Los arreglos en el Estadio Nacional para la final de la Libertadores están en pleno desarrollo. El tiempo avanza. La definición que por primera vez en la historia sería única y en un escenario definido con antelación, será el 23 de noviembre. Hay una certeza: se enfrentará un equipo brasileño (Flamengo o Internacional) con un argentino (River Plate o Boca Juniors). Cualquier combinación reviste un alto atractivo.

Hoy, el presidente de la Conmebol, Alejandro Domínguez, aprobó los trabajos que se están realizando para actualizar el coliseo ñuñoíno y ponerlo a la altura de los principales estadios del mundo. En ese contexto, por ejemplo, hace rato comenzó el reemplazo de las aposentadurías. También se trabaja en la remodelación de la tribuna de prensa y en la mejora de los accesos.

La iniciativa más ambiciosa tiene que ver con la instalación de 11 palcos VIP nuevos, que responderán a las exigencias que establece la FIFA para sus competencias. Esas acomodaciones estarán ubicadas en la tribuna Bajo Marquesina.

Domínguez llegó hoy y, luego de sostener conversaciones con las autoridades, recorrió las obras acompañado por el presidente de la ANFP, Sebastián Moreno, la ministra del Deporte, Pauline Kantor, el subsecretario de la cartera, Andrés Otero, y la intendenta metropolitana, Karla Rubilar.

"Quiero felicitar a la ministra, a la intendenta, a la organización de todo este proyecto. Nos deja con mucha tranquilidad que las obras estén tan avanzadas. No teníamos ninguna duda de que habíamos hecho la selección correcta en elegir a Santiago como la sede de la final única de la Copa Libertadores y agregar así una hoja más a la rica historia de este estadio, de esta ciudad con el primer evento único del campeonato que más espectadores lleva y que más atención genera", declara Domínguez.

Alta demanda

El dirigente paraguayo es optimista respecto de la convocatoria. "Viendo como está el estadio, con todas las remodelaciones va a quedar chico. Ningún estadio en Sudamérica tiene el aforo para tener a tanta gente que está pensando en venir a Santiago y disfrutar de se día va a ser histórico para el fútbol sudamericano y mundial. De la seguridad, no tengo ninguna duda. Se sabrá manejar un espectáculo de esta magnitud", dice. También explica que los altos precios de las entradas obedecen a la alta demanda. "Quintuplica a la capacidad del estadio, estima.

"Se ve un avance considerable. Es muy importante para nosotros conservar estos avances, pensando en las eliminatorias. El cierre del estadio Nacional implica ciertos inconvenientes. Universidad de Chile está haciendo las gestiones para mudarse temporalmente", añade el presidente de la ANFP, Sebastián Moreno.

"El presidente Domínguez vino a visitar el estadio. Quedó satisfecho y lo transmitió. Hay un trabajo largo, grande, que entró en tierra derecha después de la Copa América. La Conmebol se vino a instalar acá. Hay un trabajo integral para tener una fiesta de fútbol y social", explica el subsecretario Otero.

A nivel gubernamental se están desarrollando todas las coordinaciones para que la final sea una fiesta de nivel mundial. Incluso, ya se avanza en la preparación del dispositivo de seguridad para controlar a las hinchadas. "Hay tranquilidad por haber elegido Santiago, por la seguridad y la logística que ofrece. Hay una mesa de trabajo liderada por la intendencia que está tomando todos los resguardos, en los ingresos al país, en los pasos fronterizos. Es una linda oportunidad, que queremos aprovechar", añade Otero.