Uno de los asuntos que explican el renovado formato de competencia que tiene la Champions League, desde esta temporada, es que de manera prematura (y no en instancias decisivas) se puedan dar partidos entre clubes grandes. En Anfield se dio uno de esos. Liverpool y Real Madrid se enfrentaron en dos finales en el último tiempo y esta vez se cruzaron en la Fase de Liga, reeditando una de las rivalidades más notables del Viejo Continente.

En Inglaterra, fue un claro triunfo para los Reds por 2-0, siendo muy superior a su linajudo rival de principio a fin. Por cierto, los cracks no tuvieron mucha fortuna.

El equipo que comanda el neerlandés Arne Slot es el único que llegó con pleno de victorias tras cuatro partidos. Por lo mismo, tenía la oportunidad de recuperar la cima de la clasificación con un buen resultado en casa. La Casa Blanca llegó diezmada, con cinco bajas importantes: Dani Carvajal, Eder Militao, Rodrygo, Vinícius y Aurelien Tchouaméni. Además, necesitaba recuperar el tranco en la Champions porque perdió dos de los cuatro partidos que disputó. Al campeón vigente y más veces ganador de la Copa de Europa siempre se le exige.

Carlo Ancelotti debió rearmar su estructura, ubicando a Federico Valverde como lateral derecho y a Luka Modric como el volante central, mientras que Kylian Mbappé arrancó cargado hacia la izquierda y luego fue rotando por el ataque. El ex PSG fue presa de las pifias de los forofos británicos, al igual que Jude Bellingham. Ya sea por la falta de nombres importantes, como por el trabajo del rival, el Madrid no lo pasó bien en Anfield.

Cada vez que el Liverpool cruzó la línea de mediocampistas merengues y se acercaba al área, daba la impresión de que algo relevante podía suceder. Los Reds fueron superiores desde la tenencia del balón y desde la gestación de juego. Quien tuvo una interesante labor como centrodelantero, sobre todo en la primera parte, fue Darwin Núñez. El uruguayo tuvo un par de chances para abrir el marcador. En los 23′, sacó un remate que desvió el golero Courtois. En los 32′, de nuevo lo tuvo mediante un cabezazo que se fue desviado por muy poco.

Un Madrid que tuvo cero tiros al arco en el primer periodo tenía en el belga Courtois a su sostén. La resistencia que tenían los españoles, con una defensa improvisada, duró 52 minutos. Justo después de otra atajada de su portero llegó el 1-0 de los ingleses, por la anotación de Alexis Mac Allister. El argentino ingresa al área, combina con Bradley y saca un remate cruzado. Era un poco más de justicia para lo que sucedía en la cancha.

El penal fallado por Mbappé. FOTO: REUTERS

El Real Madrid tiene cosas inexplicables: puede estar jugando mal, sufriendo un partido, pero encuentra una ventana abierta para meterse en el juego. En los 59′, se sanciona un penal a favor de la visita por falta de Robertson sobre Lucas Vázquez. Era la ocasión ideal para empatar. Ejecuta Mbappé y falla. El golero Kelleher le contiene el remate al francés, lanzándose hacia su izquierda.

Del posible 1-1 al posible 2-0. En los 69′, hay penal para el Liverpool por una evidente infracción del lateral Mendy en contra de Mohamed Salah. En los pies del egipcio estaba cerrar la victoria. Pero tampoco pudo. El astro africano saca un remate de zurda y desvía, rozando un poste de la portería de Courtois. El duelo seguía abierto, más por la mínima diferencia en el marcador, porque desde el trámite la superioridad de los rojos era notoria.

Hasta que llegó el 2-0. En los 76′, Cody Gakpo (quien había reemplazado al uruguayo Núñez) convierte a través de un cabezazo, tras centro de Robertson. Por cómo se desarrolló el cotejo, la diferencia pudo ser mayor.

El Liverpool de Arne Slot es el único líder de la Fase Liga de la Champions League, con campaña perfecta: 15 puntos de 15 posibles. Su escolta es el Inter de Milán, con 13 unidades. Además es el puntero de la Premier y el próximo domingo tendrá un choque de trenes recibiendo al aproblemado Manchester City de Pep Guardiola.