Eran las 11.35 de la mañana y el trabajo principal que la Roja realizaba en la cancha poniente de Juan Pinto Durán finalizaba. De inmediato Alexis Sánchez se trasladó a la cancha que está más al oriente. No lo hacía solo, eso sí, porque Yerko Urra, jugador de Huachipato, tercer arquero de la Selección, lo acompañó exhibiendo unas ganas muy llamativas.
El destino no era otro que dirigirse a cumplir con unos ejercicios de definición que había dispuesto el cuerpo técnico de Reinaldo Rueda. La idea era que el tocopillano siga haciendo ejercicios puntuales para fortalecer el tobillo y sus sensaciones con la pelota. El arquero de Huachipato tenía a su cargo evitar que el ariete del Manchester United convirtiera. Y todo esto con Mauricio Isla como espectador de lujo.
Para hacerlo más interesante, eso sí, hubo una apuesta: "¿Diez mil?", le gritó Sánchez a Urra. "Diez mil", asintió el meta. Y así comenzaron los ejercicios. No se definieron las reglas, la cosa era simple: el tocopillano tenía que anotar y el acerero debía atajar.
Un juego que finalmente ganó por masacre el arquero y que por momentos desesperó al atacante. Porque de 26 remates que intentó el tocopillano, turnándose desde ambos costados del área grande, solo logró convertir dos tantos. La mayoría se fueron para afuera, otros tiros a los palos y los que iban al arco fueron contenidos con éxito por inspirado portero Urra. Sánchez, de hecho, demoró 14 tiros en lograr anotar por primera vez en esos ejercicios. Tal era su fastidio en un punto, que al aire gritó un sonoro "¡nooooo!".
Urra no se achicó en ningún momento y a pesar de tener al frente a una figura mundial como Alexis, le celebraba con fuertes exclamaciones cada balón que no llegaba a gol. Hasta un garabato se le escapó por ahí, como si hubiese sido el partido por un campeonato. El joven portero, además, se dio otro gusto: porque si bien los ejercicios solo los comenzó el Niño Maravilla, en medio de estos, quizás motivado por la notable actuación de Urra, se sumó Mauricio Isla. El Huaso, aunque sin apuesta de por medio, no tuvo un mejor resultado que AS7: de 18 intentos solo logró convertir un gol.
De fondo, Paulo Díaz y Óscar Opazo se enfrentaban en un fútbol tenis a Diego Valdés y Eduardo Vargas. Al rato se sumaría la dupla de Junior Fernandes con Igor Lichnovsky.
Mientras, Pinto Durán se preparaba para recibir a Cecilia Morel, esposa de Sebastián Piñera. El entrenamiento estuvo adornado por personal del GOPE, que revisó con un perro labrador cada rincón del complejo para alistar la visita de la Primera Dama, que llegó acompañada de la Fundación Orquestas Juveniles e Infantiles de Chile.
¿Y qué pasó con la apuesta? Solo en la interna de la Roja se sabrá si fue pagada o no. O si Mauricio Isla se puso con una parte del monto, ya que también sucumbió ante la tanda casi perfecta de Urra. De seguro que uno de estos días Alexis le pedirá la revancha.