo Colo, fue otro factor clave en la insistencia de Gallardo. En su estadía en el equipo de Boedo no fue expulsado jamás, lo que refleja su inteligencia a la hora de manejar la habitual vehemencia con que actúan los defensores. Aunque a veces arriesga demasiado en el anticipo cerca de la mitad de cancha, dejando muchos metros a sus espaldas cuando queda a mitad de camino, aquello lo corrige con una gran velocidad de recuperación. En un equipo que suele ser protagonista en todas las canchas, esta cualidad es muy valorada por el técnico.

En la primera parte de esta época dorada de River Plate con Gallardo a la cabeza, los defensores tuvieron mucho protagonisno en ataque a partir de los balones detenidos. Maidana y Gabriel Mercado anotaron muchísimos goles, especialmente a partir de la pegada de Pisculischi. Sin embargo, tras la salida de ambos, no volvió a tener el equipo esa variante. Pues bien, con Díaz recupera un arma de ataque importante en la pelota parada. Sus 184 centímetros de estatura, sumado al buen posicionamiento y timming para ir a atacar el balón lo convierten en un futbolista destacado en las alturas. Una estadística resalta en este análisis: en el aire se impone en tres de cada cinco duelos. Y eso se refleja en las dos áreas.

A la espera de que los exámenes médicos salgan de buena manera, Paulo Díaz firmará en las próximas horas su contrato con el cuadro millonario. Su vuelta a la Superliga trasandino es una buena noticia también para Rueda, que tanto criticó en su momento su partido a Medio Oriente. Pero quien más celebra es Marcelo Gallardo. Al fin tiene a su gran refuerzo. Ahora espera que el chileno le devuelva la gentileza.