Llegó por accidente: la historia detrás del arribo de Gustavo Álvarez al fútbol chileno
Los caminos entre el actual DT de la U y Huachipato, el club que lo recibió en el país, pudieron cruzarse mucho antes. Sin embargo, una serie de hechos desencadenaron en que recién en 2023 el estratega arribara a Talcahuano.

Hace una década, en Huachipato estaban interesados en fichar a un jugador de Temperley. Una comitiva del club viajó a Argentina a buscar al futbolista en cuestión y se encontraron con Gustavo Álvarez, entonces entrenador del elenco gasolero. A los directivos del club de Talcahuano les gustó el trabajo y el juego que pregonaba el DT. Tanto que le ofrecieron ir a Chile y tomar a los acereros. Sin embargo, la propuesta fue desestimada por el estratega. Tenía contrato vigente y los tiempos no calzaban. Así comienza la historia de vaivenes.
El técnico luego dirigió a Aldosivi y Patronato, con rendimientos irregulares, pero exhibiendo los principios de la idea que mantiene hasta hoy. El primer salto al extranjero para Álvarez fue a Sport Boys, de Perú. Luego estuvo en Atlético Grau, también del país incaico. Los contactos con el club siderúrgico fueron permanentes, pero nunca coincidieron en sus tiempos.
Recién en 2023, después de varias temporadas de conversaciones, el entrenador negoció con Huachipato y acordó su arribo al CAP a cambio de una cifra cercana a los 20 mil dólares para él y su cuerpo técnico.

De Huachipato a la U
Su estadía en el club sureño fue breve, pero de ensueño. En un año logró un 63.54% de rendimiento y conquistó el tercer título de Primera División para los de Talcahuano. “Estaba interiorizado de lo que era el club y lo que es el plantel de Huachipato en la liga. Hubo conversaciones para dirigir en Chile y estoy muy contento con esta nueva oportunidad”, dijo en su arribo al país.
Ahí definía sus principios. “Mi objetivo siempre es ir de a tres puntos. Me ha tocado dirigir equipos para mantener la categoría, para clasificar a torneos internacionales o para salir campeón y siempre mantuve el mismo mensaje para los futbolistas. Nosotros nos preparamos al máximo para los próximos tres puntos y después de eso no hay nada. Una vez que jugamos ese compromiso, volvemos a ponernos el objetivo de nuevo en los tres puntos. Busco un equipo ambicioso a partir de manejar la pelota y atacar, intentando que sea una constante y permanente, no cediendo la iniciativa al rival. Eso es lo que uno pregona ante cualquier rival y en cualquier cancha”, decía.
“Siempre digo que ofrezco dos cosas que son respeto y trabajo. Es la historia de mi vida, de mi carrera y eso está garantizado en mi rol de entrenador del equipo”, añadía. A fin de año fue campeón.
Luego de conseguir el título en Huachipato, rápidamente la U se movió para tenerlo. Azul Azul ofreció 200 mil dólares a los acereros como único pago por la cláusula de salida de 800 mil de la divisa estadounidense. El portazo de Huachipato fue rotundo. Después, la U mejoró su oferta y propuso pagar US$ 200 mil al contado, y una parte importante del resto de la cláusula en variables por objetivos. Así fue el acuerdo.
“Llego a un club muy grande y hay que transformar al equipo en algo muy grande. Y eso se logra teniendo un rol protagónico y sometiendo al rival. ¿El objetivo? Siempre ganar el próximo partido y si se gana el siguiente partido y lo multiplicas por 30, no habrá proyecto más ambicioso que ese”, comentó en su aterrizaje en el CDA. En una temporada logró la Copa Chile con la U y pelear el título de Primera División, donde fueron segundos. Se ha consolidado como el líder del proyecto azul que comenzó con dos victorias en la Copa Libertadores.
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