Las Rojas se ponen a tiro de los Juegos Olímpicos. El equipo de José Letelier obtuvo un triunfo por 1-2 frente a Camerún, en el partido de ida del playoff que se disputa en Antalya, Turquía, que puede resultar decisivo. Los cabezazos de Camila Sáez, en el primer tiempo, y de Carla Guerrero, en la segunda etapa, ambos tras ejecuciones de balones detenidos de Yessenia López, ilusionan a la escuadra nacional con ganarse en la cita de los anillos.
La primera parte de la tarea está cumplida. Incluso con un rendimiento que sobrepasó las aprensiones que había manifestado el técnico José Letelier en la antesala del encuentro. Si acaso el descuento que anotó Ajara, en los 76′, confirma los temores que tenía el estratega a los balonazos largos de las africanas, aunque, al margen del error estratégico, el arranque que terminó con el zurdazo que batió a Endler hay que atribuírselo a una falla individual de Guerrero. Habrá que apuntarlo de cara a la vuelta, pero, en líneas generales, su escuadra fue más que sus miedos.
Chile realizó un buen partido, superó sus propias expectativas e incluso fue capaz de enmendar la imagen que había dejado en el Mundial de Francia, con una producción ofensiva mucho mayor que la que mostró en ese torneo. En definitiva, mostró progresos considerables en su juego.
Presión
Las Rojas salieron a presionar a las Leonas Indomables. Ahí, quizás, dieron la primera sorpresa. Esa disposición surtió efectos porque dejó a las africanas sin espacios para ensayar pelotazos que les permitieran aprovechar la velocidad de sus atacantes para generar peligro. En esa propuesta se notaba que los largos meses de trabajo que habían tenido las nacionales para trabajar el encuentro daban frutos.
Parecía que Chile tenía bien aprendido el libreto para contrarrestar al rival (de hecho, ambos goles se produjeron en balones detenidos, una de las debilidades que había detectado el cuerpo técnico nacional), pero sobre todo que fue capaz de explotar virtudes propias. Ahí aparecieron figuras claves como Yanara Aedo, Yesenia López, María José Urrutia y Camila Sáez para sostener al equipo de Letelier. Y, en una mención habitual, Christiane Endler para aparecer en los escasos momentos en que fue necesaria. La portera del PSG realizó una intervención clave al término de la primera etapa.
El 1-2 con que terminó el duelo parece un justo premio para Chile. Las Rojas entrarán con la ventaja de los goles que anotaron como ‘visitantes’, que en caso de igualdad valen por dos, pero deberán afrontar el encuentro de la vuelta con la misma disposición que el de este sábado. No podrán confiarse demasiado, aunque entrarán también con la seguridad que les brinda haber mostrado virtudes para sobreponerse a un rival de fuste, pero al que, quizás, no había que temerle tanto.