Costó un montón. Demasiado, quizás, desde la perspectiva de Universidad Católica. Sin hacer una buena presentación, se impusieron por la mínima sobre Unión La Calera, que demostró por qué es un animador de nuestro torneo.
Más allá de la presión innata que conlleva estar en un equipo grande y candidato al título, los franjeados sí o sí necesitaban cambiar la cara luego de la dura caída en Paraguay, en el debut por la Copa Libertadores. Y como el calendario se transforma en un adversario más para el campeón chileno, Gustavo Quinteros optó por una mixtura pensando en el desafío venidero con Rosario Central. Entraron con ocho canteranos en la titularidad.
Algo que complicó a la UC en el desarrollo del juego es la ausencia clara de un generador. Ante las ausencias del lesionado Buonanotte y del suspendido Pinares, los cruzados carecieron de un volante que abasteciera tanto a los punteros como a Diego Valencia, quien estuvo muy solo en el primer tiempo. El empuje de Aued y algún pelotazo desde atrás eran las apuestas de Católica en el lapso inicial.
Da la sensación que todo lo bueno que exhibió la UC en los partidos de pretemporada se ha ido disipando con el correr de los duelos oficiales. Le cuesta tener fluidez y velocidad a la hora de la construcción ofensiva. En el primer tiempo, fueron los cementeros quienes impusieron sus términos. Si había que defender, se replegaban en bloque. Si tenían la pelota, salían rápido. No se escondieron.
Los primeros 45 minutos mostrados por la Católica están muy lejos del paladar de la exigente hinchada cruzada. Augusto Batalla fue poco exigido. Llegadas esporádicas y nada más. Por mucho despliegue que haya tenido Aued, quien empujaba a su escuadra, eso no alcanzaba para entregarle un balón con ventaja a los delanteros.
Para el complemento, la UC entró con otra actitud. Fue capaz de tomar el control y no dejar que La Calera saliera de su campo. Un remate de Lobos que contuvo Batalla, en los 61', hizo pensar que el trámite fuese esperanzador para el local. No obstante, ese nuevo aire que adquirió Católica se fue desvaneciendo, hasta que cayó en las mismas lagunas. Quinteros movió el tablero e hizo ingresar al colombiano Riascos y a Jeisson Vargas, en su reestreno con la camiseta franjeada. Más tarde, Cornejo reemplazó a Magnasco, quien sigue siendo titular sin demostrar un rendimiento regular cuando está en cancha. Los cambios no causaban efecto. Los murmullos se escuchaban más fuerte en San Carlos. La preocupación era notoria, pero...
A tres del final, cuando el empate parecía establecido, un balón detenido cambió el desenlace. Tiro libre de Vargas, más bien una asistencia, y Carlos Lobos dispara cruzado (era que no) para vencer al exgolero de River. La celebración del tanto del canterano desató todos los nudos que tenía la UC, que el año pasado transformó en San Carlos un fortín inexpugnable para los adversarios.
La Católica acaba con el invicto de La Calera y se encarama entre los líderes del certamen, justo cuando el calendario acecha con partidos más que complejos. El miércoles reciben a Rosario Central por la Copa, el domingo 17 visitan el Monumental para cruzarse con el Colo Colo de Mario Salas y el sábado 23, en plena fecha FIFA, enfrentan a Palestino por la Supercopa.
Ficha del partido
U. Católica: C. Toselli; R. Rebolledo, B. Kuscevic, V. Huerta, S. Magnasco (77', J. Cornejo); C. Fuentes; J. P. Fuenzalida (57', D. Riascos), C. Lobos, L. Aued, D. Henríquez (62', J. Vargas); D. Valencia. DT: G. Quinteros.
U. La Calera: A. Batalla; Y. Andía, C. Vilches, P. Alvarado, E. Wiemberg; M. Laba; T. Rodríguez (67', S. Zúñiga), J. Leiva, E. Isnaldo, F. Lobos; W. Bou (46', J. Monreal). DT: F. Meneghini.
Gol: 1-0, 87', Lobos, con un remate cruzado tras tiro libre de Vargas.
Árbitro: Felipe González. Amonestó a Henríquez, Huerta (UC); Laba, Vilches y Alvarado (ULC).
Estadio San Carlos de Apoquindo. Asistieron 10.226 personas.
En cursivas, jugadores juveniles.