La Roja que enfrentará a Argentina empieza a tomar forma. Martín Lasarte ensayó una formación que constituirá la base de la que enfrentará a la Albiceleste, aunque con la salvedad de que esperará hasta último momento a Charles Aránguiz y Erick Pulgar antes de que ratificar la formación que se medirá con la escuadra de Lionel Scaloni.
La Selección entrenó en el estadio Zorros del Desierto, el escenario del compromiso ante los transandinos. En la práctica, que partió como algunos ejercicios específicos, Lasarte les pasó los petos naranjos a los jugadores que piensa utilizar en el decisivo duelo de este jueves. Eso, está dicho, a la espera de las evoluciones de los volantes del Bayer Leverkusen y la Fiorentina.
Tridente soñado
La estructura comienza con Claudio Bravo en el pórtico. La defensa, ante las ausencias de Mauricio Isla y de Paulo Díaz, quien no participó en la sesión, la conformaron José Pedro Fuenzalida, Gary Medel, Guillermo Maripán y Sebastián Vegas. La elección del defensor del Monterrey obedece a su mayor experiencia en la altitud, una condición con la que convive cada fin de semana.
En el mediocampo, la gran sorpresa fue la aparición de Marcelo Allende como el volante más adelantado. Los otros dos fueron Claudio Baeza y Tomás Alarcón, dos cartas que hace rato forman parte del radar de Machete. Esa estructura puede cambiar radicalmente si el Príncipe y el antofagastino llegan en buena forma al entrenamiento de este miércoles, en el que adoptará la decisión final.
En la ofensiva, el entrenador uruguayo podrá contar con sus tres mejores hombres. De hecho, fue la fórmula que ocupó en el penúltimo apronte: por la derecha Eduardo Vargas, por el centro Ben Brereton y por la izquierda, Alexis Sánchez. El Niño Maravilla, en una acción habitual en su juego, fue el que más intentó conectarse con la zona de volantes.
Del caos a la tranquilidad forzada
La presencia del combinado nacional tiene enfervorizada a la ciudad minera. No hay momento del día en que el hotel Alto del Sol, donde está concentrado el plantel no tenga en sus alrededores a fanáticos. Hoy, por ejemplo, en la salida del equipo a la sesión preparatoria, se produjo una invasión total a la zona en que estaban ubicados los buses que trasladan al plantel. La contención de Carabineros fue insuficiente.
La situación ya había generado inquietud en las autoridades, sobre todo en el aspecto sanitario, pues se corre el riesgo de romper la burbuja y terminar afectando a los jugadores. En principio, las medidas, que incluyeron la instalación de vallas más alejadas que las originales, además de contingente policial, fueron insuficientes.
Al retorno, sin embargo, se adoptaron todas las precauciones. La policía uniformada desplegó un alto contingente, reforzado incluso por efectivos provenientes de otras regiones. Así, el equipo de Lasarte pudo volver a concentrarse en calma.