La corona 34 de Colo Colo en la Primera División del fútbol chileno tiene varios nombres propios. Inevitablemente aflora la figura de Arturo Vidal, el rostro del club en la temporada 2024. También se cuenta a Carlos Palacios, Brayan Cortés o Maximiliano Falcón. Sin embargo, hay un jugador que llegó a mitad de año y se terminó ganando un espacio, refrendando el nombre que tiene para el balompié local: Mauricio Isla. Con 36 años, el Huaso sumó una estrella muy particular para su palmarés.
Perfectamente la etapa del bicampeón de América en la tienda alba aflora como una revancha dentro de su dilatada trayectoria, tomando como referencia su última estadía en Universidad Católica, cuando volvió al país en 2022. Su retorno a San Carlos de Apoquindo, donde se formó pero no debutó como profesional, fue un movimiento resonante dentro del mercado de pases. La UC había traído a un jugador del Flamengo. La apuesta no resultó, tanto así que el vínculo entre el jugador y Cruzados se terminó anticipadamente, en mayo del año pasado. Se fue de la UC por la puerta de atrás.
Un año y medio después de esa polémica salida, el oriundo de Buin levanta la copa del fútbol local. “Contento, muy feliz, después de un largo tiempo acá creo que una de las cosas más rescatables es el respeto. Jugar este campeonato y la Copa Libertadores fue difícil, sufrido hoy (domingo), pero lo logramos”, dijo después del empate en la Región de Atacama. Agradeció a Arturo Vidal, quien sirvió de “puente” para acercar su desembarco en Macul: “Arturo Vidal fue fundamental en mi llegada, hubo muchas trabas, muchas cosas, pero el presidente también se portó bien y claramente Arturo fue el que me trajo para acá y hoy terminara así es muy importante”.
El destino que 72 horas después de aquella consagración, sumara una más. Jugando poco más de 12 minutos en la soledad de Rancagua ante Huachipato, su Colo Colo ganó la Supercopa. Una medalla más para su colección.
A los 36 años, Mauricio Isla consiguió sus primeros títulos en Chile (dos en tres días). Durante su extenso periplo en el extranjero, consiguió trofeos en la Juventus y en el Flamengo, además de las altamente representativas dos Copas América con la selección chilena. Pero le faltaba tener algo con sabor criollo. No pudo con la UC y sí con Colo Colo. “Es un título muy especial (el torneo local) porque mucho tiempo no jugué en Chile, no he logrado ningún título acá. Estuve en Universidad Católica, pasaron cosas difíciles y volver al equipo más popular y salir campeón es muy importante”, manifestó el lateral, luego de la consagración del domingo.
Quizás de manera sorpresiva, se terminó tejiendo una historia que cruzó al futbolista con los tres grandes del país. En el minuto de volver al país, Isla parecía estar más cerca de la U, la intención inicial del jugador para llegar al equipo del cual es hincha. Sin embargo, nunca se concretó esa alternativa. A lo menos un par de veces, las puertas del CDA se cerraron para el retorno del bicampeón de América cuando dejó Flamengo. La UC se movió más y mejor para ficharlo.
Clave: su paso en Independiente
Mauricio Isla revitalizó su carrera, en las postrimerías de la misma, en Independiente de Avellaneda. Estaba sin club y la oportunidad de fichar en un grande de Argentina asomaba como una plataforma ideal para recuperar sus mejores sensaciones. Cuando fue presentado en Colo Colo, recordó su etapa en el Rojo, después de salir de Católica: “Me fui con la sensación de dejar una buena imagen con los compañeros. Retomé mi vida y gracias a Dios salió todo bien en Independiente”.
Logró destacar y ganarse un puesto en un duro contexto para un equipo grande pero que ha lidiado más con tristezas que con éxitos en el último tiempo al otro lado de la cordillera. Tener continuidad y ganarse la consideración de los siempre exigentes hinchas argentinos fue un plus para Isla, quien completó un total de 2.676 minutos jugados en Independiente, tanto en los torneos nacionales como en la Copa Argentina. Fueron 32 partidos, de los cuales jugó 30 como titular. Anotó dos goles.
El hecho de revitalizar su carrera en Argentina le permitió volver a la selección nacional, justo cuando el puesto de lateral derecho estaba en el debate. En la Roja llegaron a pasar jugadores como Juan Delgado, Nayel Mehssatou, Guillermo Soto, Matías Fernández y Felipe Loyola, en un verdadero casting abierto para ocupar el lugar dejado por el Huaso en la banda diestra. Pero a la historia de Isla con Chile todavía le quedaban hojas por escribir y volvió con Ricardo Gareca. Supo ser el sobreviviente de la Generación Dorada, junto a Eduardo Vargas. En los partidos ante Argentina y Bolivia, por las Eliminatorias, fue el capitán de la Selección.
Hoy, el panorama cambió porque el Tigre prescindió de sus servicios.