Este jueves el mundo del golf puede dar el primer paso para un cambio de proporciones mayúsculas. El comienzo del LIV Golf Invitational Series de Londres, con Phil Mickelson, Dustin Johnson y Sergio García a la cabeza, pretender poner patas para arriba al PGA a punta de talonario y modificaciones reglamentarias. La superliga promovida por Arabia Saudita es sin duda el tema del momento y es que los ochos torneos y 250 millones de dólares en premios parecen ser suficiente para cambiar las reglas del juego.

Incentivos que ponen nervioso al Tour norteamericano, quien amenaza con prohibir la participación conjunta en estos dos circuitos, pero que no ha logrado detener la moderna iniciativa. Cómo se llevará a cabo, cuál será el formato, quienes están de acuerdo y quienes en contra, son algunas de las interrogantes que se explicarán a continuación.

Primero hay que entender qué es el LIV Golf Series. Este nuevo circuito nace desde el apoyo monetario de Arabia Saudita y contará con ocho torneos en 2022 (Para 2023 esperan ser diez y en 2024 catorce) que comenzarán en junio en Londres y seguirán en Portland, Bedminster, Boston, Chicago, Bangkok y Yedda, para terminar en septiembre en Miami.

Los eventos contarán con 48 jugadores divididos en 12 equipos, que competirán a lo largo de tres rondas, sin corte y con todos comenzando a la misma hora. Además de estas modificaciones se anunció que todos los jugadores y caddies contarán con micrófonos durante todas sus partidas y que también existirá una competencia individual. Show asegurado.

Obviamente el peso de este circuito es el dinero. Desde la organización han informado que cada fecha entregará premios cercanos a los 25 millones de dólares, siendo el evento de golf que más dinero repartirá en el mundo. Si se realiza el ejercicio de comparación en el PGA, en este tour el torneo que más dinero entrega es el The Players con un pozo acumulado de 20 millones de dólares, siendo 3,6 para el campeón. En el caso del del LIV Golf el ganador de cada evento recibirá 4 millones de la divisa norteamericana.

Los Majors (los cuatro torneos más importantes del mundo y que no son de propiedad del PGA) también se quedan atrás en esta lucha. El Masters de Augusta repartió este año 15 millones, siendo 2,7 para Scottie Scheffler, ganador tras una semana perfecta. Además la superliga entrega premios cuantiosos al último clasificado de cada fecha, logrando llevarse 120 mil dólares solo por participar.

Phil Mickelson y Dustin Johnson las estrellas

Pero este evento no sería nada sin sus figuras estelares. Greg Norman, histórico del golf y director ejecutivo de LIV Golf Investments, tocó la puerta de la mayoría de los jugadores importantes del PGA y no pocos le invitaron a entrar. El primero de ellos Phil Mickelson.

“Lefty” ya había dicho hace meses que la idea de un circuito alternativo no le parecía descabellada, algo que provocó que el ganador de seis majors recibiera fuertes críticas por sus comentarios. Aquello hizo que no disputará torneos por muchos meses y que mantuviera un perfil casi espectral. Eso hasta ahora, ya que a solo a días de que el LIV de Londres comience, Mickelson entregó un comunicado donde contó el secreto peor guardado del evento: Phil jugará la superliga y renunciará a su tarjeta en el PGA, esto tras las amenazas del circuito norteamericano.

Otro que tomó la misma decisión fue Dustin Johnson, ex número uno del mundo y ganador de Augusta en 2020. Pese a que en un inicio el norteamericano mostró su apoyo al PGA, finalmente se dio vuelta la chaqueta y firmó su presencia, tras pago de 125 millones de dólares, en el nuevo tour.

Branden Grace, Louis Oosthuizen, Charl Schwartzel, Kevin Na, Graeme McDowell, Lee Westwood y Sergio García también aparecen inscritos en el primer torneo de la liga. Este último ya había demostrado su malestar tras un encontrón con un juez en el Wes Fargo Center en donde gritó visiblemente enojado, “¡No puedo esperar a dejar este circuito! No puedo esperar a irme. Solo un par de semanas más y no tendré que tratar con vosotros nunca más”, comentó el ganador del Masters en 2017.

Pero el poder saudí no se queda ahí. Hace unas horas el medio británico “The Telegraph” anunció que en los próximos días tres jugadores de peso también mostrarán su apoyo a la nueva iniciativa. Se trata de Bryson DeChambeau, Patrick Reed y Rickie Fowler.

La escapada del primero podría esperarse, ya que es un jugador joven, de mucho impacto comercial y con una visión más ligada al espectáculo. Pero la de los otros dos duele de sobremanera en el PGA y es que tanto Reed como Fowler son jugadores veteranos y emblemas del tour.

El PGA en guerra y los Majors al medio

La postura del PGA ante este nuevo circuito ha sido clara. Quienes jueguen en el LIV Golf Series perderán su tarjeta en el tour norteamericano, viéndose perjudicados en los ranking mundiales y en sus chances de disputar las competencias por equipos más famosas del mundo (Ryder y Presidents), sobre todos los jugadores estadounidenses.

Es por esto que Mickelson, Johnson, Garcia, Oosthuizen y Na ya presentaron su renuncia al PGA, quedando inmediatamente sin tarjeta para disputar sus eventos. Algo que de momento no les complicará a los primeros para disputar los majors este año.

De hecho la Asociación de Golf Estadounidense (USGA) ya informó que no pondrá problemas para que los golfistas que disputen el LIV puedan estar en el US Open, tercer major del año, que se disputará entre el 16 al 19 de junio. “Nos enorgullecemos de ser el campeonato más abierto del mundo. Los jugadores que se han ganado el derecho a competir en el torneo de este años tendrán la oportunidad de hacerlo”, aunque avisó, “Esta decisión no debe interpretarse como un apoyo a una entidad organizadora alternativa, ni como un apoyo a las acciones o comentarios de los jugadores individuales”.

Esto en parte se explica porque los majors no son propiedad del PGA y funcionan bajo sus propias lógicas de participación. Mickelson, Johnson y García por ejemplo tienen asegurada su presencia de por vida en el Masters tras haber ganado la chaqueta verde con anterioridad. También por ejemplo ciertas victorias pasadas les dan la chance de tener invitación asegurada hasta ciertos años en otros majors.

Ahora bien el problema mayor al que se enfrentan los jugadores del LIV Golf es que de momento este no cuenta con puntuación para el ranking mundial, por lo que los jugadores no que tienen permisos extras no podrán participar de los majors gracias a sus posiciones en el listado global.

Los tradicionalistas le dicen que no

Greg Norman dio una de las noticias más jugosas de los últimos días al anunciar que Tiger Woods rechazó una oferte de nueve dígitos para ser parte de los eventos de la liga saudí. De hecho, no son pocas las fuentes que dicen que la oferta era concretamente de 700 millones de dólares, solo por participar. Algo nunca visto y que llevaría a el oriundo de Cypress a un alza considerable en una fortuna que ya es inmensa.

La negativa pese a que sorprendió por lo alto de la suma, no es nueva si se ven los comentarios que el ganador de 15 majors había hecho hace un tiempo. “Creo en la historia, en los torneos grandes, en lo que hicieron Jack [Nicklaus] y Arnold [Palmer], creando nuestro circuito. Hay un legado en eso”, había dicho.

Rory Mcllroy por otra parte fue más reflexivo al momento de hablar sobre esta nueva liga durante su participación del Memorial. “Cuando me hice profesional jugaba por dinero ¿Ahora juego al golf por dinero? No. Mi situación ha cambiado con los años. Algunos chicos están en una posición en la que no tienen garantizado un trabajo el próximo año. Es difícil mantenerse entre los 125 primeros, sobre todo cuando tienes más de 40 años y quizá no golpeas la pelota tan lejos como antes. Hoy en día es un juego de jóvenes. Así que si llega otra entidad y dice: ‘te garantizamos esta cantidad durante tres años’, además de que juegas por una tonelada más de dinero en premios, juegas menos eventos y puedes pasar más tiempo con tu familia, es muy atractivo para algunos de esos chicos que están en esa posición. Yo no lo haría, pero hay que intentar ponerse en la situación de los demás”, añadió.

Jon Rahm, número dos del mundo, también aprovechó su participación en el torneo de Jack Nicklaus para abordar la polémica iniciativa, lanzado un mensaje de apoyo pero con tintes de advertencia. “Me mantengo fiel al PGA Tour. De momento, tenemos un gran producto. El problema que va a tener, porque yo quiero jugar contra los mejores del mundo, es cuando alguien que no esté ni entre los 150 primeros del mundo gane cuatro millones. Ahí es cuando le va a crear un problema. Pase lo que pase, los jugadores, sobre todo los jóvenes, acabamos con el mejor producto. Las cosas cambiarán para mejor. En este punto de mi carrera, si voy para allí y me prohíben la entrada en el PGA Tour sacrifico demasiado. Así que de momento me quedo donde estoy y ya veremos cómo van las cosas. Nunca se sabe lo que va a pasar. El PGA Tour lleva muchos años y si les asustan espero que mejoren las cosas”, comentó.

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