Chile cae frente a Colombia y se hunde en las Eliminatorias. Martín Lasarte se consolida en una estadística particularmente triste: es el técnico de peor rendimiento de la Roja considerados diez encuentros oficiales. El uruguayo luce apenas un 27 por ciento de rendimiento, muy por debajo, incluso, de su antecesor, Reinaldo Rueda, quien logró el 37 por ciento de efectividad. Solo considerando lo que alcanzaron a dirigir en las Eliminatorias, el cafetalero consiguió un 33,3 por ciento (un triunfo, un empate y dos derrotas) contra un 20 por ciento (tres empates y dos derrotas. Los números no son lo único que condena al ex técnico de Universidad Católica y Universidad de Chile. Al oriental también se le enrostra la pérdida de la identidad del combinado nacional, que hoy luce menos atrevido y que incluso con una propuesta más conservadora se expone a papelones, como le pudo suceder este jueves en Barranquilla, si los cafetaleros aprovechaban las ocasiones de las que dispusieron para ampliar el marcador.
La comparación con Rueda no es casual. Primero, porque es la referencia más cercana. Y luego porque, al margen de que haya sido el rival de turno, con toda la carga emotiva que conllevaba, la mirada está puesta en la involución que sufrió el juego de la escuadra nacional desde una propuesta que ya recibía críticas porque no se condecía con el estilo que Chile había consolidado en las gestiones de Marcelo Bielsa y Jorge Sampaoli y que fue perdiendo, paulatinamente, en las de Juan Antonio Pizzi, Rueda y, ahora de Lasarte. “Ha sido un desastre. Se han equivocado en la contratación del técnico. Era el momento de un chileno. Trajeron a uno que viene de Egipto, con un sistema muy defensivo para una generación acostumbrada a otra cosa. Con Ecuador no fue capaz de apurar arriba. A Brasil no lo supo apurar. A Meneses lo tira más a la lucha. Isla juega de espalda. Y con un Vidal que se equivoca. En el Barcelona pudo jugar de nueve, pero nunca lo hizo bien. Lo de él es venir de atrás. Hoy se trata más de defender que de atacar. Al que más responsabilizo es a Lasarte. Los jugadores van a luchar, no se van a entregar, pero Lasarte debe tomar mejores decisiones”, enfatiza Marcelo Vega, mundialista con la Roja en Francia 1998.
“Cuando uno hace ese tipo de esquemas es porque es defensivo. El mensaje es que el punto nos sirve. Aránguiz debió jugar desde el comienzo. Es el motor”, reflexiona el exvolante respecto de una propuesta que, definitivamente, no le convence. Sus críticas no solo apuntan al estilo. La elección de los jugadores también se lleva una cuota de repudio. “¿Por qué llama a Allende, a Valdés o a Castellón teniendo a (Marcos) Bolados, a Bastián Yáñez o a (Joaquín) Montecinos?”, se pregunta. “Lasarte es un caballero. Todos queríamos que le fuera bien, pero era difícil con lo que heredó. Lo que es evidente es que con Bielsa, con Sampaoli y hasta con Pizzi, Chile era más agresivo”.
En resumen, Vega ni siquiera ve grandes cambios en una gestión que debía, al menos, cambiar la percepción que generaba el juego de la Roja con el colombiano. “Es casi lo mismo. Rueda le gana a Perú y con Colombia terminamos empatando al último. Con Uruguay no fue tan malo, pero con Venezuela lo perdió mal. Y Lasarte con Bolivia, que pudo jugar bien, no fue capaz de ganar. Son puntos que duelen, aunque lo peor es la forma. La responsabilidad la tendrán que asumir los jugadores. Con una reunión, como fue en la época de Pizzi. Esta Selección está acostumbrada a jugar a otra cosa”, dice.
No hay sorpresa
A Sergio Navarro, capitán de la Roja en el Mundial de 1962, la actual situación ni siquiera le genera demasiada sorpresa. “Era lo esperable, porque Chile juega de la mitad de la cancha para atrás. A tocarla, tocarla, para el lado y terminar dándosela a Claudio Bravo. Así, a quién le ganan. Habilidad, sin Alexis Sánchez, no tiene ninguno que se la dé. Tienen técnica, hacen buenos pases, la paran o la entregan bien, pero de lado a lado. Eso no es fútbol. Podrían ver cómo juegan los alemanes, los italianos”, sostiene.
El análisis del equipo de Lasarte, en todo caso, no alcanza para exculpar a su antecesor. “¿Qué dejó Rueda? Absolutamente nada. Y si Colombia ganó ayer fue por la habilidad individual que tienen sus jugadores, que están en un mejor momento que los chilenos”, sentencia el ex integrante del Ballet Azul. El análisis vuelve, irremediablemente, a la oscura jornada en Barranquilla. “Dicen que jugamos bien y están locos. Así no se clasifican. Póngale la firma. Y con ese entrenador, menos. Nos estaban haciendo una boleta, porque el primer tiempo pudo terminar 4-0 y empieza a poner cabros jóvenes, sin experiencia. Está loco. Así no podemos clasificar jamás. Al Huevo Valencia le ha ido mejor. Vidal es puro quite y lo pone a organizar. El único cambio cuerdo fue el de Jiménez. Y lo pone de centrodelantero. Es una locura. No se nota la mano”, sentencia.
“Todos somos culpables, porque en un momento aplaudimos un fútbol que sabíamos que no nos llevaría a ninguna parte. Y me incluyo. Fue un espejismo. Es cuestión de mirar el puntaje que tenemos. No tenemos ninguna posibilidad de clasificarnos. Da vergüenza, porque Chile nunca jugó tan mal”, plantea, a modo de conclusión.
Culpas compartidas
Leonardo Véliz, mundialista en Alemania 1974, opta por repartir las culpas. “Lasarte, de nueve puntos solo rescató uno, pero ¿es culpa suya nomás? Los jugadores no le han respondido. No rescato a nadie. Ahora salen todas las fórmulas, pero yo lo vengo diciendo: hay que trabajar en el plano formativo, que ha sido deficiente en los jugadores y en la capacitación de los entrenadores. A Rueda y a Lasarte los encuentro dos personajes decentes para el fútbol. La diferencia está en el material que ha recibido cada uno. Rueda recibe a un plantel que está en el primer nivel en Europa. Lasarte, a una generación en baja, gastada, que no ha tenido recambio. Ha tenido que remar con esos jugadores. Rueda acertó con irse. A su tierra y con jugadores de mejor nivel. Por algo se fue”, estima. “Hay que mirar por qué Palacios y otros no se han ganado el lugar y no han desplazado a los viejos. No existe un jugador individual que desarme a una defensa. El Alexis Sánchez de la época del Arsenal”, expone, a modo de ejemplo.
El ex delantero del mítico Colo Colo 1973 intenta comprender la idea del técnico uruguayo. “Había que ganar sí o sí, o, por último, obtener un punto para mantenerse vivo. Lo que hizo Lasarte es lo que habría hecho cualquier entrenador. Era el tercer partido y se sabía que no podía hacer un equipo tan intenso, como todos pedíamos. A lo mejor en los nombres no estoy de acuerdo, pero el sistema era eso. El punto es que Colombia nos dio un toque, no nos prestó la pelota. En el segundo tiempo hubo algún margen para la esperanza, pero el tercer gol nos mató”, repasa.