Los clubes le golpean la mesa a la ANFP tras la inesperada rebaja del aporte para el fútbol formativo

Marzo es, por definición, un mes complejo. En todos los niveles, hay que solventar diversos gastos. El fútbol no es la excepción. Al margen de las actividades en el ámbito profesional, los clubes deben hacerle frente a otro ítem igualmente cuantioso: la operación del Fútbol Joven, un área que demanda millonarios costos que, de todas formas, están contemplados en cada uno de los presupuestos institucionales y que, en función de la permanente e indispensable búsqueda de nuevos talentos, debería tener carácter prioritario.

La dificultad aumentan considerablemente si los ingresos decaen. Sobre todo si se trata de aportes tradicionales, como el que realiza la ANFP, precisamente para solventar los millonarios costos relacionados con traslados, alojamientos y otros servicios vinculados a las figuras en formación del balompié nacional. El año pasado Milad les pidió a los clubes bajar los presupuestos en este ítem e incluso explorar un formato de torneo menos exigente en el plano económico. El recorte que notaron los clubes fue, efectivamente, una señal.

En aquella oportunidad, sin embargo, el portazo de los clubes fue lapidario. De nada sirvieron la explicaciones de Pablo Silva, exdirector ejecutivo de Carlos Heller en Azul Azul. De acuerdo a sus palabras, si en 2023 los costos del Fútbol Joven alcanzaron los $ 4.000 millones, para la siguiente temporada ese monto solo llegaría a los $ 2.000 millones. ¿La razón? Un nuevo formato de competencia le permitiría a la asociación ahorrarse una gran cantidad de dinero. Por eso, cuando propuso reducir en un 50% el presupuesto, la indignación se apoderó del Consejo de Presidentes.

Las críticas de los clubes fueron duras. “El desarrollo del fútbol chileno pasa por robustecer el fútbol formativo. Ese es el proyecto basal de Unión Española y, por lo mismo, nos parece inconcebible reducir el presupuesto al Fútbol Joven. Hay otras asignaciones posibles de ajustar a nivel presupuestario, pero los recursos a las áreas formativas deben crecer progresivamente”, sostuvo en esa oportunidad Cristian Rodríguez, gerente general de Unión Española

En la vuelta del fútbol formativo, sin embargo, los clubes se encontraron con la sorpresa de la rebaja a las ordenes de servicio, que cubren parte de los alojamientos, traslados y alimentación de los elencos profesionales del balompié chileno.

En ese contexto, los clubes del fútbol chileno, particularmente los de la Primera B, se alzaron formalmente contra la mesa que dirige la corporación y su gerente general, Pablo Silva, para manifestar su disconformidad por un recorte que alcanza, en su interpretación, hasta a un 24 por ciento real respecto de la tabla de gastos y subvenciones anterior.

La nota que los clubes de la Primera B le hicieron llegar a Silva da cuenta, precisamente, de esa disconformidad. “Le escribimos con preocupación debido a lo que hemos observado ha sido la rebaja en los valores de las órdenes de servicio del fútbol joven”, establece apenas la parte introductoria de la misiva.

El siguiente párrafo da cuenta de un manifiesto error. “Queremos recordar que en el Consejo de Presidentes de Clubes, correspondiente a la aprobación de presupuesto 2024, los miembros del consejo fuimos muy enfáticos en señalar que debía al menos mantenerse el concepto de gasto en el fútbol joven, especialmente en lo referente a las órdenes de servicio, señalando el directorio y su persona en esa ocasión que incluso se otorgaría una especie de ‘fondo por rendir’ mensual para este concepto, adelantándose los dineros que se gastarían para este ítem mensualmente, de manera de mejorar la manera actual de funcionamiento del sistema de órdenes de servicio”, consignan los timoneles.

La especificación respecto el detrimento viene después. “Por lo anteriormente expuesto, sorprendente ha resultado observar que no solo no se ha aplicado el sistema indicado por el directorio en el Consejo de Presidentes sino que, además, en contrario a lo que aprobado en esa instancia, las órdenes de servicio vienen rebajadas aproximadamente un 20 % nominal de lo que eran el año pasado, lo que es aproximado un 24 % más bajo en términos reales, siendo este último valor el importante ya que los presupuestos se aprueban en valores ajustados”, estiman.

La última referencia es una exigencia. “Por todo lo anteriormente expuesto, le solicitamos los clubes abajo firmantes se aplique lo aprobado en este concepto en el Consejo de Presidentes ajustando el valor de las próximas órdenes de servicio del Fútbol Joven y reembolsándose el menor valor de las órdenes ya emitidas en este 2024″, concluyen.

Los reclamos le llegaron directamente a Pablo Milad, el presidente de la ANFP. También a Pablo Silva, el encargado de idear el plan. Frente a tal escenario, se decidió revertir la decisión y mantener los montos fijados para la temporada 2023. De paso, desde Quilín se comprometieron a restituir los diferenciales de la única fecha que se ha disputado en el fútbol joven. Al ser consultados por El Deportivo, desde la casa del fútbol aseguraron que esa rebaja se debió a que se quitó un bono que estaba fijado desde la pandemia, pero que tras analizar la situación se decidió reincorporarlo a los montos que se distribuirán para la temporada 2024.

La cuantía de los montos involucrados en las subvenciones depende de varios factores. En el norte, el más relevante es la distancia entre ciudades. A modo de ejemplo, Cobreloa llega a gastar casi $ 4.200.000 cuando moviliza un plantel hacia Coquimbo o La Serena, un monto que también se aplica cuando papayeros o piratas tienen que ir a la ciudad minera. En el sur, el que debe realizar los gastos más importantes es Puerto Montt, cuando debe desplazarse a San Antonio, Melipilla o, derechamente Santiago. Un viaje de los salmoneros a la zona central del país implica cerca de cuatro millones de pesos para solventar la operación. Las mismas cifras aparecen cuando el movimiento es en sentido contrario.

Las disposiciones vigentes establecen que la ANFP contratará todos los desplazamientos aéreos, lo que implica, naturalmente, asumir los costos relacionados. La tabla incluso contempla los costos que implica el traslado de las delegaciones desde y hacia los respectivos aeropuertos.