Podrá no ser como antaño, podrá estar devaluado o jugarse en un horario que no es el mejor para el espectáculo, pero un Superclásico sigue siendo un partido especial, excluyente, el que llama la atención de la mayoría y que genera diversas sensaciones. Expectativas, ansiedad, temor, adrenalina. Al mediodía, Colo Colo y Universidad de Chile se encuentran en el estadio Monumental, en el primer clásico oficial de 2022 y el 191° en Primera División. Uno de los más desiguales de Sudamérica.

Siempre cuando albos y azules están ad portas de enfrentarse en el recinto de Macul, el mismo dato aflora de manera instantánea: la larga y, a estas alturas, crónica mala racha de la U jugando ante el Cacique en ese reducto. El cuadro universitario ganó por última vez en el Monumental el 9 de septiembre de 2001, con el recordado 3-2 de Carlos Garrido. Han pasado nada menos que 7.483 días (20 años, cinco meses y 25 días) del último festejo de la U en la casa del archirrival, tema obligado cuando el Superclásico se acerca.

El encuentro de los equipos más populares del país asoma en un momento donde las dudas se han propagado (digno de épocas pandémicas). Si hay un punto en común en Colo Colo y Universidad de Chile es que ninguno llega en un momento positivo. Se tratará del inicio de un campeonato largo, pero ambos entrarán a la cancha fuera de la zona de clasificación a las copas de 2023, un objetivo mínimo para estas instituciones.

Los ingredientes

El Cacique de Gustavo Quinteros acumula tres partidos sin ganar, en una curva descendente y con rendimientos individuales bajos (el caso más patente es Gabriel Costa), algo que el propio entrenador reconoció. “Para poder ganar tenemos que mejorar el rendimiento colectivo, que está afectado por la baja en el rendimiento individual de algunos jugadores muy importantes. Va todo de la mano. Poder jugar mejor significa que todos puedan dar el máximo”, dijo en la previa.

El que quedó fuera de la citación fue Joan Cruz, uno que ha extrañado la fanaticada colocolina en los últimos partidos, ante la falta de generación de fútbol. Según el DT, se trata de una “baja médica”, debido a que el juvenil realiza un tratamiento para subir de peso. Sin embargo, aún así su ausencia tiene aires de misterio.

Un aval que tiene Colo Colo, de cara al cotejo, es su eficiencia defensiva. Tiene la valla menos batida del campeonato, con tres tantos en contra. Y en lo que va del certamen, la portería de Brayan Cortés nunca recibió más de un gol por partido.

Por el lado de la U, el renovado plantel de Santiago Escobar tiene la gran oportunidad de sacarse una pesada mochila que el club lleva a cuestas por más de dos décadas. Han pasado entrenadores y jugadores de todo tipo, pero la mala racha se mantiene. “Nos ha tocado muchas veces romper algunos paradigmas y esa sería una motivación extra, porque es un dato no menor, un dato de muchos años donde creo que el mayor regalo para la hinchada sería una victoria y para nosotros mismos”, afirmó el DT colombiano, que tiene la misión de cambiarle la cara a un cuadro que se vio mal ante Ñublense y O’Higgins.

Escobar tiene un buen antecedente, porque él salió victorioso del Monumental. Fue en la primera fase de la Copa Sudamericana 2019, cuando Universidad Católica de Quito (dirigida por Sachi y con Hernán Galíndez en el arco) eliminó al Colo Colo de Mario Salas por penales. En el tiempo regular, los ecuatorianos ganaron 1-0, igualando el global 1-1, definiendo la serie en la tanda, la que finalizó con un contundente 3-0.

Si la fortaleza que tiene el Cacique es su defensa, la de la U está arriba. De los ocho goles que el equipo azul ha marcado en la liga, siete le corresponden a la dupla Cristian Palacios-Ronnie Fernández. El Chorri tiene cinco y entrará a la cancha como uno de los artilleros del certamen.

El gran clásico también significará el retorno a un duelo trascendente del árbitro Roberto Tobar. El juez vuelve a la vanguardia tras su cuestionada labor en el duelo entre Católica y Wanderers, en 2021, que le costó varias fechas de castigo. Revisando el desempeño de Tobar, desmitificando teorías conspirativas, ha cobrado solo un penal en su historial de Superclásicos y fue a favor de la U. Fue en 2019, por una mano del argentino Iván Rossi. Ejecutó Gonzalo Espinoza y convirtió.

Llegó el día del Superclásico 191. Un partido aparte. Solo sirve ganar. Nada más.

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