Iván Zamorano es el único jugador chileno que ha pasado por el Real Madrid. El exgoleador se mantuvo en la Casa Blanca entre 1992 y 1996. Fueron, sin lugar a dudas, los mejores años de su carrera. Logró ser el máximo anotador de LaLiga y sumó tres títulos con la casaca del cuadro merengue. Además de Bam Bam, otros jugadores han estado cerca de firmar por el Real Madrid. Uno de los casos más conocidos es Elías Figueroa. De hecho, el exzaguero asegura que fue él quien rechazó la oferta, que incluía un avión que lo llevaría hasta España.
Un ejemplo más reciente es Arturo Vidal. El volante, a esta altura declarado antimadridista, dice haber estado en la órbita del club en tres oportunidades. “La vez que estuve más cerca fue antes de que llegara Casemiro. Estaba en Juventus y yo tendría que haber estado ahí, pero como él estaba de préstamo en Porto, lo trajeron de vuelta”, contó hace algunos días en diálogo con el streamer argentino Davoo Xeneize.
Más desconocido es lo vivido por Pablo Contreras. El exdefensor, uno de los seis protagonistas de Colgar los Botines Dorados, la nueva docuserie de La Tercera y La Cuarta, dice que no haber pasado al Santiago Bernabéu fue una de las deudas de su carrera, que se dio mayoritariamente en el fútbol europeo. “En términos deportivos quedé con una pequeña espinita. Jugué con equipos grandes en Europa, pero me hubiese encantado llegar al Real Madrid o al Borussia Dortmund. Al Madrid tuve chances de ir”, revela a este medio.
¿En qué circunstancias fue? Según señala Contreras, fue en la temporada 2005-06, cuando jugaba en el Celta de Vigo. “Finalmente no se equivocaron, porque llevaron a Sergio Ramos, pero pude haber ido. Lo del Borussia es porque uno de mis ídolos como central era Matías Sammer. Mi sueño era haber sido delantero, pero fui defensor central. Jugué en el equipo de mis amores y estuve más de una década en la Selección. Creo que disputé todas las competiciones que son posibles. Me siento pagado por todo lo que me entregó la profesión”, reflexiona.
El exdefensor también hace una reflexión al respecto de las ganancias que reciben los futbolistas que logran pasar a Europa. “Independiente de la cantidad de dinero que se pueda ganar, creo que la vida nunca está resuelta. No creo que sentirse lleno de dinero sea la salvación. Lo principal es sentirse bien en el día a día. Yo siento que mi vida está resuelta cuando ayudo o pido ayuda. Hay gente que puede ser feliz con menos cantidad”, dice.
En esa línea, recuerda los consejos que le dieron algunos de sus compañeros en sus inicios como juvenil en Colo Colo. “Cuando recién estaba empezando, Marcelo Espina e Ivo Basay se portaron muy bien conmigo. El Cabezón me dijo ‘aprovecha este momento, que no te vas a dar ni cuenta y se acabó el fútbol’, y efectivamente, cuando decido retirarme fue en la primera persona que pensé. Luego nos reencontramos en ESPN en la Copa Confederaciones y me recordó esa frase. Efectivamente pasó. La vida se te pasa volando y tienes 37 años. Dicho y hecho. Pero insisto en que la vida continúa. Tengo cosas por hacer y entregar de la manera que más pueda”, cuenta.