La Sra. Angustia se ha hecho presente en el Mundial de Rusia. Y ha tocado las puertas de los favoritos como Uruguay, España, Brasil, Inglaterra, Argentina, Alemania y Francia, que han sufrido lo indecible para decirle al mundo que ellos son los elegidos. Con los débiles, esta señora es asidua visitante en sus hogares.

Pero la historia también se escribe con sudor, convicción y rebeldía. Islandia, México, Japón, Croacia, Egipto, Marruecos y Perú han sido huesos duros de roer, unos triunfadores momentáneos y los derrotados regresan con la misión cumplida.

Para motivar a los despreciados o depreciados hay muchos caminos. Me imagino las arengas antes de salir a la cancha: "Vamos muchachos, hay que darlo todo", "tienen dos piernas igual que nosotros", "vamos, que hay un país alentándonos", "concentración, carajos", "a defender con todo".

¿Qué les habrá dicho Sampaoli a sus jugadores ante Croacia? "Vamos, que somos grandes". Algo parecido con el sonsonete che.

Los croatas le robaron el libreto a Don Sampa, agregando comas, anexos y puntos suspensivos. Lo presionaron como en los mejores tiempos que estuvo en Chile con los azules y la Roja de todos. Hasta en los minutos finales le tocaron la oreja en una goleada histórica para el futbol croata. Fueron depredadores al estilo Sampa.

Le jugaron de igual a igual desestimando la presencia de Messi, que otra vez fue un sonámbulo. ¿Que el tiempo es implacable con los dioses de este siglo? Si lo es y muere la Messidependencia y surge la Messindiferencia. Un zombi en este mundial nuevamente y conste que no es el único culpable.

Hoy está en la lona. Se acaban sus mitos y leyendas y tendrán que pensar en el tan mentado recambio. Se acaban los Higuaín, Di María, Otamendi, Mascherano, Banegas, Caballero, etc. Aún respira, es un hálito.

Y lo doy por firmado: Sampaoli con esos tatuajes no llega al Real Madrid ni al Barcelona. Anótelo.