Lionel Messi visualiza su adiós de la selección argentina. El astro trasandino tiene la esperanza de despedirse de la albiceleste a lo grande: con el Mundial de Qatar 2022 bajo el brazo. En sus palabras guarda mesura, pero es evidente que lo desea. Así lo dejó entrever en su conversación con Star+. “No sé si somos los grandes candidatos, pero Argentina lo es siempre, por historia, por lo que significa. Más ahora en el momento que llegamos”, sostuvo en la entrevista.
No le gusta colocar motes. Pese al largo invicto de 35 partidos que registran los dirigidos por Lionel Scaloni, el atacante pone la pelota al piso, tal como lo hace en el campo de juego. “No somos los máximos favoritos, me parece a mí. Hay otras selecciones que hoy están por encima de nosotros, pero estamos muy cerquita”, afirma.
A sus 35 años, el futbolista del PSG jugará su quinta Copa del Mundo. Ya disputó las de 2006, 2010, 2014 y 2018. En dos llegó hasta la ronda de los ocho mejores, en una solo a de dieciséis, sin embargo, en la disputada en Brasil rosó la gloria: fueron subcampeones, perdiendo la final por la mínima frente a Alemania, en un cotejo donde los suyos tuvieron múltiples ocasiones para abrir la cuenta, una de ellas en sus pies, incluso.
“Voy contando los días para el Mundial. Hay un poco de ansiedad y nervios al mismo tiempo. Querer que sea ya y los nervios de ya estamos ahí, qué va a pasar. Es el último, cómo nos va a ir. No vemos la hora que llegue y por el otro está el cagazo de querer que nos vaya bien”, declara, con total sinceridad.
Pese a que no prevé cercano su retiro del fútbol, cree que esta puede ser su última cita planetaria. A la próxima llegaría con 39 años. No lo verbaliza, pero cuando le consultan si este Mundial es el último para él, responde que: “Sí, seguramente”.
El rosarino está encendido. A mediados de 2021 se sacó una mochila gigante, al conquistar la Copa América en Brasil, nada menos que frente al Scratch y en el Maracaná. Un campeonato que, más allá de lo que suceda este año en Qatar, Lio guarda con aprecio en su memoria. “Nos costó arrancar en ese torneo, y terminamos dejando una sensación muy buena. Lo que pasó en ese partido fue que nos hizo que nos unamos más. Nos dejó la sensación que estábamos para grandes cosas”, asegura.
“Después del partido no lo podía creer, no sé cómo explicar ese momento. Es como decir, ya está, se dio, es lo que me faltaba. Uno de los objetivos que me faltaba para terminar de cerrar todo”, agrega.
Su momento y los recuerdos
Este miércoles, Messi marcó un tanto de gran factura en el empate entre el Benfica y el PSG. Más allá de irregular primera temporada que tuvo en Francia, ahora viene con un arranque de curso extraordinario: 8 goles y la misma cantidad de asistencias en 13 partidos. “Me siento bien físicamente, pude hacer una pretemporada muy buena, que no había hecho el año anterior, por cómo se dio empecé a entrenar tarde, a jugar un par de fechas después, sin ritmo. Después fui para la Selección, cuando volví tuve una lesión en el medio. Nunca terminé de arrancar. Ahora llegué con otra cabeza, otra mentalidad y mucha ilusión”, dice.
Tras detallar su buen presente, el capitán de la albiceleste se dio el tiempo de recordar sus participaciones en los mundiales, partiendo por Alemania 2006, donde fue dirigido por José Perkeman. “Tuve una lesión en Barcelona y estuve mucho tiempo parado. Llegué sin haber jugado los últimos meses. Fui y jugué contra Holanda, ya clasificados. Contra México, octavos, entré, creo que entré bien. Y con Alemania no jugué”, rememora. El equipo del actual DT de Venezuela quedó fuera en la tanda de penales.
Luego vendría Sudáfrica 2010, de la mano de Diego Armando Maradona. Los dos ídolos trasandinos juntos. Claro que no pudieron cumplir con las expectativas. “Teníamos una gran selección, un gran plantel, con jugadores espectaculares, y nos agarró Alemania. Estuvimos bien, creo que hasta el primer gol de ellos. De ahí nos empezamos a volver locos, a desordenar. Empezaron a llegar los goles de ellos. Fue duro eso, la manera que se perdió”, confiesa, al rememorar el 4-0 sufrido.
Uno de los golpes más fuertes para Messi fue caer en la final de Brasil 2014. “Había un grupo espectacular, que se fue fortaleciendo, haciéndonos cada vez más unidos y no paramos hasta la final. Merecíamos ganarla. Creo que sí”, sostiene. Aquella definición fue la primera de tres seguidas en las que cayó Argentina. Las dos posteriores fueron ante Chile, en las Copas América de 2015 y la Centenario.
Para finalizar, Lio recuerda su trago más amargo: Rusia 2018. El elenco dirigido por Jorge Sampaoli se fue en octavos de final, batallando contra Francia, a la postre campeón, pero llenos de líos internos en el camarín. “Hubo muchos cambios, muchos quilombos en el medio, con cambio de entrenadores, de jugadores, de grupo, la verdad que terminamos mal. Así y todo sigo pensando que si ganamos el primer partido (empate ante Islandia) hubiese sido totalmente diferente”, declara.