Lord Kipchoge
El keniata logra, sin récord, su tercera corona en Londres y Farah pulveriza la plusmarca británica. La barrera de las dos horas sigue lejos.
Las expectativas depositadas en el Maratón de Londres eran muy altas. Tanto como las temperaturas que acompañaron a los atletas durante el transcurso del tercer Major del año, celebrado ayer en la capital inglesa. 23 grados llegaron a marcar los termómetros durante buena parte de la prueba y eso, además de un registro elevado para los estándares londinenses en esta época del año, puede llegar a convertirse en un auténtico infierno con 42 kilómetros en las piernas.
El verdadero interés de la carrera, sin embargo, recaía en su excepcional reparto, integrado por tres de los mejores fondistas de todos los tiempos. Y el gran aliciente, claro, era el de ver caer el récord mundial de la distancia, 2.02'57, grabado a fuego en 2014 por el keniata Dennis Kimetto.
El principal aspirante a pulverizarlo era, quién si no, su compatriota Eliud Kipchoge, el de la inquebrantable sonrisa, el mejor maratonista del momento. Sus dos triunfos anteriores en Londres (2015 y 2016), su cetro olímpico vigente y su imbatibilidad de cinco años en la distancia, lo avalaban; pero la presencia del etíope Kenenisa Bekele (recordman planetario en 5.000 y 10.000 y propietario de la segunda mejor marca de la historia en los 42k); y del cuádruple campeón olímpico Mo Farah en el día de su retorno a los grandes eventos, engordaban aún más el caché de la prueba.
El triunvirato de excepción comandó la carrera desde el inicio, con Kipchoge siempre a la cabeza, pero una vez alcanzado el ecuador del recorrido, Bekele comenzó a perder fuelle. Farah, en el segundo maratón de su vida, aguantó el tipo como pudo, superado al cruzar el Támesis por un envalentonado Tola Kitata. El ritmo constante, imparable casi inhumano de Kipchoge empezó a palidecer en los últimos kilómetros, en un momento en el que ya nadie dudaba de su triunfo, pero en que el mundo entero comenzaba a presentir que no lograría hacer añicos la marca de Kimetto. Y así fue. Extenuado, el keniata detuvo el crono en 2.04'17, por delante de Kitata y del ídolo local Farah, cuyo registro le alcanzó, al menos, para convertirse en nuevo plusmarquista británico de la distancia, pulverizando los 2.07'13 establecidos por Steve Jones en 1985.
Pero la gran sorpresa en Londres la protagonizó otra keniata, Vivian Cheruiyot, quien pese a debutar en maratones en 2017, logró quedarse con el triunfo en la categoría femenina aplastando a las grandes favoritas, Keitany y Dibaba, pero quedándose muy lejos del récord del mundo, propiedad de Paula Radcliffe.
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