La llegada de Diego Maradona a Gimnasia y Esgrima enloquece a La Plata. Si apenas se supo de la posibilidad de que el astro volviera al fútbol argentino para sentarse en la banca tripera, que marcha en el último puesto de la Superliga transandina ya se había generado convulsión, la que se vive ahora, cuando el Diez está próximo a firmar el contrato que lo convertirá en el nuevo entrenador del Lobo, aumentó en varios grados más. Mañana, en un hotel del centro de la ciudad, la relación comenzará a ser oficial.
La atención en torno al club explotó. El mundo pone sus ojos en el inminente arribo del ex campeón del mundo en México 1986 . Los hinchas hacen lo suyo. La demanda de camisetas del Lobo aumenta exponencialmente, lo mismo que las consultas para convertirse en socios. Otros ofrecen pagar un abono. El primer problema es donde meter a los vigentes y a los que piden entrar pues el estadio Juan Carmelo Zerrillo, conocido popularmente como El Bosque, por el apodo del club, está habilitado para recibir a 20 mil espectadores. Maradona estableció como una de sus condiciones que el equipo sea local en esa cancha y no en el estadio Único de la ciudad, más moderno y con mayor capacidad, lo que, por ende, puede ayudar a rentabilizar la aventura.
Como sea, Maradona ya tiene un cántico en su honor. Al ritmo del Brasil decime qué se siente, los fanáticos triperos esperan su arribo. "Ya estoy volando de la fiebre, el Diez se acerca a la ciudad; El Lobo te quiere y agradece, por eso te viene a saludar; Yo lo tengo a Maradó, vos pagaste con traición, la doctrina tan cobarde del León; Pincha lo sabés muy bien, por traidor te va a caber, Maradona es más grande que el inglés", dice la creación. El inglés es Juan Sebastián Verón, símbolo y presidente del archirrival, Estudiantes de La Plata.
"Nos encantaría que El Bosque reviente, pero, hoy por hoy, lo más importante es que Diego acepte. Estamos todo el día pendientes de que el teléfono suene y de que el llamado sea suyo o de Matías Morla, su abogado", se ilusiona el presidente del club, Gabriel Pellegrino, quien se confiesa con TyC Sports.
Incluso antes de que ese contacto definitivo se produzca, por el teléfono al que alude ingresan otros llamados. La mayoría con fines comerciales y otros que mezclan ese propósito con el interés casi anecdótico de aferrarse como sea a la figura de Maradona. "Nos han llamado de cuatro empresas de carritos de golf para ofrecernos algunos en los que Maradona se pueda mover por el predio", ejemplifica Pellegrino. Obviamente, el retorno se produciría a través de la aparición en las imágenes periodísticas. A fines de julio, el ex capitán de la selección argentina se sometió a una cirugía en la rodilla derecha para corregir un antiguo problema que le impedía caminar con normalidad. Aún está en tratamiento. Por esa razón, incluso, el acuerdo con su nuevo club habla de que la presencia de Maradona en los entrenamientos puede verse reducida en algunos días en los que la dirección la asumirá su cuerpo técnico. Gabriel Batistuta recibió una propuesta para sumarse al staff. La agradeció, pero declinó de aceptarla porque se opera próximamente de un tobillo.
Ni las autoridades se resisten. El Consejo Deliberante de la municipalidad de La Plata resolvió, este jueves, declarar a Maradona como huésped de honor. Porque, está claro, todos quieren sacarle algo de provecho a su figura. "Mientras dure su permanencia", consigna el decreto.
Entre el mito y los números
Está claro que el principal impacto de fichar a Maradona es mediático. Y el segundo, anímico. Esa última variable resulta clave para un equipo que cierra la tabla. Si la comparación se remite a las únicas dos campañas que el zurdo ha realizado como entrenador en su país, el temor es natural: en Mandiyú Corrientes, su primera experiencia, en 1994, sumó un triunfo, seis empates y cinco derrotas. Luego de retomar su carrera como futbolista activo, con la camiseta de Boca Juniors, volvió a la banca para adiestrar a Racing. Tampoco le fue bien: en 1995, estuvo durante 11 encuentros en la banca de la Academia, con dos victorias, seis empates y tres reveses.
Aunque la tentación generalizada apunte a minimizar la capacidad del astro como entrenador en función de ese recuerdo, los números posteriores de Maradona como entrenador son bastante mejores. Además de sus campañas en clubes, logró clasificar angustiosamente a Argentina al Mundial de Sudáfrica, del que fue eliminado en cuartos de final por Alemania.
Entre 2011 y 2012 dirigió a Al Wasl, de Emiratos Árabes Unidos, en el que tuvo como pupilo al chileno Edson Puch,actual delantero de Universidad Católica: 11 victorias, tres empates y nueve derrotas. En el Al Fujairah, de la segunda categoría del fútbol emiratí, rozó el ascenso: ganó siete de 11 encuentros. A Dorados de Sinaloa lo dirigió entre 2018 y este año. Cosechó 15 victorias, 10 empates y siete derrotas, lo que totaliza un decoroso 61 por ciento de rendimiento y completa un promedio de un 57 por ciento de efectividad como estratega en todos los clubes a los que dirigió. Una cifra que, sobre todo para sus adeptos, le resta importancia al personaje en favor del entrenador y de una capacidad que trascendería el ámbito meramente motivacional.
Las polémicas
Como en su vida, las polémicas también han acompañado a Maradona al borde del campo de juego o en sitios vinculados con la función de técnico. Ahí donde suele ser extremadamente expresivo y, en ocasiones, llegó a traspasar ese margen. Es recordado, por ejemplo, el exabrupto que protagonizó en la conferencia de prensa posterior a que consiguiera la clasificación a Sudáfrica 2010, con Argentina. Esa vez, las emprendió contra la prensa. "Va para todos los argentinos, menos los periodistas. Que la chupen y la sigan chupando", apuntó el técnico quien, antes de lanzar la diatriba, solicitó "el perdón de las damas". El exceso, era que no, se transformó en inspiración comercial y hasta se vendieron artículos que la contenían. La expresión volvió a utilizarla este año, aunque en un contexto distinto: cuando planteó que no se le podía exigir liderazgo a Lionel Messi.
En México amenazó varias veces con renunciar. No por desencuentros con sus empleadores, sino por reticencias al nivel del arbitraje. "Voy a hablar con el presidente; hay un penal muy claro sobre Escoto, ¿saben por qué no lo cobran? porque ustedes mañana van a decir que lo cobró porque era el equipo de Maradona, entonces yo le estoy haciendo un mal a Dorados y por eso me voy", declaró en abril de este año. Su salida se materializó en junio, aunque la explicación fue distinta: el astro privilegiaría la cirugía en la rodilla derecha, que lo tenía a maltraer hace largo rato.
A otro depositario de sus dardos lo tendrá ahora muy cerca: Juan Sebastián Verón. Paradójicamente, en el Partido por la Paz de 2016, quedó en evidencia la distancia entre ambos, pese a que La Bruja fue uno de los dirigidos por Maradona en la selección transandina. La actuación de Verón y su padre a propósito de la crisis en la AFA los distanció para siempre. Al punto de que en un video publicado por Maradona esta semana había una indirecta para el actual presidente del archirrival de Gimnasia, Estudiantes de La Plata. "He hablado con algunos hinchas que verdaderamente me da lástima que lo vean como algo simpático. No es simpático, es grave. Es grave porque después le queda a Gimnasia el sueldo de Maradona, el juicio de Maradona y la marca de Maradona. Cuando Gimnasia debería estar marcado por Favaloro, por Pancho Varallo, por las Lobas. Debería estar marcado, como ya lo hablamos, por todas las glorias que trazan su identidad", declaró Verón, como para profundizar la fisura.