Universidad de Chile quiere seguir ganando. Luego de sumar dos triunfos al hilo, a la escuadra dirigida por Mauricio Pellegrino se le abre el apetito en Campeonato Nacional. Por ende, el estratega apuesta por la fórmula que le resultó ante O’Higgins. No la que utilizó de inicio, sino la que se vio en el cierre, y con la que, precisamente, llegó a la victoria en Rancagua.
Ante los Celestes, la escuadra estudiantil partió con un 4-3-3, con Renato Huerta, Leandro Fernández y Darío Osorio en ofensiva, con los juveniles cargados hacia los costados y el argentino como centroatacante. Sin embargo, en el complemento, con el ingreso de Nicolás Guerra en desmedro del extremo derecho, el sistema pasó a un 4-4-2, con el ex Ñublense y el otrora Independiente arriba, y el de Hijuelas más retrasado y cargado hacia la izquierda, pero como volante.
Ante Curicó Unido repetiría aquel movimiento, que hizo mostrar a los azules su mejor rendimiento en lo que va de Campeonato Nacional. De tal forma que la U saltaría al campo con Cristóbal Campos en el pórtico; una línea de cuatro en el fondo con Yonathan Andía, Luis Casanova, Matías Zaldivia y José Castro; en el medio aparecen Emmanuel Ojeda y Federico Mateos centralizados, e Israel Poblete cargado a la derecha y Darío Osorio a la izquierda. Dejando a Nicolás Guerra y Leandro Fernández como delanteros nominales.
La inclusión del carrilero ex Unión La Calera se debe a la lesión de Juan Pablo Gómez, que abandonó a los 21′ ante O’Higgins. Además, todavía no se recupera Cristian Palacios, que venía siendo clave en los laicos. “Lo del Chorri es un poco más complicado. El sóleo es traicionero, uno siente que está bien y no es tan así. Veremos cómo van evolucionando. Para este no estarán, creo que para el próximo veo más cerca de recuperar a Palacios que a Gómez” señaló al respecto Pellegrino.
La nueva fórmula
En El Teniente, fue Xavier Tamarit, el ayudante de Pellegrino, quien dirigió al equipo desde la banca, ya que el técnico titular arrojo positivo por Covid-19. Y tras un primer tiempo flojo, fue él quien golpeó la pizarra del entrenador, mutando del 4-3-3 al 4-4-2.
Guerra, ingresado, se ubicó como 9 fijo, mientras Leandro Fernández se empezó a mover con mayor libertad por el frente de ataque. Vale consignar, de todas formas, que el ex Ñublense no realizó su mejor actuación. Pero el movimiento funcionó para el colectivo.
Fernández, en cambio, fue le más activo en la U. Antes de abrir la cuenta, en el cuarto minuto de adición, había fallado cuatro opciones de gol. Chances que se generaba por merito propio en la mayoría de las ocasiones. “Yo creo que Leandro trabajó bien, es normal esa pequeña ansiedad hasta que haces el primer gol cuando llegas a un equipo nuevo siendo un delantero. Creo que hizo un trabajo increíble, más allá del gol, trabajó, corrió, disputó, lideró en ciertos momentos la presión”, expresó Tamarit, tras el choque.
Sobre los trabajos de la semana, para plasmar este nuevo sistema, Pellegrino asevera que: “Estamos contentos con lo que hicimos en el segundo tiempo durante el otro día. Llegamos más veces en relación a partidos anteriores”.