Alguna vez lo señalé en estas mismas páginas, a propósito de la Copa Confederaciones, sobre el vicio de estarse quejando permanentemente de los arbitrajes. Se entiende que para un partido puntual, con algún cobro específico claramente equivocado, haya reclamos. Pero eso debe ser la excepción. Y resulta que es al revés, se trata de la regla. En Rusia no nos gustaba ninguno de los árbitros. Todos, supuestamente, tenían cuentas pendientes con el fútbol chileno. Incluso alguien aseveró que el serbio Milorad Mazic no tenía el nivel para arbitrar la final con Alemania. Claro, los balcánicos no saben nada de fútbol, total, llevan 70 años exportando entrenadores a todo el mundo.
Pero este lloriqueo permanente no es sólo un tema de la selección. Ahora los equipos grandes, que llevan una historia jugando con el viento a favor, ante el primer contratiempo, salen con la cantinela del arbitraje. Lo de Colo Colo parece un guión aprendido, cada derrota o empate es culpa del juez. No falla. Incluso levantaron la teoría de la persecución. Increíble.
Ahora se sumó Universidad de Chile. Quieren acusar al Tribunal de Penas a Eduardo Gamboa por el arbitraje de la final de la Copa Chile ¿Y cuál fue el fallo escandaloso? Una amarilla que pudo significar la expulsión de un rival. En el medio, Santiago Wanderers les encajó tres goles. Pero eso no tuvo nada que ver, parece. La directiva gasta su energía en apuntar a Gamboa. Como si eso les solucionara algo. Como si el mal planteamiento de Hoyos y lo poco aplicado del equipo no debieran ser los factores a revisar.
En otros tiempos era común que los comentaristas de fútbol gastaran mucha tinta en los árbitros. Sobre todo en los partidos internacionales. Desde entonces viene la cantinela de la señora FIFA y la confabulación para perjudicar a Chile. Y un signo de avance o desarrollo es, precisamente, dejar al arbitraje y los agentes externos a un costado.
Los peruanos, por ejemplo, en vez de asumir que Paolo Guerrero fue poco profesional e irresponsable, y perjudicó a su país y él mismo, incurriendo en dopaje, hablan de una supuesta "confabulación" para sacarlos del Mundial. Hasta Guerrero anda con el cuento de la maniobra secreta. ¿Cómo tomar en serio algo así? En vez de concentrarse en ganar el repechaje y clasificar el Mundial luego de 36 años, andan persiguiendo fantasmas. Por favor…