Martín Lasarte se planta con la tranquilidad habitual en la conferencia de prensa frente a Brasil. Sabe que el inicio de la fecha triple de las Eliminatorias, con el único partido como anfitrión en el ciclo, puede resultar fundamental. Que un triunfo frente al Scratch implicará un envión anímico importante para la lucha por llegar al Mundial de Qatar. Dice, en ese sentido, que la presencia del público. también es un aliciente. Sin embargo, aún le da vueltas en la cabeza la imposibilidad de contar con dos de los nombres que había logrado consolidar como opciones para la Roja: Ben Brereton y Francisco Sierralta. Ambos jugadores no pudieron viajar producto del bloqueo de la Premier League a las Eliminatorias, por razones, inicialmente, sanitarias.
“Está claro que uno mira hacia uno. Es una cuestión que nos preocupa. Tengo miedo de que esto se pueda transformar en algo más reiterado. Hay pautas de la FIFA que no se están cumpliendo. Sudamérica está siendo perjudicado. Las ausencias de Francisco y de Ben nos perjudican, me hubiese gustado contar con ellos. En un grupo armado, siempre que alguien no esté, perjudica”, sostiene, rechazando de plano la categoría postura de los británicos.
“Nos falta Ben y nos falta Alexis… casi nada. Pero es la situación, la que es. Hemos manejado más de una idea. Quizás tenemos alguna para el inicio y alguna otra para el recorrido del partido. Ayer hicimos unas coordinaciones de ataque, hoy las vamos a repetir”, lamentará más tarde, añadiendo otro nombre que considera clave en la lista de ausencias. “Si a una selección le falta uno de sus mejores futbolistas, es significativo. Les pasa a todas las selecciones. Está claro que nos afecta, pero no podemos instalarnos en el lamento. No he hablado con él en estos cuatro o cinco días. Todavía no está recuperado. Esperamos que esté para los partidos siguientes”, declara. A cambio, prefiere ilusionarse con la actualidad de Eduardo Vargas. “Hablando con un compañero suyo, me dijo ‘qué suerte que tenemos un delantero nuevo’. Está muy bien, delgado, fibroso. Está renovado, bien, con otra seguridad, confianza. Ojalá que logre materializar las cosas que hemos preparado en goles. Se le ha visto muy bien”, revela.
Habrá más quejas y advertencias. A la dificultad que implica el formato, por ejemplo. Y a los ajustes que se deben realizar en las nóminas producto de las dificultades que implica cada compromiso. Antes, una valoración positiva al retorno del público. En el caso de este jueves, al estadio Monumental. “Soy de los que piensa que el fútbol es para jugarlo con público. Ya sea el que te apoya o incluso el otro, el que te embronca. Bienvenido sea. Todos nos congratulamos de que así sea. Sería importante que el resultado sea positivo, darles una alegría”, se propone.
Sin calculadora
Lasarte dice que es malo para las proyecciones. Por eso, evita en dos oportunidades referirse a la cosecha que lo dejaría primero contento y después tranquilo en los duelos frente a Brasil, Ecuador y Colombia. “Me gustaría alejar para siempre la calculadora... En las Eliminatorias Sudamericanas hay dos selecciones que están clasificadas a un par de fechas. El resto, pelea hasta el final. Nuestro objetivo es pelear hasta el final. Tenemos que tratar de sumar en todos los partidos. En la medida en que el calendario va a transcurriendo, uno se da cuenta de que va necesitando sumar en esos partidos en que a priori parecía difícil. De la misma manera que esta fecha nos puede dar cierta situación de lugar, se las va a dar a otros”, sostiene.
También desliza una crítica al formato. “No es muy lógico que juguemos tres partidos en una semana. Nosotros y los rivales. Había otros momentos, tiempos para resolverlo de otra manera. Todo es a forceps. Hubo una Copa América a una semana de haber terminado una fecha eliminatoria. Todo apretado. No es la más fácil, con un rival complicado en casa y dos salidas difíciles. Está claro que tres fechas dicen mucho más que dos. En la medida que sumemos, será productiva. Y si no, mucho más riesgosa”, sostiene. “El partido que viene de visita en Quito es tres días después. Recuperas, preparas, viajas y juegas al otro día. Quizás no se toma en cuenta. Pensar en repetir 11-11-11, lo veo complicado, difícil. Lógicamente algunos van a repetir. Y luego veremos quienes estén mejor”, ejemplifica más tarde
“¿Con qué puntaje quedo contento? Con nueve”, dice, aunque sin el afán de ironizar. “Es muy difícil saberlo. Las Eliminatorias nos han demostrado en un montón de casos que hubo equipos que empezaban arrasando y se cayeron. Y otros que estuvieron afuera y que esa dinámicas se transformó en dos o tres partidos. En el apuro, te digo con nueve”, insiste.
También afronta la dificultad adicional que tendrá la Roja: evitar amonestaciones que deriven en suspensiones. “La dificultad de jugar tres partidos y 10 jugadores con amarillas hizo que citáramos más jugadores. Tenemos dos partidos de visita de condiciones extrañas, difíciles. Es muy difícil decirle a un jugador que juegue con el pie en el freno. Sí hay que evitar alguna tarjeta por reclamos. Por eso la idea fue citar más futbolistas”, añade. Luego explicará que la convocatoria fue más amplia en virtud de la posibilidad concreta de perder algún jugador y de las características que tendrá cada partido. “Citamos lo que nos pareció conveniente. Tenemos un partido de local y dos como visita de características especiales. No veo el de Quito como un partido para laterales con recorrido, por ejemplo. Por eso hay futbolistas de otras características. Por otro lado, no encontramos jugadores en un nivel alto”, especifica.
El entrenador habla de la inserción de Robbie Robinson. “Cuando el jugador joven, novato, se acerca a la Selección, lógicamente tiene que cumplir un período de adaptación. Hay algunos de adaptación inmediata, pero son los menos. A Morales lo tuvimos en microciclos, a Valencia lo llevamos a la Copa América, está Luis Jiménez también. En algún momento va a ser. A veces no es lo ideal, pero es el que es. Les tenemos mucha confianza. Al que le toque, bienvenido sea. Respecto de Robinson, es medio parecido a lo de Ben. Tratamos de que se asocie a lo que intentamos hacer. Es el tercer día de Robbie. Le hemos visto buenas cosas, tiene buenas maneras. Y al igual que lo que pasó con Ben, esperamos, no sé si una explosión, que pueda hacerlo bien”, amplía.
Finalmente, reflexiona acerca de las dificultades que representa Brasil. “Está claro que Brasil con Tite no solo es duro por las cualidades técnicas habituales, sino que además es muy complicado hacerle goles. Creo, si no estoy equivocado, que Argentina rompió esa racha. Pero en el fútbol hay que intentar siempre”, concluye.