El primer invitado a la fiesta de Madrid es .... el Liverpool. Nunca hay que dar por muerto a un equipo de semejante historia, de semejante mística, que tiene a un plantel que desarrolla fielmente la idea de fútbol total que pregona su entrenador, el alemán Jürgen Klopp. Un 4-0 increíble dejó en el suelo al Barcelona, dejó sin final a Arturo Vidal. El sueño del Rey se transformó en una pesadilla. Una de las peores.
Pese a la diferencia de tres goles que sacó el Barça en la ida, a los Reds nunca hay que darlos por rendidos. Esa muestra la dieron en Anfield, pese a las importantes bajas que tenían. Sin Salah, Firmino y Keita, el equipo de Klopp tuvo que rearmarse para intentar la remontada. En la vereda culé, Ernesto Valverde reafirmó el sitio que se ha ganado Arturo Vidal. El Rey cumplió 50 partidos en la tienda azulgrana, buscando su segunda final en la Liga de Campeones. El técnico mantuvo el diseño que le dio resultado en la ida, con un 4-4-2 que pasaba a 4-3-3 según el trámite del juego.
En ese sentido, Vidal se ubicó como volante derecho, cumpliendo una destacada labor en el primer lapso. Robando balones, transitando de un campo a otro, trabando el balón con lo que fuese. Fue quien puso temple e intensidad dentro de pasajes en los cuales el Barcelona cayó en distracciones. El Liverpool encontró la apertura de la cuenta tras siete minutos, gracias al belga Origi, reemplazante de Firmino, quien capturó un rebote de Ter Stegen. Todo nació de una mala entrega de Jordi Alba. El 1-0 reflejó el encendido inicio de los Reds, que disimuló las ausencias con una estrategia de intensidad y velocidad de mitad hacia arriba.
Las apariciones de Messi sacaban al Barcelona del fondo. De hecho, uno de los mejores del Liverpool fue el golero Alisson, quien respondió cada vez que fue requerido. La diferencia que sacó el Barcelona en la ida terminó por perjudicarlos, porque no hicieron un buen partido. Una actitud distinta, como sintiéndose ya clasificados cuando faltaba todo un tiempo. Eso, ante un rival de peso, es un pecado mortal.
Klopp hizo ingresar al holandés Wijnaldum para el complemento y un par de apariciones del volante pusieron al Liverpool 3-0 arriba. La serie quedó igualada, pero de todas formas la visita estaba a un gol de obligar al local a convertir dos más. Valverde metió a Semedo por Coutinho, con lo cual Vidal pasó a la izquierda, exactamente la misma movida que en la ida. Pero el Barcelona de hoy no estaba en su día, ya sea por los grandes méritos de su rival y por las indefiniciones propias, de no presentarse en Anfield con el aplomo necesario para cerrar una serie que estaba enrielada. El fantasma de Roma se asomaba.
A 11' del final, en un tiro de esquina, una notable avivada de Alexander-Arnold deja a Origi solo de cara al arco y hace el gol de la clasificación. Alegría versus desazón. Aún así, el Barcelona estaba a un gol de la clasificación, por el factor del gol de visita, pero no llegó. El Liverpool lo hizo y está en la final. Ahora espera al Ajax o al Tottenham.
Ficha del partido
Liverpool (4): Alisson; Alexander-Arnold, Matip, Van Dijk, Robertson (46', Wijnaldum); Henderson, Fabinho, Milner; Shaqiri (90', Sturridge), Origi (85', Gomez), Mané. DT: J. Klopp.
Barcelona (0): Ter Stegen; Sergi Roberto, Piqué, Lenglet, Jordi Alba; Vidal (74', Arthur), Busquets, Rakitic (80', Malcom), Coutinho (59', Semedo); Messi, Suárez. DT: E. Valverde.
Goles: 1-0, 7', Origi, captura rebote de Ter Stegen tras un tiro de Henderson; 2-0, 54', Wijnaldum, tiro por el centro del área tras asistencia de Alexander-Arnold; 3-0, 56', Wijnaldum, cabezazo tras centro de Shaqiri; 4-0, 79', Origi, anota tras córner gracias a una avivada de Alexander-Arnold
Árbitro: Cüneyt Çakir (TUR). Amonestó a Fabinho, Matip (L); Busquets, Rakitic, Semedo (B).
Anfield, Liverpool.