El partido se disputaba al máximo de tensión. Unión Española le ganaba 4-3 a Ñublense en el estadio Santa Laura, cuando Lorenzo Reyes le entró con todo a Pablo Aránguiz y el juez José Cabero no dudó en mostrarle tarjeta amarilla.
Era la segunda para el futbolista chillanejo, por lo que debió abandonar la cancha en el minuto 82 y dejar a su equipo con 10 jugadores, cuando buscaba el empate. Pero las malas decisiones del otrora jugador de Universidad de Chile no terminaron ahí.
Al momento de abandonar la cancha, y estando muy cerca del sector donde se ubica la barra brava del equipo de Independencia, Reyes se llevó una mano a su nariz, se la tapó, y con la otra hizo el típico gesto que indica que hay mal olor.
Ofensa que fue captada por las cámaras de la transmisión oficial (TNT Sports) y que podría significar un grave castigo para el hombre que también es dueño de una parte de la sociedad anónima que rige los destinos del cuadro sureño.
Es que según el Código de Procedimientos y Penalidades de la Asociación Nacional de Fútbol Profesional, en su artículo 63 -inciso B3- determina que “insultar o provocar a un rival, a los integrantes de los Cuerpos Técnicos y al público en general, dentro del recinto donde se efectúe el partido”, se sancionará con uno a tres juegos de suspensión.
Por lo mismo, al partido contra Colo Colo -que se jugará este sábado, a las 15 horas- se le pueden sumar los duelos contra Palestino (14 de abril) y contra Cobresal (20 de abril), por lo que podría volver a la titularidad sólo el sábado 27 de abril, en el compromiso ante Cobreloa.
Finalmente, tras la salida de Reyes, Unión Española aumentó estableció el marcador definitivo, 5-3, con gol de Ariel Uribe y el cuadro de la capital de la región del Ñuble, se quedó con nueve hombres tras la expulsión de Cristopher Medina en el minuto 97.
Con ello, los santiaguinos escalaron hasta el quinto puesto con 10 unidades y Ñublense se quedó en el undécimo puesto con tan sólo 7 y a cuatro de la zona de descenso (Copiapó está penúltimo con 4 unidades).