La ANFP está decidida. Su principal candidato para la banca de la Selección es Ricardo Gareca. Ya ni siquiera queda un atisbo de duda en esa consideración. De hecho, la mención de otras opciones, que efectivamente han sido ofrecidas al directorio que preside Pablo Milad, a través de intermediarios o incluso de comunicaciones más directas, genera un fuerte grado de molestia.
En Quilín piden paciencia y hasta imploran porque la lluvia de nombres no se transforme en un obstáculo para la negociación que realmente les interesa concretar. Sostienen que la decisión será meditada y, sobre todo, acorde con el proceso que vive la Roja: necesitada de puntos y, paralelamente, de un refresco en sus filas, considerando que la Generación Dorada entró hace rato en la recta final de sus carreras. El Tigre es una antigua aspiración, pero, hasta ahora, los plazos nunca habían calzado. La salida de Eduardo Berizzo de la banca de la Roja, después de la incapacidad para ganarle a Paraguay, y la libertad de compromisos del ex delantero argentino generan, al menos, el clima para que la unión se produzca. Antes, eso sí, quedan varios pasos por dar.
La cita
En Peñalolén tomaron el teléfono para contactar al entorno más cercano al entrenador. En esos contactos, plantearon el interés de programar una reunión, a modo de primer acercamiento formal. El formato no fue establecido con precisión, pero perfectamente se puede hablar de una teleconferencia, considerando que las actuales posibilidades tecnológicas ofrecen la posibilidad de realizarlas sin mayores inconvenientes. Naturalmente, o al menos como suele pasar en este tipo de tratativas, los cercanos a Gareca desconocen el acercamiento. “No tengo noticias de ello”, se limita a contestar Mario Cupelli, abogado del entrenador y, por ende, una de las personas en que más confía. El profesional declina responderle a El Deportivo acerca de la disponibilidad del estratega para escuchar propuestas. “No lo sé”, se excusa. Sin embargo, hace un tiempo, el propio Gareca lanzó la advertencia. “Tengo algo montado para una selección”, expresó en una entrevista.
Hay una definición que en la sede del fútbol chileno, al menos, tienen tomada: que el encuentro se produzca antes de fin de año. Para la ANFP, cada minuto cuenta. Si bien en principio se informó que el fichaje del reemplazante de Berizzo podría esperar incluso hasta marzo, ahora se llegó a la convicción de que mientras más temprano se tome la decisión, mayor margen habrá para darle curso a la gran aspiración institucional: generar jugadores aptos para competir en el reinicio de las Eliminatorias, programado para septiembre.
Si bien antes hay otros compromisos que cumplir, como el Preolímpico, en el que la Roja estará a cargo de Nicolás Córdova, o la Copa América que organizará Estados Unidos, lo concreto es que las miradas están puestas en recuperar terreno en la carrera por asistir al Mundial, evento en el que Chile ya suma dos ausencias consecutivas justo cuando había producido su generación más pródiga, la misma que ahora inicia la paulatina, pero inevitable retirada. Córdova, por cierto, es un nombre relevante: además de ser quien asuma los compromisos inmediatos, en parte del directorio, y entre los referentes históricos del plantel, también cuenta un margen de respaldo para transformarse en el técnico definitivo, más allá que el propio DT se descartara a través de las redes sociales.
Lo que está claro, en todo caso, es que Gareca calza con el perfil ofensivo que pretende la dirigencia que encabeza Pablo Milad para reencantar a una hinchada que, después de terminados los ciclos de Marcelo Bielsa y Jorge Sampaoli, nunca consiguió identificarse con una propuesta futbolística. De la de Berizzo, por ejemplo, llegó a distanciarse tanto que se tradujo en una considerable merma en la asistencia a los partidos de la Roja. La efervescencia, que en algún momento se tradujo en estadios repletos y una amplia presencia de fanáticos en las inmediaciones de Juan Pinto Durán, en efecto, ya no existe. Se perdió.
Costos y beneficios
En Quilín tienen resuelto el presupuesto para tentar al Tigre. Cuando se reúnan y entren decisivamente a negociar, Gareca escuchará un número que bordea los US$ 2,5 millones anuales para él y su cuerpo técnico. Ese es el tope disponible en la entidad que rige al fútbol chileno para fichar a un cuerpo técnico. El presupuesto disponible para el nuevo cuerpo técnico será parecido al que se destinaba a Berizzo y su staff: US$ 2,5 millones anuales. Cualquier rebaja es vista como una ganancia.
Hay otra materia igualmente importante en lo económico que puede entorpecer las negociaciones: Gareca mantiene una millonaria alianza comercial con la filial peruana del banco Scotiabank, lo que le impide ligarse en términos publicitarios a otra empresa del rubro. En Chile, el banco oficial de la Selección es el BCI. Y eso se traduce en la presencia de la marca en todos los espacios que ocupa la Roja y, naturalmente, en su indumentaria. Además, ha suscrito otros convenios de la misma naturaleza. En total, se embolsa unos US$ 600 mil por ese tipo de compromisos, que buscará compensar de alguna forma ante la eventualidad de tener que romper esas alianzas.
De lo que sí dan fe desde Perú es de la garantía que representa contratar a Gareca. “Es una persona trabajadora e íntegra. Si cierran, se van a llevar a una persona y a un profesional top. Su equipo de trabajo también lo es”, responden desde el entorno del estratega, avalando, en alguna medida, la elección que en Chile ya parece estar tomada. Lo que resta, efectivamente, es saber si el aludo está dispuesto a tomar el cargo y, sobre todo, a soportar la presión ambiental que terminó por hartar a Berizzo, al punto de provocar su prematuro alejamiento.