Leonardo Véliz compara a la Sub 17 con la del 93: “No veo a un Rozental o un Neira; esta es más colectiva”

El Pollo guio al contingente que logró el tercer puesto en el Mundial de Japón. Desde esa experiencia, valora el logro del equipo de Sebastián Miranda.
Aunque ha habido experiencias posteriores en cita planetarias de la categoría, apenas la Selección Sub 17 consiguió la clasificación al Mundial de Qatar, el recuerdo fue automático. Quizás porque el torneo se disputará en Asia, la memoria condujo instantáneamente a un momento feliz para el fútbol chileno: el tercer puesto en la cita planetaria que se disputó en Japón en 1993.
Esa vez, el equipo capitaneado por Sebastián Rozental y que, además, lucía como figuras a Manuel Neira, Frank Lobos y Héctor Tapia mantuvo, literalmente, a un país despierto. La diferencia horaria obligaba a madrugadoras jornadas para presenciar los partidos de una escuadra que ya se había ganado la atención por su participación en el Sudamericano de la categoría. Terminaron transformándose en un fenómeno colectivo.
Leonardo Véliz alaba a la Sub 17 y la compara con la del 93: “No veo a un Rozental o un Neira; esta es más colectiva”
Leonardo Véliz fue el conductor de esa escuadra. Además de su brillante carrera futbolística, que tiene hitos como su condición de integrante de Colo Colo 73 y la participación en el Mundial del año siguiente, la condición de entrenador de ese equipo juvenil es una auténtica insignia de su trayectoria.
Desde esa categoría, el Pollo aborda el análisis del equipo que encabeza Sebastián Miranda. "No son comparables. No veo un Rozental o un Neira“, sentencia, sin que la relación implique una connotación negativa. Por el contrario, es una valoración. “Esta selección se sostiene más que todo en el fútbol colectivo. Los chicos saben a lo que juegan. El que actúa por el sector derecho (Martín Jiménez) es fuerte. Hay chicos que se atreven a pasarse a un jugador. Los míos lo hacían”, resalta.
Sin embargo, advierte que aún quedan parámetros por medir. “Ahora los quiero ver contra los brasileños. Lo importante es que no se les vayan los pajaritos a la cabeza”, sentencia.

La última alusión remite, necesariamente, a la experiencia con algunos de sus dirigidos. “¿A quienes se le fueron los pajaritos?“, responde frente al planteamiento de El Deportivo. Y responde. ”A (Frank) Lobos, que lo llevaron a Viña. A (Manuel) Neira. Y los demás eran chicos normales. Eso de los pajaritos es relativo…“, sostiene.
Desde esa postura justifica la compleja transición al nivel estelar. “El impedimento fue que en sus clubes se toparon con jugadores extraordinarios. Gorosito, Acosta, Barrera en la UC; en Colo Colo, Etcheverry, Basay, Yáñez, Barticcioto y Espina. Cuándo iban a jugar”, justifica. “Pekerman, quien trabajaba en el club, planteó que había que darles opciones, pero Colo Colo exige triunfos inmediatos. Y no existían ni los representantes. Solo existía el Guatón Vergara. Hay una presión del medio, también. En la elite, como en el Barcelona, los van poniendo de a poquito. Esa suma de poquitos da resultados. Llevarlos a la concentración, que se vayan metiendo en esto, con los grandes. El trabajo sicológico es clave. Leí que Miranda les quitaba el teléfono para que durmieran. Yo también les saqué los teléfonos fijos de las habitaciones”, explica.
Comenta
Los comentarios en esta sección son exclusivos para suscriptores. Suscríbete aquí.