Rafael Nadal tuvo un breve regreso al tenis profesional después de casi un año sin poder jugar tras someterse a una cirugía en el psoas y en la cadera. Lo hizo en el ATP 250 de Brisbane donde consiguió imponerse a Dominic Thiem y Jason Kubler hasta caer contra Jordan Thompson en los cuartos de final.
Tras ese último encuentro, el hispano reconoció haber terminado con algunas molestias que de inmediato hicieron saltar las alarmas al pensar de que esto podía tratarse de la zona antes dañada.
Sin embargo, tras realizarse los exámenes correspondientes se determinó que no era una recaída, sino algo nuevo. Un pequeño desgarro en un músculo, por lo que los tiempos de recuperación fueron bastante optimistas, a pesar de que de todas maneras tuvo que decirle adiós al Abierto de Australia, el primer Grand Slam de la temporada.
“Hola a todos, durante mi último partido en Brisbane tuve un pequeño problema en un músculo que como sabéis me tuvo preocupado. Una vez que llegué a Melbourne tuve la oportunidad de hacerme una resonancia magnética y tengo un micro desgarro en un músculo, no en la misma parte donde tuve la lesión y eso es una buena noticia”, indicó el manacorí en un mensaje publicado en sus redes sociales.
“Ahora mismo, no estoy preparado para competir al máximo nivel de exigencia en partidos de cinco sets. Vuelvo a España para ver a mi médico, recibir tratamiento y descansar. He trabajado muy duro durante el año para este regreso y, como siempre mencioné, mi objetivo es estar en mi mejor nivel en tres meses”, añadió.
“Dentro de la triste noticia para mí por no poder jugar frente al increíble público de Melbourne, esta no es una mala noticia y todos seguimos siendo positivos con la evolución de la temporada. Tenía muchas ganas de jugar aquí en Australia y he tenido la oportunidad de jugar algunos partidos que me han hecho muy feliz y positivo. ¡Gracias a todos por el apoyo y hasta pronto!”, concluyó el balear.
Cambios en la planificación
Con este nuevo problema físico que enfrenta Rafael Nadal, el tenista español deberá reevaluar qué competencias enfrentará en los próximos meses para poder cumplir con los objetivos que se había planteado para la que puede ser la última temporada en el deporte profesional.
Tras darse el tiempo necesario para recuperarse de las lesiones al psoas y la cadera, la gran meta del mancorí es estar a plenitud para el comienzo de la temporada de arcilla, teniendo como finalidad competir en Roland Garros, entre el 26 de mayo y el 9 de junio, y los Juegos Olímpicos de París 2024, que se desarrollarán en el mismo recinto.
Considerando que la nueva dolencia lo tendrá alejado por cera de un mes y medio antes de volver a entrenar, está en duda si podrá llegar a tiempo a disputar el torneo de Indian Wells que se juega en Miami en el mes de marzo o bien se pondrá a punto para desarrollar la gira en arcilla.
De tomar este camino, lo más probable es que pueda llevar su juego al Masters 1000 de Montecarlo, el Conde de Godó de Barcelona y el torneo de Roma, competencias habituales para llegar bien adaptado a Roland Garros.