Duelo de extremos para Chile ante Samoa. En la primera parte mostraron un rugby potente, protagonista y asfixiante en contra del ataque polinesio, logrando convertir un try y un penal en esos cuarenta minutos. Después eso sí, las diferencias físicas y de experiencia frente a un equipo de larga historia en estos eventos, se notó y los nacionales terminaron cayendo por 43-10. Pese a la derrota, la prueba sirve como un nuevo aprendizaje de lo que es el nivel en un Mundial.
Samoa llegó a Burdeos con un equipo renovado en comparación a lo que fue su plantel en 2019. Las nuevas reglas de World Rugby, le permitieron usar ante Chile a tres ex All Blacks y al 26 veces internacional con Australia, Christian Leali’ifano. Refuerzos que elevaron aún más el nivel de una escuadra reconocida mundialmente por su potencia física.
Y Chile logró contener la maquinaria en la primera parte. Pese a que se fueron al descanso con un try agónico de Duncan Paia’aua que dejó en 19-10 el marcador, durante los 40 minutos iniciales se vio a una defensa compacta, que no permitió el avance de sus rivales, al punto de que antes de ese castigo final, solo habían logrado sumar puntos desde los palos. Ayudados principalmente por los ocho penales cometidos por los Cóndores, solo encontraron ese camino para marcar diferencias.
Los nacioanles en cambio, mostraron un buen desempeño ofensivo, tanto en los scrum como en la generación de juego, logrando un tremendo try de Matías Dittus en el minuto cinco. Antes de que el pilar chileno entrara al in goal, Rodrigo Fernández rompió líneas y amagó a varios samoanos, quienes quedaron tan desordenados, que incluso tuvieron una amarilla tras un tackle sin balón en contra de Santiago Videla. El wing chileno volvió a ser protagonista en el minuto 22, cuando tuvo un fuerte cruce que le provocó una conmoción cerebral y la salida del encuentro. En su reemplazo entró Pablo Casas.
La paridad se rompió de golpe en el segundo tiempo. Los nacionales perdieron control de la defensa y los samoanos castigaron rápidamente. Jonathan Taumateine (42′), Fritz Lee (47′) y Sama Malolo (52′) sumaron tres tries en apenas doce minutos, estirando las diferencias hasta quedar 36-10. Fueron minutos de muchos problemas, donde los de la isla no solo generaban más juego con sus backs, sino que también subieron la intensidad de sus forwards.
Pero luego de que pasó ese remolino, Chile volvió a encontrar la fórmula para resistir en defensa. Pese al desgaste de enfrentar a una potencia planetaria, los dirigidos por Pablo Lemoine lograron plantarse y no dejar que el marcador siguiera cambiando con tanta facilidad. Apoyados por la mayoría de los 39.200 asistentes, entre los que se encontraban los Springboks Generals Kolisi, Eben Etzebeth y Chelsin Kolbe, se despidieron con la frente en alto de Burdeos. Los “¡Olé, Olé, Olé, Olé, Chile, Chile!” se escucharon incluso cuando Samoa anotó un último try, a veinte segundos del final del partido.