Bastaba acercarse al estadio Monumental en la antesala del encuentro entre Colo Colo y Boca Juniors para advertir que las medidas de seguridad serían mucho más intensas que en el resto de los compromisos del equipo popular. Lo más notorio era, por mucho, la presencia de Carabineros. Los graves incidentes en el duelo ante el Monagas, que les costaron a los albos duras sanciones de parte de la Conmebol y restricciones de aforo también por parte de las autoridades nacionales, justificaban el amplio despliegue. También, las amenazas de reventones y avalanchas que circularon por las redes sociales antes del duelo entre las escuadras de Gustavo Quinteros y Jorge Almirón. No llegaron a materializarse. El margen de acción era escaso para que llegara a suceder.
Había, en efecto, un control intenso que incluía una amplia presencia de efectivos y de vehículos. Unos 400 carabineros participaron del operativo. Dos anillos con presencia de uniformados después de cada validación de la cédula de identidad asociada al ticket, alejaban la posibilidad de que se produjeran desbordes. La policía uniformada, de hecho, entregó un favorable balance. Se reportaron 23 detenidos. El caso más grave fue el del chofer de un camión que proveería alimentación e hidratación a los guardias, que portaba fuegos artificiales. Hoy, como el resto de los detenidos, pasó a control de detención.
Un operativo planificado
En Macul celebran que todo haya estado dentro de lo planificado. Y, principalmente, destacan el efecto que produjo la presencia de la policía uniformada en un rol más protagónico en la custodia de la seguridad. Los albos evaluaron punto por punto los elementos más relevantes de la operación. En todos, consideraron que el dispositivo había resultado de buena forma, lo que coincide con la visión policial.
La posible invasión de fanáticos que no tuvieran alguna de las 24 mil entradas disponibles era uno de los factores que más inquietaba. Finalmente, 15 de los 23 detenidos obedecieron a la usurpación de identidad. Otros tres, a órdenes pendientes, uno al delito de hurto, otro al porte de arma blanca, dos a la tenencia de droga y uno a desórdenes.
El segundo punto dice relación con las avalanchas o ‘turbazos’. Ahí, la calificación también es positiva. “Pese al masivo llamado a realizarlos: Se registró un solo intento de ingreso masivo de unas 60 personas sin entradas en el sector Cordillera, el cual fue controlado por uno de los filtros dispuestos por Carabineros y su sección motorizada que logró dispersarlos de manera inmediata. (El hecho se registró a las 19:55 en calle Exequiel Fernández)”, consignan los albos.
También se destaca la ausencia de elementos prohibidos. En efecto, en el interior del coliseo no explotó ninguna bengala ni fuego de artificio, una realidad opuesta a lo que ocurrió en el choque ante los venezolanos. Tampoco hubo enfrentamientos entre barristas, como se registraron en el mismo duelo ante los llaneros, con el protagonismo de El Ardilla, barrista sobre el que pesaba una prohibición de ingreso.
Anillos y revisión
Carabineros dispuso de cuatro anillos de seguridad. El cuarto tenía como finalidad garantizar la tranquilidad de los vecinos. Ese propósito se cumplió plenamente y está asociado a otro: la exhaustiva revisión en los ingresos, que abarcó a las personas que ingresaron caminando y a quienes lo hicieron en vehículos. Sobre estos últimos, era más exigente, lo que permitió el decomiso de elementos prohibidos.
El clima de seguridad redujo además, un índice que suele considerarse un parámetro para estos efectos: la utilización de ambulancias bajó radicalmente. De hecho, el vehículo de emergencia se ocupó dos veces para atender a un guardia que presentaba dolor de cabeza. Habitualmente, se recurre a ellas en unas 30 ocasiones.
El estadio Monumental no sufrió daños. Ese había sido uno de los principales llamados que realizó el club, incluso a través de algunos de los jugadores más emblemáticos de su historia. En el Cacique entregan un diagnóstico concluyente. “El monitoreo constante y la alta presencia de Carabineros evitó, además, el traspaso entre sectores, situación que ocurre partido a partido, a través del rompimiento de rejas separadoras”, grafican.
Tampoco hubo problemas entre barras, un aspecto clave, considerando la peligrosidad de los hinchas xeneizes. En este plano, el horario diferido de ingreso resultó clave. Carabineros controló rápidamente un intento de hinchas de Colo Colo por acercarse al sector Magallanes. La evacuación del estadio también se desarrollo de acuerdo a lo planeado.
La últim clave está relacionada, justamente, con el despliegue de recursos por parte de Carabineros. “Las exhaustivas fiscalizaciones en los anillos perimetrales diseñados para este partido, se llevó a cabo un potente trabajo terrestre que contó con alta dotación de vehículos de Carabineros, contingente motorizado, cientos de policías por las diferentes calles y puntos de ingreso al anillo, además de contingente canino en todas las dependencias del estadio. La planificación contó, además con un general inspector y dos generales de Carabineros, monitoreando activamente el operativo desde la central de seguridad del estadio”, resaltan en el Monumental.