Son pocos los equipos importantes que pueden exhibir a su técnico como una de sus piezas clave. Sin duda, Marcelo Gallardo ocupa ese lugar en River Plate de Argentina, el linajudo rival de Colo Colo en la Copa Libertadores.
A sus 48 años, la figura del Muñeco está asociada al renacer del equipo de la Banda Sangre, tras conseguir 14 títulos en su primer ciclo de ocho años y medio con el cuadro de Núñez.
Tras un breve paso por Al Ittihad de Arabia Saudita, el exvolante regresó el mes pasado para sustituir a Martín Demichelis, quien nunca cuajó en el paladar futbolístico del exigente hincha millonario, pero tampoco de la dirigencia.
Y es que el discípulo de Manuel Pellegrini tuvo que vivir a la sombra de Gallardo. Un fantasma que lo persiguió en los casi siete meses que estuvo a cargo del primer equipo, cuando la dirigencia decidió prescindir de sus servicios, a finales de julio, a pesar de ganar tres títulos.
El sello del Muñeco
Pero el riverplatense Gallardo tiene toda una historia al margen de su condición de técnico. Un talentoso volante de creación, nacido en las inagotables inferiores millonarias, para después triunfar en Mónaco, donde ganó el premio al mejor jugador de la liga francesa en 2000. También militó en Paris Saint-Germain y en el D.C. United de la MLS antes de retirarse en Nacional de Uruguay.
Precisamente, en el Tricolor charrúa inició su carrera como técnico, en julio de 2011. Con el Bolso ganó un título como jugador y el siguiente como adiestrador.
Un técnico estudioso, de mirada aguda y con un gran liderazgo; el mismo que le valió el mote de Napoleón, cuando ya se proyectaba como el talentoso futbolista que solo perdió 7 de los 44 partidos con la selección de Argentina.
Se probó el buzo de la Banda Sangre en junio de 2014, club con el que fue protagonista excluyente del mejor periodo en la historia de la institución, en términos futbolísticos.
Profesional prolijo y acabado, tanto que hará retoques constantes a la forma de su equipo, tanto en diversos partidos como en momentos clave de esos duelos. Con una idea fija: encontrar la mejor manera de poner en práctica una idea de ataque, juego de pases abiertos, con laterales de recorrido y con mucho ritmo en la mitad de la cancha.
Referente en River
El Muñeco ya había ganado la Libertadores como futbolista, en 1996, la segunda corona en las vitrinas de Núñez. En 2015 lo hizo como DT, tras vencer a Tigres de Monterrey en la final.
Tres temporadas más tarde, consiguió la que quizás es la más festejada en la bitácora de los hinchas millonarios. Un accidentado epílogo en el que venció con remontada en el alargue a Boca Juniors, en el Santiago Bernabéu de Madrid, después de que se suspendiera el duelo en el Monumental por la agresión al bus de los jugadores xeneizes.
En 2019 volvió a acariciar el título en otra final, pero la arremetida de Flamengo en los minutos finales lo dejó con las manos vacías frente a la segunda estrella de los cariocas.
Técnico claro en los conceptos que se ha cansado de echar mano a la rica cantera del equipo de Núñez. Tanto que, durante su primer periodo como adiestrador, la institución vendió futbolistas por más de 282 millones de dólares.
Se llena de elogios
No solo en cantidad, sino también en calidad. Hasta el reputado Josep Guardiola de Manchester City debió inclinarse ante la calidad del equipo de Gallardo, cuando fue consultado en 2022.
“Nosotros no somos el mejor equipo del mundo. El mejor es el Chelsea, ellos ganaron la Champions. Pero me detengo también en River Plate, que ganó bastantes títulos en Sudamérica”, explicó Pep.
Ese el gran desafío que tiene Colo Colo, derribar a un equipo al que regresó el mes pasado. Un segundo ciclo exitoso que, aunque no tiene derrotas en 9 partidos, solo suma 4 victorias.
“River ya tiene una forma de jugar con Gallardo que es permanentemente ir a buscar el partido. Estuvo acá durante 15 días haciendo una mini pretemporada, porque quería encontrar un estado físico superior. Ya recuperó a algunos jugadores que estaban por debajo de su nivel”, afirmó Omar Labruna, histórico de River Plate.
Alabanzas que llegan, incluso, de su rival de turno. Así quedó claro en las declaraciones de Jorge Almirón en la previa de un duelo clave: “Gallardo genera ilusión en la gente y tiene un aura especial. River viene de ganar el clásico, algo que lo va a llenar de energía y confianza”.
Impronta que quedó clara en la final del clásico argentino, cuando la sola figura del Muñeco cortó los reclamos del capitán de Boca Juniors, Marcos Rojo, al árbitro Nicolás Ramírez.