Dos hermanas, chilenas por cierto, acabaron metidas en lo más alto del que supone el podio individual de los más de 4.000 deportistas que se dieron cita en los Juegos Sudamericanos de Cochabamba.
Melita y Antonia Abraham se colgaron cuatro oros cada una. Un dato no menor: conquistaron todas las pruebas que tenían inscritas. Tres carreras las ganaron en conjunto y cada una ganó otra individual. Ellas y otras tres deportistas, todas brasileñas, fueron las más ganadoras de toda la justa boliviana. Solo la nadadora Gabrielle Concalves está por encima de ellas, quien ganó los mismos cuatro oros, pero además sumó una plata.
Para entender la gran participación de las nacionales, bien vale considerar que si entre las dos conformaran una nación, habrían terminado en el décimo puesto del medallero colectivo, por encima de Bolivia (cuatro oros), Panamá (dos), Surinam (dos), Aruba (ninguno) y Guyana (ninguno). Con los mismos metales dorados que toda la delegación uruguaya y uno menos que el equipo paraguayo. Y eso es mucho decir.
Las Abraham, sin duda, fueron las mejores exponentes de los 449 deportistas que se abanderaron con el Team Chile. Fueron las grandes responsables de que Chile ganara sin contrapeso el remo. Dieron cinco de los ocho oros y seis platas que entregó la disciplina a la delegación criolla.
Eso sí, no fueron las únicas que aportaron con más de un metal dorado a los 38 que cosechó Chile en los Sudamericanos que organizó Bolivia. Otros cinco deportistas entregaron al menos dos medallas doradas. Algunos sorpresivos y otros no tanto.
Por ejemplo, Felipe Miranda y Valentina González, ambos en esquí náutico, se colgaron dos oros y una plata cada uno. Y aun así se fueron con gusto a poco de la represa La Angostura de Cochabamba. Los dos quedaron con la sensación de que pudieron haber conquistado al menos una presea dorada más.
A ellos se sumó María José Maillard en el canotaje. La chilena fue la mejor en las dos pruebas que tenía inscrita (la última disputada ayer). En Bolivia no conoció otro puesto del podio que lo más alto de este. Situación parecida a la de Kristel Köbrich. La nadadora compitió en tres pruebas, ganó en dos de ellas (una, los 400, en la que ni siquiera se siente cómoda) y en la otra salió cuarta. O Pamela Salman, quien se colgó también dos metales dorados, en las dos pruebas en que representó a Chile en el tiro deportivo. Una en equipo y la otra de forma individual.
Y detrás de ellos, otros 16 deportistas que ganaron un oro y al menos un metal más, ya sea de plata o de bronce. Fabiola Zamorano, Goviana Reyes, Ysumy Orellana (todas en canotaje), Alexa Guarachi y Daniela Seguel (ambas en tenis), Felipe Peñaloza (ciclismo de pista), Rodrigo Miranda (esquí náutico), Ignacio Montesinos (equitación), Yoselyn Cárcamo, Eber Sanhueza, Felipe Cárdenas, César Abaroa, Nelson Martínez, Felipe Leal, Ignacio Abraham y Óscar Vásquez (todos en remo), fueron los destacados.
Chile cumplió un buen papel en Cochabamba. Hubo actuaciones sobresalientes. Y lo de las hermanas Abraham fue excepcional. Y además, con apenas 20 años, lo que habla de un futuro exageradamente prometedor. Son las deportistas chilenas que vienen. Las reinas de Cochabamba.