Las razones por las que Joaquín Larrivey sufre el “síndrome Montillo” en la U
La edad del jugador (37 años), la duración del contrato y la incógnita de quién será el próximo técnico azul impiden que la concesionaria y el goleador del torneo lleguen a un acuerdo. Por ahora, el transandino ya comenzó a despedirse del Romántico Viajero.
Es el goleador del campeonato con 17 anotaciones, lleva 40 celebraciones en 61 partidos disputados con la camiseta de Universidad de Chile y es uno de los jugadores más queridos del actual plantel. Pero eso no es suficiente para que Azul Azul se defina por la renovación de contrato de Joaquín Larrivey y hoy el jugador se encuentra más fuera que dentro del CDA.
“Lo que dijo mi representante es clarísimo. Por ahora disfrutar de esto y estoy agradecido de la gente que se manifiesta, el cariño es mutuo, totalmente. Pero ahora debo disfrutar el presente, de lo que queda y me quedan cuatro meses de contrato, es lo que tengo”, aseguró el centrodelantero tras anotar un gol y dar una asistencia en la victoria estudiantil ante Unión Española (2-3).
Y tiene razón. Es lo que hay. Porque pese a que existen conversaciones entre Azul Azul y su manager, Sergio Irigoitía, el acuerdo está lejos de materializarse. Y razones hay varias. La primera de ellas es la edad del nacido al otro lado de la cordillera: los 37 años de Joaquín preocupan en el directorio estudiantil, porque las lesiones a esa edad ya no son tan fáciles de recuperar. Sin embargo, lo que no se está tomando en cuenta es que Larrivey ha jugado 153 compromiso en los últimos cinco años y fue titular en 126 de ellos.
Los honorarios pretendidos por el ariete también producen un desacuerdo, pero no tanto como lo es la duración del nuevo vínculo que se firmaría. Él quiere estar dos años más en Santiago y los laicos ofrecen solo uno y podrían darle otro siempre y cuando cumpla con ciertos objetivos. Algo que es rechazado por el deportista, pues en el último lustro siempre aportó con más de 10 goles a sus equipos y con los cuidados necesarios para que su condición física no sea un problema.
Pero sin duda uno de los argumentos que más pesa en los nuevos regentes de la escuadra felina es la indefinición que existe con respecto a la Dirección Técnica. La llegada del nuevo gerente deportivo, Luis Roggiero, se retrasó para la próxima semana y recién ahí se comenzará a trabajar en la búsqueda de un entrenador que comande al equipo en la temporada 2022. Y si bien no se descarta que continúe Esteban Valencia, tampoco se da por desechada la idea de traer un nuevo adiestrador y por tanto una nueva idea de juego donde al artillero argentino podría no encajar.
Si a esto se le agrega que tampoco está definido el presupuesto para la temporada venidera, dependerá de si clasifican a un torneo internacional y a cuál de ellos entrarán, pareciera que todo juega en contra de la actual figura de los estudiantiles.
Por esto mismo, muchos creen que Bati está viviendo el “síndrome Montillo”: es el jugador más trascendente de la actual competencia y uno de los más queridos por la hinchada, pero no seguirá siendo un León el 2022. Para más suspicacias, el ídolo del Romántico Viajero es parte de la empresa que maneja los contratos del fusilero y su relación con la actual regencia de la sociedad anónima quedó totalmente rota, cuando no se llegó a puerto para que Walter siguiera por doce meses más en el CDA y colgara los botines en diciembre de este año.
Algo que caló hondo en las y los seguidores incondicionales de Universidad de Chile, por lo que ahora ya han tomado acciones para que no se vuelva a repetir. De hecho, este miércoles, a las 11 de la mañana, se juntará un grupo en el CDA a protestar por la falta de renovaciones y su lema será “Los que la mojan, se quedan”.
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