Gustavo Quinteros, el técnico de Colo Colo, no podía creerlo. Anoche, apenas se enteró de la resolución de la Seremi, que enviaba al positivo y otros 17 jugadores a cuarentena, tras la fiesta en el camarín tras vencer a la U, comenzó a diseñar en su cabeza el equipo para enfrentar a Ñublense, en Chillán. En una semana en la que apostaba a tener paz, luego de vencer a su clásico rival, terminó solo sumando problemas que desarmaron su plan inicial.
En el Cacique, pese a la molestia que existe por la resolución, pues aseguran que no se está aplicando el mismo criterio en todos los clubes, jugaron la carta que tenían más a la mano: apelaron a que Leonardo Gil, el volante que anotó frente a los azules, y Omar Carabalí, el portero suplente, fueran borrados de la lista de los jugadores que deben cumplir cuarentena. ¿El motivo? Ambos futbolistas, al momento de las efusivas celebraciones, no estaban en el camarín compartiendo con sus compañeros. Fueron los elegidos en el sorteo para someterse a los exámenes de doping que se realizan después de cada encuentro. La apuesta resultó y ambos podrán ser considerados ante Ñublense.
Ambos jugadores se unieron de emergencia a la delegación que se trasladó a Chillán en bus. Llegaron cerca de las 14 al Monumental y de inmediato su subieron al bus para irse a Ñuble.
La Comisión Médica fue puesta al tanto de la situación. Lo mismo la Seremi, que resolvió el caso. Así lo decía César Kalazich, miembro de la comisión médica, en la entrevista concedida a El Deportivo. “Vamos a cumplir lo que diga la Seremi. Ellos tomaron esta decisión y es acorde a sus criterios que respetamos. Más allá que todos son negativos, salvo el infectado, el virus podría aparecer como máximo hasta el onceavo día”.
Colo Colo se prepara para enfrentar a Ñublense. El duelo, pese a las bajas del Cacique, se jugará sí o sí. El único motivo que puede poner en riesgo es el encuentro es que la Seremi determine que existe un brote en el plantel albo.