Los Campos Elíseos reciben a un Jonas Vingegaard que confirma su victoria en el Tour de Francia

Jonas Vingegaard pedalea a paso tranquilo por una de las avenidas más famosas de París. Para él, en ese momento ya todo es celebración. La conquista del Tour de Francia la había conseguido jornadas atrás, en las zonas montañosas del país galo, y en pleno centro parisino ya nadie le iba a quitar la prueba más importante del mundo. Su paso por los Campos Elíseos fue netamente una formalidad, pero una que reafirma que el danés toca el cielo del ciclismo gracias a un tiempo acumulado de 79 horas, 33 minutos y 14 segundos.

El maillot jaune lo tenía desde la 12° etapa y no lo soltó más. Batalló y superó con amplitud a Pogacar en los grandes días de montaña y dejó en claro el por qué también se lleva el maillot à pois rouges, la camiseta blanca con puntos rojos que obtiene el corredor con más puntos al pasar por las cumbres.

Fue allí donde la victoria definitiva se cocinó, demostrando que es un dominador total en las pruebas de altura. De hecho las dos pruebas que ganó en el Tour están dentro de las tres etapas con mayor desnivel de la carrera. Estas fueron la 11° que va desde Albertville a Col du Granon (151,7 kilómetros) y la de 18° que comienza en Lourdes y termina en Hautacam, contemplando un tramo total de 143,2 kilómetros.

Por eso hoy, en la prueba 21 del Tour, estaba todo definido. Pasó por el Louvre con una sonrisa gigante e incluso tomó una copa de champaña con sus compañeros de equipo mientras pedaleaba recto hacía el Arco del Triunfo. Allí en plenos Campos Elíseos las banderas de Dinamarca flamearon con fuerza desde las gradas. Y es que su historia es impactante. Con 25 años, y un cuerpo muy alejado del prototipo de los grandes campeones europeos, Vingegaard conquista Francia luego de haber quedado, de forma impensada, segundo en 2021. Aún más impactante si se piensa que hace cuatro años trabajaba en una pescadería.

Así se transforma en el segundo danés en conseguir el Tour de Francia, justo 26 años después de Bjarne Riis, que triunfó en 1996, pero quien tras su retiro confesó haberse dopado con EPO en esos años. Esto le provocó que el Tour haya decidido borrarlo de sus registros, aunque la Unión Ciclista Internacional lo sigue considerando campeón.

Es la oscura mancha del dopaje, la que el nuevo campeón quiere borrar. Tras las negativas acciones de Riis como de Rasmussen, Vingegaard es el nuevo rostro de un país que esperar seguir creciendo en el mundo del ciclismo. Tras el Giro de Italia y el Tour de France, la siguiente gran competencia será la Vuelta a España, la cual comienza el 19 de agosto.

El podio de este Tour lo completaron Tadej Pogacar, gran favorito antes de la explosión del danés, y Geraint Thomas, quien vuelve a estar entre los tres primeros de una Gran Vuelta tras tres años de poca actividad. La 109° edición de la tradicional carrera, este año arrancó en Copenhague, para luego bajar hacía Francia. Comenzaron 176 ciclistas, distribuidos en 22 equipos y finalizaron 135. El mejor de ellos fue Jonas Vingegaard, el nuevo rostro del ciclismo mundial. París lo bañó en oro.