El fútbol no ha quedado ajeno al movimiento social que estalló en Chile en los últimos días. Algunos incluso salieron a las calles a pedir cambios, otros han utilizado las redes sociales para enviar su mensaje con respecto a la situación que se vive. Todo mientras se discute cuándo vuelve la normalidad a la actividad. Pero entre ellos hay muchos jugadores extranjeros que miran en su mayoría desde la sorpresa todo lo que se vive en las calles. Sobre todo algunos que vienen de países donde los conflictos vienen ocurriendo desde hace varios años.
Con 18 años recién cumplidos, Brayan Palmezano negociaba su llegada a Huachipato el año pasado. En ese momento jugaba en el Zulia de Venezuela, país que desde 2013 sufre una grave crisis social, política y económica. A final de 2018 selló su llegada a Chile, lugar donde llegaba a recuperar la sonrisa que extravió en su país.
Hoy, de golpe y lejos de su casa, otra vez se reencontró con una inestabilidad que lo asombra. "Si soy sincero, me sorprende lo que está ocurriendo, porque fue todo muy de repente y sin nada anunciado. Aún no pasa lo mismo que en Venezuela, pero allá vi lo mismo. Me pone contento ver marchas pacíficas con una multitud peleando por sus derechos. La gente quiere echar todo adelante pese a las dificultades y con eso me quedo", comentó Palmezano.
El venezolano, que se ganó un lugar en el once titular de Huachipato, trajo a su familia a vivir a Talcahuano. Aquello lo ha tenido en paz durante los últimos meses, aunque trata de no profundizar en el movimiento que vive Chile actualmente. "No creo ser la persona ideal para dar una opinión. Sabrán que soy joven y cuando pasó esto en Venezuela, yo estaba todavía mucho más joven. No entiendo mucho lo que pasa, pero si la gente ha salido a la calle es porque tendrán motivos. Llevo recién 9 meses acá y mentiría si estuviese enterado de todo lo que pasa. Igual tengo amigos y trato que me expliquen lo que pasa", agregó el llanero.
¿Y qué le comentan sus compañeros? Palmezano expresó que "me hablan algo así de las AFP, que la luz está muy alta y el sueldo mínimo. Ni siquiera sé cuál es el sueldo mínimo acá. Creo, según lo que me comentaron, que son alrededor de 300 lucas. Y no sé si alcanzarán o no. Chile me parece un gran país con gente muy linda, pero realmente en temas políticos no me meto. Lo mío es el fútbol y debo estar tranquilo, porque los tiempos de Dios son perfectos y lo que tenga que pasar, pasará. Tengo confianza en que volveremos a jugar y, en realidad, lo que más me afecta es eso, porque cuando no hay fútbol me pongo de mal humor".
¿Creerá Palmezano que la situación en Chile se asemeja en algo a lo que vivió y vive su país? "Comparando, creo que todo está mucho más complicado allá. Nunca me he involucrado muy de lleno en estos temas, porque mis padres me han enseñado que hace daño. Pese a que en Venezuela estaba más chico y faltaba comida, mis papás siempre hacían un esfuerzo extra para conseguirla. Aquí, desde que llegué, nunca me ha faltado la comida ni lo que quiero tener", dijo. Y sentenció: "Estoy tranquilo, porque los ciudadanos están peleando por sus derechos e imagino que quieren conseguir un país mejor. Mi solidaridad con los chilenos. Siempre les digo que en Venezuela lo pasamos mal, pero que si tienen que luchar saliendo a marchar por un mejor país, que lo hagan. Este no es mi país, pero sí me ha abierto muchas puertas y ahora dejó ingresar a mi familia".
"Cuidarse del toque de queda"
Judelin Aveska, defensor haitiano de Santiago Morning, dice que las manifestaciones sociales y el desborde que acarrearon le asustan, pero que en su país enfrentó revueltas aún mayores. "Con hartos muertos, en una destitución de presidente, situaciones bien graves, lo que no quiere decir que lo que está pasando no lo sea", se apresura en aclarar el zaguero del Chaguito, quien nació en Haití y desarrolló buena parte de su carrera en Argentina.
Igualmente, la costumbre no disminuye el temor. "Estoy un poquito asustado. El segundo día estuve complicado. Vivo en Cerrillos y se quisieron meter al condominio", cuenta.
¿Cómo lograron controlar esa situación? ¿Tuvieron que enfrentarse?
Los vecinos tuvimos que juntarnos. Al final, no hubo violencia, pero fue una situación compleja. Uno nunca sable lo que puede pasar. Logramos convencerlos de que se retiraran.
¿Cómo han sido los días siguientes? ¿Qué precauciones han tomado?
Nos organizamos entre los vecinos. En estas horas, lo importante es estar unidos y preparados por si llegara a pasar algo. Ojalá que no llegue a la violencia.
¿Tienen algún dispositivo que les permita comunicarse?
El condominio tiene alarmas y hay botones de alerta en los citófonos. Si llega a pasar algo extraño, hay que activarlos para que nos podamos juntar.
¿Cómo lo ha hecho para abastecerse?
Hay una feria cerca,que afortunadamente tiene de todo y que no ha sufrido ataques.
¿Y para ir al entrenamiento?
Mis compañeros me pasan a buscar para ir a entrenar. En ese sentido, ha sido bastante normal.
¿Ha tenido que alterar su vida?
Hoy, lo importante es no meterse en problemas. Voy de mi casa al entrenamiento y del entrenamiento a mi casa. Hay que cuidarse. Sobre todo por lo del toque de queda.