Lo peor para la Roja: con derrota y Brasil en el horizonte

De principio a fin. Indiscutible. Chile no tuvo y no supo cómo. Así perdió en su último partido por el Grupo A de la Copa América. Un 2-0 ante Paraguay, sin argumentos a favor. Sin ideas, sin gambeta, sin asociación. El peor resultado que se podía esperar y que deja a Brasil muy cerca de ser el próximo escollo, en los cuartos de final. El peor escenario para la Roja.

Áspero, de pocos centímetros. Un partido difícil para la Selección. Sin duda, Eduardo Berizzo desempolvó todas las carpetas que tenía sobre varios jugadores que dirigió en Juan Pinto Durán. Sabía a quién apretar y a quién darle más libertad. Sus jugadores ahogaron a la Roja y, en el primer tiempo, provocaron la imagen más pobre del equipo de Martín Lasarte desde que el uruguayo lo tomó.

Dos líneas de cuatro para poblar la zona media y, al mismo tiempo, cerrar las bandas. Ni Mauricio Isla ni Eugenio Mena tenían espacio para avanzar. Siempre, o casi siempre, chocaban con una camiseta blanca. Charles Aránguiz, con marca pegajosa, no tenía cómo tomar la manija del juego. Y a eso se sumó la imprecisión de Arturo Vidal, la misma que ha mostrado en toda la Copa.

El consuelo era que Paraguay, siendo muy superior, tampoco generaba mucho peligro. La rugosidad del compromiso eclipsaba toda acto creativo. Los guaraníes, sin embargo, se generaron algunos tiros de esquina. Y a partir de ahí, supieron golpear donde más le duele a esta escuadra: en la pelota detenida. Braian Samudio, a los 33′, cabeceó un córner al ángulo y con eso abrió la cuenta.

A esa altura, ningún remate al arco para Chile. Mal que se extendió a la segunda parte, donde Lasarte movió las piezas buscando más fútbol en el medio. Sacó a Tomás Alarcón y retrocedió a Aránguiz como volante central. El DT quería una salida más limpia. Mandó a la cancha Jean Meneses, cargado a la derecha. El DT quería más peso por la orilla. Pero nada. La Selección no mejoró. Antony Silva, el arquero paraguayo, sin estrenar sus guantes.

Para peor, el árbitro Wilmar Roldán cobró un penal de Gary Medel, que Miguel Almirón transformó en el 2-0. Todo en contra, demasiado empinado el camino. Nada salía bien. Hasta un penal avisado por Vidal, por una supuesta mano de Carlos González, fue desestimado por el VAR después de siete minutos de discusión. Ahí se acabó el partido como expresión de lucha. Y, más encima, Medel dejaba la cancha con un pinchazo en el muslo izquierdo.

Lo concluyente es que la Roja nunca estuvo a la altura de su rival. De principio a fin, el plan de Berizzo aplastó al de Lasarte. Es difícil recordar otro partido sin remates al arco del Equipo de Todos. Ni siquiera en los peores momentos de la generación dorada camino a Rusia 2018. Cero remate de peligro (solo un intento en los descuentos) y nulas aproximaciones, con 67% de posesión de la pelota. Derrota inapelable. Punto.

Brasil amenaza en los cuartos de final. ¿Por qué? Porque a Chile ya no le quedan partidos en el Grupo A y en la última fecha se enfrentan Paraguay y Uruguay. Si gana la Celeste, Chile quedará cuarto. Si empatan, Chile quedará cuarto. El lugar que obliga a jugar con Brasil en la próxima ronda. Lo que nadie quiere, probablemente le tocará a la Roja.

Chile 0: Claudio Bravo; Mauricio Isla, Gary Medel (68′, Enzo Roco), Francisco Sierralta, Eugenio Mena; Arturo Vidal, Tomás Alarcón (46′, Jean Meneses), Charles Aránguiz; César Pinares (68′, Pablo Galdames), Eduardo Vargas, Ben Brereton. DT: Martín Lasarte.

Paraguay 2: Antony Silva; Alberto Espínola, Gustavo Gómez, Junior Alonso, Héctor Martínez; Braian Samudio (62′, Ángel Romero), Mathías Villasanti, Ángel Cardozo Lucena (84′, Gastón Giménez), Santiago Arzamendia (84′, Omar Alderete); Miguel Almirón (77′, Antonio Bareiro), Carlos González (77′, Óscar Romero). DT. Eduardo Berizzo.

Goles: 0-1, 33′, Samudio salta sobre Mena en un córner y anota con un cabezazo; 0-2, 58′, penal anotado por Almirón tras falta de Medel sobre González.

Árbitro: Wilmar Roldán (COL). Amonestó a Brereton, Medel, Bravo (CHI); Martínez (PAR).

Estadio Mané Garrincha de Brasilia: Sin público.