En las próximas semanas, comenzará a producirse uno de los giros más profundos que recuerde el deporte chileno, con la creación del Sistema de Certificación de las Competencias Laborales y Profesionales de los entrenadores. Es decir, los técnicos que trabajen en el país deberán demostrar sus capacidades para ejercer en la actividad federada nacional, mediante una licencia, un cambio de paradigma que es impulsado por el Comité Olímpico de Chile, a través de su Área de Educación, que encabeza Leonardo Lucero.
Se utilizaron como referencias los modelos de España, Francia, Estados Unidos, Canadá, Irlanda, Italia, México y Colombia, y se detectó que el mayor problema era que no había un criterio común para las capacitaciones que ofrecían las entidades deportivas, por lo que no siempre tenían relación con las necesidades de los técnicos. Luego, la iniciativa fue presentada a expertos de cuatro universidades, elaborándose mapas funcionales.
“No hay una estandarización en cuanto a los tipos de entrenadores y lo que hay no responde a las necesidades del mundo federado en este minuto. Cualquiera dice que es técnico y nadie le puede decir nada, porque no está regulado y tampoco hay un órgano que lo valide. Eso cambia ahora”, afirma Lucero, quien también da cuenta de una dura realidad: “Hay federaciones que tienen técnicos cuya última capacitación fue hace 15 años y, con los tiempos de hoy, eso no puede ser”.
El COCh, a través de su presidente, Miguel Ángel Mujica, del secretario general, Jaime Agliati, y de Lucero han ido desarrollando diversas conversaciones con las federaciones, el IND y el Mindep, que serán junto con el Comité, las entidades que estarán a cargo de certificar las capacidades de los profesionales. El plan piloto involucra a 15 federaciones (Triatlón, Canotaje, Judo, Tenis, Hockey y Patinaje, Hockey Césped, Ski, Rugby, Tenis de Mesa, Lucha, Karate, Taekwondo, Balonmano, Aikido y Fútbol Americano) y cuatro están afinando detalles para sumarse (Golf, Deportes Submarinos, Boxeo y Andinismo). De ellas, cinco comenzarán en octubre y la idea es que antes de 2024 estén todas. El fútbol no está contemplado en esta etapa inicial, ya que cuenta con el INAF como organismo educativo.
Los profesores
El primer paso contempla una evaluación previa, en la que cada federación y el COCh dispondrán de un equipo de profesionales para hacer un reconocimiento de aprendizajes previos (RAP), el que puede conducir directamente a la licencia o puede arrojar algún déficit, por lo que el entrenador será derivado a una capacitación específica. Mientras que el curso completo actuará con los técnicos nuevos que quieren entrar al sistema.
Ser mayor de 18 años o estudiar alguna carrera relacionada con la actividad física es parte de los requisitos. Si no se cumple esto, bastará con cuarto medio y someterse a un curso de nivelación que ofrece el Comité Olímpico. También las federaciones podrán hacer exigencias especiales, de acuerdo a las características propias de cada disciplina.
Se otorgarán seis tipos de licencias: D (iniciación deportiva); C (especialización deportiva), B (perfeccionamiento deportivo); y A1, A2 y A3, que corresponden al Alto Rendimiento y proyección internacional, siendo esta última la de mayor especialización, pues requiere un mínimo de ocho años ejerciendo y participación en competencias mundiales y olímpicas.
En tanto, las licencias que se otorguen tendrán una validez de cuatro años y los entrenadores podrán subir de nivel, siempre y cuando demuestren las competencias exigidas para ser promovidos. De renovar su documento, el profesional sale automáticamente del registro. Además, todo coach deberá ir subiendo cada seis meses su papel de antecedentes, con el fin de corroborar que no esté impedido de trabajar con niños.
Entre los docentes, se encuentra la leyenda española Mateo Garralda, seleccionador nacional de balonmano, quien valora la iniciativa. “Es tremendamente importante que esto exista, ya que se deben regularizar y validar los aprendizajes de los entrenadores”, dice. Desde 2016, trabaja capacitando y ha detectado falencias. “En la Federación me quedé en el nivel más básico, porque ahí están los mayores problemas de aprendizaje”, plantea.
El coach compara esta realidad con lo que sucede en su país. “En España hay entrenadores de nivel mundial en balonmano, y para certificarse hay tres módulos de dos años cada uno”, relata, junto con comentar que las jornadas de trabajo con el COCh han sido largas y duras, porque “hay que adaptar los contenidos a las exigencias del Comité”.
Henry Reimberg, presidente de la Federación de Tenis de Mesa, destaca el plan. “Venimos trabajando hace tres años y, como federación nos sumamos, porque consideramos que el programa es único y sin precedentes. Se ha aprobado en países como Estados Unidos, Canadá, Colombia, y es importante ese parámetro. Nos permite adquirir experiencia y educación continua, además de regular el mercado. La gente es reacia a veces a los cambios, pero esto ayudará a dar mejores herramientas de trabajo”, sostiene el dirigente, quien incluso realizó su tesis de máster sobre este tema.
El tenis trabaja para sumarse. Sin embargo, tomará tiempo. “Es una súper buena idea. Todos anhelamos que haya un sistema estandarizado de capacitación, como sucede en otros países, pero va a ser un proceso que no va a ser tan rápido. El COCh quería que empezáramos en agosto, pero aún estamos trabajando en ajustes, por lo que deberíamos estar listos a comienzos del próximo año”, cuenta Paulina Sepúlveda, encargada de capacitación de la Fetech.
En tanto, Miguel Miranda, asesor de capacitación de la Anetech, agrupación que reúne a los entrenadores de tenis, celebra la iniciativa, aunque también es cauto en ciertos temas. “Me parece muy buena la idea, porque no cualquiera puede ser entrenador. Ojalá que se puedan formar equipos idóneos para evaluar, pero también hay que decir que en general el sistema de federaciones está quedando atrás, ya que una serie de iniciativas se hacen desde el sector privado sin ellas”, advierte.
Nace un instituto
El COCh trabaja a pasos agigantados para la instauración de su primer instituto profesional. “Nuestro objetivo es iniciar la matrícula en 2023 y los aranceles van a ser un poco más bajos que los que se encuentran en el mercado”, anticipa Lucero.
El nuevo centro impartirá dos carreras: Preparación Física y Técnico Deportivo, con mención en las distintas disciplinas que existen. La primera carrera durará dos años y la segunda, cuatro. Además, la idea es que esta entidad sea en el futuro la que esté a cargo del proceso de certificación junto con las FDN, el Mindep y el IND.