“Pensé que no íbamos a tener un partido malo como el de hoy. Después de tres partidos bastante buenos en la organización defensiva, en la coordinación, volvimos cometer errores muy tontos”. Con esas palabras Gustavo Quinteros analizó la derrota 3-1 ante Cobresal en El Salvador, en un duelo que perfectamente pudo terminar en una abultada goleada.
El técnico del Cacique intentó repetir una alineación lo más similar posible a la que enfrentó el Superclásico. Sin embargo, sus apuestas después de ocho fechas comienzan a ser discutidas, especialmente en el sector defensivo, una de la zonas más resentidas del fondo albo. La dupla de centrales compuesta por Matías de los Santos y Ramiro González, que jugó junta por tercera vez consecutiva, se vio muy lenta y, sobre todo, descoordinada. Ambos jugadores sufrieron que fueron encarados mano a mano por los delanteros mineros, dejando casi siempre a Brayan Cortés en una incómoda posición. El portero, a pesar del insólito gol que recibió desde el otro arco, fue el responsable de que el resultado no fuera peor. El DT deberá ver si Maximiliano Falcón recupera la titularidad ante el descalabro del sábado o si insiste en la cuestionada pareja de zagueros. Después de su expulsión ante Everton, el Peluca no volvió a jugar por decisión técnica. Incluso, este fin de semana, se molestó cuando le consultaron por la ausencia del uruguayo. “En el inicio de temporada (Maximiliano) Falcón también jugó. Aquí no hay un solo jugador que nos pueda salvar o mejorar todo el equipo”, lanzó el director técnico
Su análisis fue duro con sus dirigidos. “Marcamos mal, les regalamos un penal infantil, el tercer gol más infantil... O sea, muchos errores tontos e individualidades que nos costaron el partido. Al ir perdiendo nos desorganizamos bastante. Cuando perdíamos la pelota no estábamos bien organizados, nos llegaron por las bandas. Se jugó mal otra vez, fue un partido como el de O’Higgins”, continuó el DT en su crudo análisis.
Ramiro González es fue una de las principales apuestas de Quinteros. El técnico insistió en su contratación, la que ya se había caído a mediados del año pasado, cuando no superó los exámenes médicos para firmar en el Cacique. Luego, fichó en Platense, donde jugó muy poco. Pese a ello, el técnico volvió a la carga y lo sumó este año al plantel. Hasta ahora ha jugado todos los minutos, dejando más dudas que certezas.
El sufrimiento por las bandas
La partida de Óscar Opazo y de Gabriel Suazo significó un daño del que Colo Colo no ha podido recuperarse, especialmente por la derecha. Ahí, el estratega se vio obligado a improvisar a César Fuentes en ese puesto, ya que Jeyson Rojas no ha estado a la altura en las ocasiones que jugó y el mercado tampoco le dio la posibilidad de sumar a alguien más en esa zona. Mientras que por la banda zurda, Erick Wiemberg ha tenido un rendimiento muy irregular y ante Cobresal sufrió constantemente con los desbordes de Franco García.
En la mitad de la cancha, Quinteros sigue apostando por Leonardo Gil como un volante más enganchado, pero el desempeño del Colo ha sido muy pobre y no ha sido la solución ofensiva que necesita el equipo en una función que el año pasado cumplió Gabriel Costa, otro que decidió abandonar el club. Para el entrenador, tampoco es una alternativa Marco Rojas, debido a su poca intensidad. “Él bajó el rendimiento, tuvo una lesión, salió de un entrenamiento con una molestia y físicamente le está costando. Esperemos que vuelva a estar en su mejor momento para seguir considerándolo”, lanzó el DT.
Mientras que Carlos Palacios, el refuerzo que más ilusionaba en Colo Colo, solo ha mostrado chispazos del nivel que lo llevó a Brasil. Ante Cobresal ingresó en el segundo tiempo y se vio mucho más activo, pero no lo suficiente para desequilibrar. En ocho fechas, la Joya todavía no ratifica sus pergaminos.
Y si de ataque se trata, el colombiano Fabián Castillo también ha sido víctima de esa irregularidad. El extremo ha combinado buenas con malas. Si bien ha anotado dos tantos, también ha evidenciado problemas para terminar las jugadas. Mientras que, por la otra banda, Marcos Bolados, dejó atrás su prometedor comienzo, con un triplete en Copiapó, para caer en la intrascendencia en los últimos partidos. Y, finalmente, en el centro del ataque Leandro Benegas ha estado lejos de hacer olvidar al fugado Juan Martín Lucero, mientras que el paraguayo Darío Lezcano recién tomó una camiseta de titular en el duelo ante Cobresal por la lesión de Lea, y su aporte en el desierto fue escaso. De hecho, fue el juvenil Damián Pizarro, su reemplazante en el segundo tiempo, quien anotó el único descuento.
El tiempo pasa y la Copa Libertadores se acerca rápidamente. Gustavo Quinteros sigue sin encontrar la fórmula y Colo Colo no da señales de una mejoría.